Sentía que el corazón le iba a estallar en cualquier momento. Su madre estaba en el sofá retorciéndose las manos. Llevaba unas uñas de gel sencillas y elegantes. Lo cierto es que Aura no recordaba haber visto a ni una sola vez las manos de su madre sin la manicura a punto. Al igual que su cabello, que flotaba ondulado por su espalda. Tan negro como el de su hermana.
Aura volvió a mirar el reloj, debía faltarle poco para llegar.
Había repasado mentalmente lo que le diría durante todo el fin de semana, desde que Iris apareció con los ojos llorosos en su puerta. Había roto hacía varios meses con su antigua pareja, incluso había cortado el vínculo con todas sus amigas. Por fin había comprendido que aquellas mujeres que solo pensaban en su imagen no eran buena compañía para ella. Y lo que más le había impresionado, estaba intentando arreglar las cosas con su padre.
Durante los meses que habían estado hablando, en ocasiones de forma esporádica, Frankie solía aparecer en la conversación. A veces su madre le contaba detalles de cómo se habían conocido, o hablaba de los buenos momentos que pasaron juntos. Tenían tantos recuerdos memorables, que no comprendía cómo pudo romper algo tan fantástico por un capricho momentáneo. Aura tampoco lo entendía, ella se sentía plena con Bnet. No necesitaba buscar nada fuera. Pero tal y como dijo su madre, fue un solo error, y todo el mundo merece una segunda oportunidad.
Solo tenía que lograr que Adrasteia lo viera.
- Sigue sin cogerme el móvil – dijo Frankie entrando en el pequeño salón.
Su padre había estado llamando repetidamente a su hermana para saber cómo estaba. Se habían asustado tras las llamadas de Skone y Chuty. Aunque ambos les aseguraron que estaba tan bien como cabía esperar.
- Es mejor tratar estos asuntos en persona – comentó Iris apartándose un mechón de su rostro.
Su piel continuaba siendo tan lisa y tersa como hacía años. Solo sus labios se mostraban más hinchados que antes. Su figura, por el contrario, había menguado. Seguía teniendo unos pechos y unas caderas exuberantes, pero debía haber perdido más de siete kilos en los últimos dos años.
Su padre, por otro lado, mostraba una gran cantidad de canas que le conferían un singular atractivo. Su cuerpo habituado al deporte continuaba siendo atlético, salvo que sus músculos no estaban tan definidos. Formaban una pareja asombrosa. Siempre le había parecido que encajaban bien. Él afectuoso y serio. Ella alocada y extrovertida. Polos opuestos que hacían que el otro saliera de su zona de confort.
Aura se preguntó qué tan diferentes habrían sido sus vidas si sus padres nunca se hubieran separado. La posibilidad de volver a ser una familia unida casi le cortaba el aliento. ¿Acaso era una fantasía o habría alguna oportunidad para ellos?
Todos dirigieron la mirada a la puerta de la entrada. Nadie se movió, fue como si el mundo se detuviera mientras Adrasteia hacía su entrada.
Su hermana siempre le había parecido hermosa. De una forma amenazante, como una guerrera temeraria. Los ojos verdes y rasgados como los de un felino. Y el cabello, tan negro como la noche, la envolvía en un halo de intimidatoria oscuridad.
- Veo que estáis todos – comentó dejando las maletas a un lado.
Aura notó sus movimientos pausados y medidos. Le pareció un depredador que trata de hacer creer a su presa que no es una amenaza. Pero Aura reconocía su postura de combate a kilómetros. La espalda recta, las piernas separadas y firmes en todo momento. Y esos ojos que mostraban una férrea determinación por obtener la victoria.
- ¿Por qué no has contestado mis mensajes? – inquirió Frankie sentado en una silla de la cocina.
- Estas cosas es mejor hablarlas en persona.

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NÉMESIS
FanfictionAcostumbrada a los rings de boxeo, Némesis jamás pensó que llegaría el día en que acabaría subida a un escenario. Como tampoco imaginaba la fuerte atracción que surgiría entre ella y uno de los raperos más famosos de argentina. Esta es su historia.