Avión

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Habían pasado casi tres años desde que Némesis comenzó en el mundo del freestyle. No habían cambiado demasiadas cosas en su vida. Aún seguía dependiendo hasta cierto punto de la economía de su padre, aunque poco a poco iba cubriendo todos sus gastos con los ingresos que le proporcionaba el rap y su trabajo en el gimnasio.

Némesis había abandonado las batallas callejeras. En su lugar había aumentado su jornada en el gimnasio para que Aura pudiera apuntarse a clases de baloncesto. Su entrenador no había tardado en reconocer sus habilidades, y la había colocado como base del equipo por su velocidad ofensiva y su buen manejo de la pelota. Solían jugar un partido cada fin de semana, y ella procuraba no perderse ninguno, salvo que hubiera algún evento de freestyle al que tuviera que acudir.

Acabó cogiéndole cierto cariño a Bnet. Tenía que admitir que en lo que se refería a su hermana Aura, se estaba comportando. Y hasta la fecha no habían tenido más que una pequeña discusión sobre el consumo de alcohol. Aunque Adrasteia intuía que su hermana continuaba bebiendo de vez en cuando al igual que había hecho ella con su edad. Al menos sabía que Bnet estaba ahí para acompañarla a casa en caso de haber tomado de más.

Al observar la relación de su hermana y Bnet, Adrasteia se daba cuenta de lo patética que había sido la suya con Partidas. No podía haber salido con un niñato más estúpido. Había intentado hablar con ella en varias ocasiones llamándola por teléfono o escribiéndole desde el móvil de alguno de sus antiguos amigos. Pero ella no había cedido en ese respecto. Si quería fama, que aprendiera a rapear como era debido.

La amistad con Skone y los demás se había vuelto prácticamente indispensable en su vida. Era un consuelo saber que podía contar con ellos a pesar de la distancia. Sobre todo, en aquel instante que estaban pasando el control para subirse a un avión camino de Argentina.

- Voy a perder en la primera ronda – comentó dejando sus cosas en la bandeja de plástico.

- ¿Por qué ibas a perder? – inquirió Chuty colocando su maleta en la cinta.

Aura tenía un partido importante ese fin de semana al que no podía faltar y dos exámenes el lunes. Así que no había podido acompañarla a la semifinal de la Redbull en Argentina. La angustiaba dejarla sola. Saber que Bnet probablemente pasaría alguna noche con ella, lo empeoraba.

- Intuición. Pero al menos me llevaré una hermosa experiencia.

- Eres el optimismo personificado – soltó Skone negando con la cabeza.

Adrasteia sonrió y volvió a colocarse los pendientes y las pulseras que se había quitado. Aún no se lo había contado a Skone, pero llevaba varias semanas recopilando expresiones de Latinoamérica cuyo significado desconocía. No solía ocurrirle con frecuencia, pero cuando veía las batallas de otros raperos internacionales encontraba al menos una palabra en su rap que no entendía.

Temerosa por no poder responderle a su rival, había estado ampliando su vocabulario y sus conocimientos generales para no quedar en ridículo. Aunque algo le decía que su falta de cultura acabaría por pasarle factura.

El vuelo se le iba a hacer interminable. Eran doce horas y media metidas en aquel monstruo de metal. Para empeorar las cosas, era la primera vez que volaba. Decir que estaba nerviosa era quedarse corta. Tenía el cuerpo tembloroso y helado, pero por nada en el mundo iba admitirlo.

- ¿Estás bien? – dijo Skone guardando su maleta.

- Sí, deseando estar en el aire – comentó atándose el cinturón.

Skone soltó una carcajada.

Los asientos estaban repartidos al azar, incluidos los de una pareja muy maja que no les hacía gracia pasar todo el viaje separados. Así que Skone aprovechó para cambiar su asiento de ventanilla con el del chico y así sentarse con ella.

- Tienes la cara pálida. Y te lo dice alguien que parecer un folio.

Adrasteia soltó un bufido. No podía parar de moverse.

- ¿Dónde está Chuty? – inquirió mirando a todos lados.

- Le ha tocado en la última fila entre dos mujeres.

- Ha tenido suerte entonces.

- Que va, ronca como un serrucho y le da vergüenza molestar a la gente. Así que va a pasarse un viaje muy incómodo.

Adrasteia sonrió y trató de calmarse. Se repitió una y otra vez a sí misma que todo iría bien. Ya se había informado, y sabía que en cuanto estuvieran en el aire, sería como viajar en autobús. Solo que a una altura mortal.

El despegue del avión fue la peor parte. Tuvo que agarrar la mano de Skone y apretar los labios para no soltar un grito. El vértigo que sintió en la boca del estómago le produjo náuseas y mareos. Pero tuvo que esperar hasta que el avión se estabilizó para que le trajeran una pastilla y alcohol para asentar el estómago. Skone estuvo dándole conversación todo el tiempo para distraerla. Le habló de las comidas que probaría y de sus buenos amigos de Argentina. Se quedó dormida escuchando cómo le hablaba del mayor showman del freestyle. Papo. 

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