El hotel tenía un gimnasio. Lo había descubierto por un cartel la noche anterior. Y solo por curiosidad, se había pasado para ver las instalaciones. No era gran cosa. Tenía un buen surtido de máquinas y una pequeña sala para las clases de pilates y zumba que impartían algunos días. Pero lo único que le llamó la atención fueron dos sacos de boxeo al fondo de la sala. Había un tipo golpeando uno de ellos como un desquiciado. Sin técnica ni disciplina, solo una masa de adrenalina descontrolada.
Adrasteia podría haberle advertido de que, si continuaba así, acabaría con las muñecas magulladas, dolor de cuello y espalda. Sin embargo, Némesis le hizo dar media vuelta y regresar a su habitación. No era problema suyo.
A la mañana siguiente, su cuerpo se despertó por propia iniciativa a las siete de la mañana. Tenía dos horas para arreglarse y bajar a desayunar antes de que comenzaran las entrevistas. Tiempo de sobra.
Sabiendo que las entrevistas serían en la terraza a pleno sol, salvo que les pusieran una carpa, buscó un outfit algo más underground. Pero reservó el más hardcore de todos para el domingo. Este era un conjunto de short y top de color crema. Adrasteia no sabía que material era aquel, aunque su hermana ya le había advertido que podía olvidarse de la ropa interior. Los pantalones le cubrían mínimamente la parte superior del muslo. Tenían una franja horizontal descubierta que podías ampliar y reducir por una correa. Las hebillas eran de plata y la ayudaban a adaptar la tela a sus medidas. El top también tenía dos correas a modo de mangas. Era lo suficientemente apretado como para que no necesitara sujetador. El escote no era más que una leve insinuación. Su abdomen, por el contrario, quedaba expuesto desde el ombligo hasta el comienzo de sus senos.
Comprendía por qué su hermana lo había elegido. Con aquella ropa, destacaba sus músculos. Desde su abdomen hasta sus cuádriceps. Los tacones solo aportaban cierta sensualidad realzando su trasero. Pero el poder que desprendía era indudable.
Su maquillaje fue sencillo, al igual que los complementos. Y aunque sabía que iba a arrepentirse, dejó su cabello suelto.
Llamó a la puerta de Chuty y Skone veinte minutos después de levantarse. Tuvo que hacerlo varias veces porque Chuty estaba en el baño, mientras que Skone seguía durmiendo. Adrasteia intuía que se habrían acostado sobre las tres o las cuatro de la mañana. Por suerte, no tardaron ni diez minutos en ponerse una camiseta y unos pantalones para bajar a desayunar con ella.
Fueron los primeros en llegar. De hecho, había pocos huéspedes en el salón. Skone se sentó abrazando su riñonera en la primera mesa que encontró. En tanto Chuty y ella se servían su desayuno.
- Tienes un aspecto horrible – comentó mientras rellenaba un tazón con sandía y uvas -. Apenas habéis dormido, ¿verdad?
- Nos acostamos muy tarde.
- Eso me dicen tus ojeras. ¿Qué estuviste haciendo ayer por la tarde?
- Tenía que hacer una entrevista con Mau, así que nos fuimos a comer y después la grabamos. ¿Y vosotros?
- Me mostraron la gastronomía argentina.
- ¿Te gustó?
Adrasteia asintió llenándose una taza de café.
- Admito que el mate no fue un buen comienzo. Pero las empanadillas se han convertido en mi perdición. De hecho, tengo intención de tomarlas para almorzar.
- ¿Por eso estás desayunando fruta?
- Es lo que siempre tomo por las mañanas.
Chuty sonrió.
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NÉMESIS
أدب الهواةAcostumbrada a los rings de boxeo, Némesis jamás pensó que llegaría el día en que acabaría subida a un escenario. Como tampoco imaginaba la fuerte atracción que surgiría entre ella y uno de los raperos más famosos de argentina. Esta es su historia.