Los Son Padre e hijo en el mundo shinobi

Capítulo 63: Yo quiero un héroe

Tal como se dijo no solo la aldea de la hoja estaba bajo ataque las otras cuatro grandes naciones también, la segunda en recibir a los enemigos de manera algo inesperada fue la arena, al igual que en Konoha los destellos provenientes del cielo comenzaron a caer como polvo del desierto, en pocos minutos los shinobis bajo la dirección de los hermanos Sabaku y Baki hacían frente a los invasores del ejército imperial. Es necesario decir que para este punto los cinco grandes del mal no habían hecho aparición alguna, sin embargo, algunas tropas medias dirigidas por la élite ya estaban atacando con todo lo que tenía.

Mientras tanto en la tierra del agua, la hermosa Mizukage, Mei Terumi encabezaba la respuesta a las hostilidades, en compañía de su fiel asistente Ao y el mejor joven recluta de la academia shinobi de la neblina; un chico de más o menos la edad de Naruto, su nombre era Chojuro, poseía unas gafas cuadradas azules y cabello azul opaco corto; así mismo poseía una de las espadas legendarias de Kirigakure. La líder de la aldea hacía uso de su elemento neblina caliente para mantener a distancia a los atacantes y sus ninjas realizaba ataque de agua a presión que servían como cuchillas filosas que podía cortar sin problema el acero.

La aldea de la nube se encontraba en una situación semejante, recibían cientos de ataques desde el cielo, el Raikage, A, se encontraba al frente de sus tropas haciendo frente a los invasores del imperio y en lo que a él respecta podía derrotar con cierta facilidad a los soldados de bajo rango del ejército imperial de los demonios del frío; no así sus shinobis que con excepción de Darui, Samui y Yugito; estaban siendo barridos por las tropas enemigas. La rubia de trenza larga se había dejado de sutilezas y había liberado al Matatabi para dar mayor lucha, aun así, no era suficiente.

Cuando todo se veía perdido para los ninjas de la nube, un sujeto escandaloso y sumamente llamativo hizo su entrada triunfal. Killer Bee, el hermano menor del Raikage con su forma del Hachibi entraba pateando traseros para poner la situación más pareja. El enorme toro de ocho colas llegó lanzando una poderosa bijuu dama que arrasó con varias decenas de efectivos enemigos, eso causó euforia entre los ninjas que hasta ese momento tenían la moral por los suelos, sin duda el extrovertido jinchiriki era para ellos un estandarte de victoria y un líder moral.

Finalmente en la aldea de la roca, el Tsuchikage y su hijo y general Kitsuchi lideraban a las fuerzas de su aldea para detener los avances enemigos, a diferencias de los demás Kages, Onoki es capaz de volar y esto le ayudaba para enfrentarse en igualdad de condiciones a los agresores extraterrestres y gracias a su enorme poder, el grueso de los soldados de la armada de la coalición de los cinco grandes del mal estaban siendo contenidos aunque a un precio muy alto ya que el viejo Kage estaba llegando a su límite por la exigencia tan alta de la batalla. Por su lado su principal comandante se encontraba en tierra creando barreras de roca en compañía de varios batallones, aunque estos no tenían la eficacia que se esperaba. En resumen, las grandes naciones estaban en crisis, al paso que iban caerían en poco tiempo, a menos que sucediera un milagro.

Planeta de Kaio sama, momentos antes

De manera inesperada un trio muy peculiar llegó al planetoide del encargado de la galaxia norte. El hombrecillo regordete se encontraba entrenando a Vegeta, el cual estaba muy molesto con el otro saiyajin ya que se fue en medio del trabajo y no dijo ni siquiera a donde; de repente un portal se abrió y de él salieron Kushina, Obito y un Goku en muy mal estado de salud; el saiyajin criado en la tierra había perdido alrededor del cuarenta por ciento de sangre y estaba inconsciente. Al verlo en ese estado su maestro se acercó al azabache rápidamente muy preocupado, acto seguido Vegeta hizo lo propio.

· ¡Goku pero qué! – el Kaio del norte no tuvo tiempo para hablar ya que la pelirroja lo interrumpió.

· ¡Por favor sálvelo! – la Uzumaki visiblemente alterada y abrazando al herido rogaba por ayuda.