Capítulo 55: El tablero está puesto

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Luego de medio año entrenando en el otro mundo Goku, finalmente logró dominar la transformación de super saiyajin fase tres, por su parte Vegeta no lo había logrado pero magnificó al máximo su transformación del dos; además de eso Kaio sama les enseñó una nueva técnica la cual el príncipe se negó a utilizar debido a lo ridículo que le parecía el proceso que conllevaba, así que no pudieron perfeccionarla del todo en los intentos que realizaron los resultados fueron paupérrimos; eso reforzó la idea de lo estúpida que era esa técnica a los ojos del segundo azabache.

Pese a los progresos de sus pupilos, el hombre azul regordete, notó algo muy inusual en su alumno favorito, desde esa visita a Enma sama su entrenamiento que por lo general era su mayor pasión, parecía pasar a segundo lugar; había algo en su cabeza que lo traía distraído. Debido a lo anterior el encargado de la galaxia del norte se acercó a su discípulo y sin mayores rodeos le pregunto al hombre con peinado de palmera, lo que le sucedía.

· Goku, te he notado muy distraído estos, ya no entrenas como antes, dime ¿qué te sucede? – interrogaba el hombrecillo azul

· Perdón Kaio sama, tienes razón, es que recibí la mejor noticia de mi vida y la verdad, ya no aguanto las ganas por volver a la tierra shinobi para comprobarlo de primera mano – respondía de forma misteriosa el saiyajin

· ¿Qué puede ser tan importante que te robe el entusiasmo por entrenar? – volvía a preguntar el maestro de Son.

· Enma sama me dijo, que Kushina está viva – el risueño hombre no podía contener su alegría, el solo hecho de pronunciar esas palabras, le regresaban toda la felicidad que parecía haber perdido en los últimos meses.

· Ya veo, me alegro mucho por ti – respondía sinceramente su mentor

· Lo sé Kaio sama, muchas gracias – regresaba la cortesía el azabache

· Debo decir además que te noto más maduro, el Goku de antes, hubiera ido corriendo en búsqueda de ella al haberse enterado de la noticia – esas palabras hicieron caer en cuanta a Goku, lo mucho que había madurado en esos meses.

· Tienes razón, desde su supuesta muerte, tuve que transformarme en un hombre diferente, me hice cargo de dos niños además de Gohan, llevé a cabo una investigación para descubrir la verdad y me he vuelto en el defensor de este nuevo mundo, pero de manera pública – reflexionaba el Son.

· ¡Oye cabeza hueca! ¡deja de perder el tiempo y volvamos a entrenar! – un molesto Vegeta interrumpía el emotivo momento.

· Creo que mejor vuelvo, o Vegeta me matara – el hombre de dogi naranja regresaba al trabajo mientras reía un poco.

· Me da gusto verlo nuevamente feliz, era injusto que después de dar tanto perdiera a su compañera de vida, por segunda vez. Espero que esta sea la última vez que tenga que luchar y finalmente pueda ser pleno al lado de esa mujer a la que tanto amo, me atrevo a decir que Kushina es más amada para Goku que su difunta esposa – el encargado de la galaxia del norte se decía para sí mismo dentro de su cabeza.

Paramo desolado, país del cielo

Tres figuras femeninas se encontraban a la mitad de una dura sesión de entrenamiento, dos tenían el cabello escarlata y la última oscuro como la noche; la más pequeña sostenía en sus manos el báculo rojo que Goku le había prestado, enfrente de ella la mayor de las tres se encontraba en postura de combate y detrás de ella la joven de suéter verde y cabello negro recogido. En un parpadeo la última realizó unos sellos de manos y generó rápidamente una veintena de espejos de cristal que rodeaban a la pelirroja de mayor edad, de manera semejante la niña de cabello carmesí y piel morena realizó movimientos con su arma y la estiró con intención de golpear a su objetivo

Los Son Padre e hijo en el mundo shinobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora