Verdades

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Con las piernas aún temblorosas, regresaron a la sala. Adrasteia agradeció que su maquillaje continuara intacto, porque apenas había dado un par de pasos cuando dos chicas se le echaron encima solicitando una entrevista.

No se atrevió a volverse por miedo a toparse con Wos saliendo del baño y que las chicas ataran cabos. Por lo que obediente se dejó arrastrar durante dos horas a una charla tras otra. Aunque tuvo que reconocer que las altas dosis de sexo la habían dejado relajada y de buen humor.

Cuando por fin terminaron, se reunió con Bnet y Wos, que estaban charlando junto a Rapder. Lo había visto batallar en contadas ocasiones en la fms de México, ya que no era de sus favoritos. Ese año había ganado la internacional en su país, así que era un rival para tener en cuenta.

Con sus refinados andares, se acercó para saludarlo.

- Hola, Rapder – dijo estrechándole la mano -. No nos han presentado todavía, soy Adrasteia.

- Un gusto conocerte por fin. Tienes un lindo nombre.

- Muchas gracias. ¿Cuál es el tuyo?

- Eder.

- Encantada.

- Pero dile tu nombre completo wacho – pidió Wos con una media sonrisa mientras rodeaba su hombro.

Adrasteia frunció el ceño, tratando de comprender la petición de Wos. Pero Rapder la sacó de dudas:

- Eder Ernesto Lozano Arias.

- Increíble – dijo Adrasteia abriendo exageradamente los ojos -. Tienes el nombre de un maldito conde. Quiero decir que, podrías ser dueño perfectamente de varios castillos con esos apellidos.

- Sí, casi un hidalgo – bromeó entre risas.

- Lo podríamos imaginar perfectamente montando a caballo tratando de conquistar el corazón de su enamorada – añadió Bnet haciendo que todos se partieran.

- ¿Es tu primera vez en España? – inquirió Adrasteia.

- No, la segunda, llevaba tiempo queriendo regresar para poder comer su maravillosa comida.

Adrasteia sonrió de medio lado, no necesitaba más excusas para salir a comer.

Aprovechando el buen tiempo que hacía, recorrieron diferentes bares con terraza para disfrutar de las especialidades de cada local, acompañado siempre de una cerveza o un tinto de verano. La primera parada fue para disfrutar de unas croquetas con jamón y una tortilla de patatas. Acomodados bajo una sombrilla con la ligera brisa que corría a lo largo de la calle, Mau y Rapder chocaron sus cervezas, agradecidos con el universo por haber escogido aquella profesión que les permitía viajar hasta países como aquel.

- Forman una linda pareja – comentó Mau viendo a Bnet apretar el muslo de Aura bajo la mesa.

- Muchas gracias – dijo Aura sonrojándose ligeramente.

Estaba preciosa, como era habitual, pensó Adrasteia. Lucía orgullosa una falda con el mismo corte que la que llevaba ella, pero esta era de un tono amarillo claro que resaltaba su piel bronceada por las horas jugando al baloncesto. Además, había hecho un sencillo top con la misma tela. El conjunto era tan elegante como sensual, y Bnet parecía especialmente ansioso por llevársela de allí.

- Eres un tipo afortunado – añadió Rapder comiéndose una croqueta de un bocado.

- Lo sé, todavía no entiendo cómo está conmigo – admitió mirándola con ternura.

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