DANIEL
Estaba a punto de quedarme rendido en la cama, así que me levanté y empecé a recorrer la estrecha habitación; de repente observé en una mesita el obsequio que le di de cumpleaños, me acerqué y lo tomé, sintiéndolo aún un poco pesado. Era una caja con un vino muy bueno, que al parecer seguía intacto.
Ella salió del baño sorprendiéndome con la caja en las manos. Levanté la caja al aire como preguntando por qué aún seguía el vino sin abrir. Ella me miró divertida y arrugó la nariz.
—Lo odio —admitió.
— ¿Por qué? —Arrugué las cejas—, es un vino excelente.
—No ese vino en particular, odio todos los vinos —aclaró.
— ¿Hablas en serio? Tomaste vino en Bocca Di Luppo...
—Me dio pena decirte en ese momento, aunque ese era espumoso y medio lo tolero.
—Increíble. —Negué con la cabeza.
— ¿Qué? ¿Prefieres que te mienta y te diga que lo estoy guardando para una ocasión especial?
Solo reí mientras ella buscaba algo de ropa y caminaba hacia el baño nuevamente.
— ¿Ahora te ocultas de mí? —Ella frunció el ceño—. ¿No quieres que te observe mientras te vistes? ¿No crees que ya he visto suficiente como para que aun sientas vergüenza?
— ¿Quién te dijo que siento vergüenza?
— ¿No?
—Solo que es un nivel de confianza totalmente diferente amigo.
— ¿Siempre tienes una respuesta para todo?
—Preocúpate cuando no tenga nada que decir, porque entonces pasa algo grave conmigo.
La observé decidida a vestirse en el baño.
— ¿De verdad piensas cambiarte ocultándote de mí cuando lo acabamos de hacer?
Esperé su respuesta viéndola sonreír algo divertida.
— ¿Tú lo harías?
— ¿Qué? ¿Vestirme delante de ti?, ¿no te has dado cuenta que sigo en bóxer?
Entonces ella dejó caer su toalla al piso. Se concentró en colocarse sus bragas, shorts, camiseta sin brasier y un abrigo encima de esta. Noté en mí una ligera erección.
— ¿Contento? —me retó.
—Satisfecho diría yo, pero no cambies el tema. Creo que tenemos algo pendiente y lo estás evadiendo.
—Tú no has ayudado en nada —refutó.
— ¿Es eso o te arrepentiste? Si quieres lo dejamos para otro día. Es tarde y no quiero molestarte.
— ¿Es por Izzy? ¿Crees que va a llegar y nos va a sorprender así? Ella no se va a aparecer hoy, ni mañana, ni pasado.
—Sí, me sorprende que no viva con Greg —comenté.
—No es porque no quiera —reconoció.
— ¿Sabes algo al respecto?
— ¿Del por qué no viven juntos?
—Ajá.
—No.
— ¿No me vas a contar?
— ¿No es obvio?
—Así que ella está esperando que él se lo pida...
—Quien sabe... —Alzó los hombros.
— ¿Te has dado cuenta que cambiamos el tema nuevamente?
—Tú empezaste —protestó.
Me acerqué a la cama aun en bóxer, busqué mis pantalones y me los puse mirándola divertido. Ella solo sonreía sentándose en la cama de al lado. Quedamos frente a frente.
— ¿No tienes que ir al hospital mañana? —Miró su celular—. Quiero decir ¿hoy?
Miré también mi teléfono, eran las 2:00 de la madrugada.
—No...he cambiado el turno con alguien. Así que...adelante, te escucho ¿Quién te hizo eso?
— ¿Por dónde empiezo? —Suspiró cansada—. Su nombre es Jareth Finley.
Y entonces todo se vino abajo.
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Nocturnos © [+18] ✔️
Romance[COMPLETA] Él es un fuego azul, pasional y celestial, que esconde mucho más allá de lo que demuestra pero que no parece peligroso. Ella derrochaba lujuria en su mirada, su piel lo invitaba a poseerla ¿Crees en el poder del enigmático destino? Bienv...