Capítulo 56: Día de sorpresas y recuerdos

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Los días pasaron rápidamente, Gohan y Trunks entrenaban con los quince chicos a pasos agigantados; en un comienzo todos caían rendidos en pocos minutos a excepción del equipo siete y Karin, quienes ya habían avanzado en sus prácticas con el Son menor y eran claramente más fuertes que el resto de sus amigos, pese a la dificultad mostrada en un inicio, los novatos rápidamente fueron haciéndose cada vez más resistentes a los ejercicios y combates que los híbridos programaban, con el tiempo este pequeño grupo llegó a superar en poder al resto de ninjas, incluso a los de élite.

Por su lado los dos mestizos, continuaban con su fortalecimiento en la cámara de gravedad, en esta ocasión los dos habían estado allí por más de doce horas con la presión aumentada quinientas veces, el par estaba transformada en super saiyajin fase dos, aun así, sabían que no podían excederse ya que no contaban con semillas del ermitaño de calidad; estas solo reponían la energía, pero no curaban las heridas propiamente, por eso debían ser muy cuidadosos. Al finalizar la sesión de entrenamiento los dos amigos se dirigieron a la aldea para comer algo y también para ponerse al día, porque si bien era cierto que Trunks llevaba algún tiempo en la hoja, casi todo este se había ido en entrenamiento y los dos no hicieron otra cosa, así que este tiempo fuera les caería muy bien.

El azabache llevó a su amigo de cabellos claros al puesto de comida más famoso de la aldea, así es a Ichiraku ramen, al llegar al establecimiento Teuchi y Ayame saludaron a uno de sus mejores clientes, se podría decir que el mejor solo por detrás de Naruto, el pequeño Son pidió dos tazones extra especiales, los cuales fueron servidos y sin perder el tiempo Gohan le dijo a su amigo que probara; acto seguido Trunks comió su primer sorbo de la legendaria receta y en ese mismo momento quedó completamente fascinado, tanto así que lo devoró en pocos segundos y pidió uno más.

· Me alegro que te gustará tanto Trunks – decía el Son muy alegre.

· Sin duda es delicioso Gohan, creo que es la mejor comida que he provado en mi vida – el otro híbrido respondía mientras degustaba otro sorbo del delicioso caldo y fideos.

· Y dime, ¿cómo te ha sentado la aldea? – interrogaba el pelinegro.

· Sin duda es un lindo lugar, empiezo a acostumbrarme y la gente también es muy cálida. No puedo quejarme – la respuesta del invitado dio tranquilidad a su amigo.

· Me da gusto, ¿qué piensas hacer cuando todo esto termine? ¿se quedarán el señor Vegeta y tú? – interrogaba el azabache nuevamente

· No lo sé, la tierra ya no tiene nada para nosotros, pero veré que dice mi Papá – respondía un pensativo chico, cuando en eso, una voz muy familiar aparecía detrás de los amigos.

· Hola vaquero, veo que estás muy bien acompañado – una linda chica de cabello purpura y enorme abrigo abrazaba por detrás a Gohan.

· Ah, hola Anko, tiempo sin verte – el Son menor saludaba muy amablemente a su querida amiga – ¿gustas acompañarnos?

· Bueno creo que te tomaré la palabra – respondía con voz coqueta la recién llegada.

· Ayame, tráeme otro tazón del ramen extra especial por favor – Gohan pedía otro más a su cuenta.

· Oye vaquero, has estado muy ausente ¿a qué se debe eso? – preguntaba la jounnin.

· Lo siento, ha sido culpa mía, la verdad Gohan y yo hemos estado entrenando mucho últimamente – respondía un sonrojado y nervioso Trunks.

· Oh lo siento, donde están mis modales, me llamo Anko Mitarashi y ¿tú guapo? – Anko volteaba a ver a su interlocutor, cuando en eso, sus miradas se cruzaron. La rebelde ninja de cabellos morados sintió algo que nunca hasta ese momento, su rostro se sonrojo y su corazón comenzó a latir a toda velocidad; eso solo con ver los ojos del otro híbrido.

Los Son Padre e hijo en el mundo shinobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora