Los Son Padre e hijo en el mundo shinobi

Capítulo 45: Todos los caminos llevan a...

Planeta tierra

En los laboratorios de la corporación capsula Bulma, Trunks y los demás trabajaban arduamente para lograr desarrollar un dispositivo que replicara el agujero de gusano por el cual fueron transportados Goku y Gohan; sin embargo, esto estaba siendo más complicado que de lo que parecía ya que requería una energía monstruosa y además esta debía estar contenida de lo contrario la tierra podía ser destruida tal como estaba por suceder con Cell. Por eso habían tardado tanto en contactar a sus amigos y en ir a buscarlos.

· ¿Toda vía no? – preguntaba impaciente Vegeta.

· ¡Oye Vegeta esto no es un juego! – Bulma le contestaba molesta.

· Mamá, Papá tranquilos ya falta poco, solo es cuestión de lograr la sobrecarga de energía para abrir el portal – Trunks un poco asustado trataba de calmar los ánimos de sus progenitores, mientras que su yo bebe se ponía a llorar por el ruido.

Los demás guerreros Z solo se quedaron observando con cara de asombro como los dos esposos seguían discutiendo y como su hijo trataba de medir la situación, pero nadie decía una sola palabra. Por el contrario de manera discreta algunos salían del lugar para evitar... cualquier fricción y ser víctima de las circunstancias. De momento Vegeta y Bulma se quedaron solos en el laboratorio y no fue hasta que se callaron que se dieron cuenta de ello.

· ¿A dónde fueron todos? – preguntaba retóricamente la mujer de cabello azul

· Ah no importa – respondía de mala gana el saiyajin

· ¿Vegeta que no puedes ser un poco más amable? – lo increpaba su esposa

· Soy amable ¿qué no se nota? – respondía este último con su misma cara de enojo

· Claro que no, eres muy gruñón y tienes una pésima actitud – le reclamaba su mujer

· Así soy yo que quieres que haga – contestaba secamente

· Dime entonces ¿qué harías si llego a faltar? ¿volverías a tu antigua vida? ¿ser un pirata espacial? – Bulma reclamaba, aunque no sabía ni siquiera ella la razón de decir tales cosas

· Yo... yo... ¿por qué dices esas cosas para empezar? – contra preguntaba el príncipe saiyajin

· No lo sé, simplemente sentí la obligación de preguntártelo – respondía muy confundida la mujer y los dos quedaron en silencio

Mientras tanto en Otogakure

Kimimaro había cumplido exitosamente con la comisión que le había encomendado Kabuto, traer el contenedor donde estaba sellado Orochimaru, tan pronto como el joven peliblanco regresó el científico de anteojos redondos procedió a liberar a su amo del contenedor donde lo tenían encerrado. Al ser salvado de su prisión el sabio de las serpientes apareció con un semblante sumamente lamentable se veía cansado, seco, casi sin vida; el sannin cayó al suelo rendido y maldiciendo al saiyajin que lo mantuvo cautivo dentro de esa botella.

· Kabuto ¿cuánto tiempo estuve allí dentro? – preguntaba el amo a su sirviente

· Un mes, casi dos Orochimaru sama – respondía secamente el científico

· Fue una eternidad para mí – decía mientras caía al suelo desmayándose en el acto

· Al parecer lo que vivió dentro de esa botella lo afectó demasiado, aun después de la pelea no se veía tan mal, pero ahora que lo veo está casi al borde de la muerte – hablaba retóricamente el científico

· Señor Kabuto – interrumpía Kimimaro.

· Dime Kimimaro – respondía el hombre de las grandes gafas.