Conocidos

70 5 0
                                    

Los nervios la tenían temblando. Sabía que no había peligro en aquel lugar. Y en caso de haberlo, su hermana estaba con ella.

La había obligado a levantarse temprano para escogerle un outfit adecuado para el escenario. Algo llamativo que hicieran que todos la observaran al llegar. Y, por supuesto, había tenido éxito. Su hermana deslumbraba con los pantalones que le había escogido. Eran de un estampado galáctico con tonos morados y azules. La camiseta era negra y anudada al frente como estaba de moda. El abdomen firme y bronceado de su hermana se insinuaba en una pequeña franja de piel. De no haber sido tan aprensiva a las agujas podría haber incluido un pirsin. Aunque se conformó con adornar a su hermana con collares y pulseras. Le había recogido el cabello negro en una cola alta para que todos apreciaran su trabajo de maquillaje. Sus ojos verdes refulgían con las sombras moradas. Estaba simplemente arrebatadora.

- ¿Los tacones son necesarios? – dijo Adrasteia observando sus zapatillas negras.

Había accedido a que llevara sus botines hasta que comenzara el evento. Pero para subirse al escenario tenía reservados unos tacones negros. La había obligado a caminar con ellos por todo el apartamento durante una hora cada día para asegurarse de que supiera utilizarlos. Eran sencillos y cómodos. E incrementaban el impacto del atuendo. Adrasteia no tenía una estatura demasiado envidiable. Y al lado de tantos chicos, se la veía aún más diminuta. Los tacones marcarían la diferencia cuando todos la vieran.

- Imprescindibles – contestó cruzándose de brazos. No iba a ceder en aquello.

Tres de los siete chicos que habían quedado finalistas se estaban haciendo una foto juntos, e invitaron a su hermana, a la que ahora llamaban Némesis, a que se acercara. La vio hablar con ellos brevemente antes de volver a su lado.

- No hace falta que te quedes conmigo todo el tiempo.

Adrasteia la observó con el ceño fruncido.

- Apenas los conozco. Y no van a ser los únicos rivales a los que voy a enfrentarme. Además, tampoco, creo que vayan a pasar de octavos más de uno de ellos. Y eso siendo optimista.

- Así que tu excusa es que probablemente no tengas que volver a verlos.

- Hay grandes posibilidades. Además, tampoco se me da especialmente bien hablar con desconocidos.

Aura negó con la cabeza sonriente. Ambas eran un desastre. Aunque no lo habían sido siempre. Antes de que aquellos cabrones la pillaran con la guardia baja, tenía buenas amigas. Hasta su hermana había encontrado un grupo con el que se sentía cómoda. Puede que ninguno de ellos hubiera acabado por convertirse en amigos íntimos. Pero al menos, hubo una época en que socializaban con otros seres humanos.

- Tal vez solo hayamos perdido práctica – comentó de pasada.

Adrasteia suspiró entendiendo lo que quería decir.

- Supongo que podríamos saludar a alguien. Con lo guapa que te has puesto probablemente acabe peleándome con algún idiota, aunque me arriesgaré.

Aura negó con la cabeza. Se había puesto un vestido holgado para disimular lo flaca que estaba. Era bastante colorido, y hacía contraste con su piel clara. Había perdido bastante color desde que no salía de casa. Pero su piel no tardaría en dorarse con aquel día de sol.

Saludaron a Skone y estuvieron charlando un rato con él. Aura se sorprendió al comprobar que todavía recordaba su nombre. Les presentó a Bnet, que iba a ser uno de los jueces. Llevaba gafas de sol, y se sentó en la silla más próxima en cuanto las hubo saludado. Parecía cansado, aunque fácilmente podría no estar interesado en hablar con ellas.

Con Arkano fue distinto. Vino a saludarlas personalmente. Iba vestido con unos vaqueros oscuros y una camiseta de un tono amarillo claro. Le preguntó a su hermana si estaba nerviosa y si había estado practicando en casa.

- Por ahora estoy tranquila. He entrenado a diario para no perder el ritmo – comentó echándose el cabello sobre un hombro -. Supongo que cuando lleve más tiempo no me hará falta, aunque ahora se ha vuelto parte de mi rutina.

- Al principio es normal. Y si te da seguridad, no lo dejes. Yo en ocasiones pasaba unas semanas sin rapear para descansar y refrescar la mente. Pero una semana antes de que empezaran las batallas me ponía a entrenar todos los días.

Aura miró a su reloj, faltaba menos de una hora antes de la primera batalla. Iba a ver el espectáculo detrás del escenario. Adrasteia sabía que aún no se sentía demasiado cómoda con las multitudes y había pedido permiso para que pudiera verlo desde allí.

- ¿Cuál crees que será el oponente más complicado? – inquirió Adrasteia.

- Diría que Blon. Es el que tiene más experiencia.

- ¿No sabía que iba a competir hoy? He visto muchas de sus batallas. Tiene un ingenio brutal.

- ¿Podrás ganarle? – inquirió Aura.

- Me resultará difícil – admitió Adrasteia frunciendo los labios -. Espero que no me toque en las primeras rondas.

- Estáis muy separados en la tabla – dijo Arkano -. No tienes que preocuparte, al menos no al principio.

- Sería genial enfrentarme con él en la final. Bueno, si sobrevivo.

Aura sabía que su hermana tenía que luchar mínimo por el cuarto puesto para poder continuar en la competición de la Redbull. Acumular victorias también era importante a largo plazo, pero por el momento, parecía tranquila con todo aquello.

Estaba claro por qué Adrasteia iba a participar en aquel evento y no ella. Se veía incapaz de subirse a un escenario con tanta gente gritando. 

NÉMESISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora