SHADIA
SHADIA
Nos miramos en medio de una penumbra interrumpida por los destellos de millones de estrellas en el firmamento. Dejé una mano en su cuello para sostenerme y la otra fue a parar directo a su cara con toques delicados en su mejilla derecha en tanto nuestras narices llevaban a cabo su propio ritual indígena de caricias.
Lo besé nuevamente. Sus labios me tenían completamente perdida, ningún beso parecía saciar mi sed de ellos. Era una adicción que acepté gustosa en cuanto supe de ella. Su boca, sus ojos, su cuerpo y lo que me hacía con él me tenían enteramente presa, envuelta entre las sábanas o fuera de ella, atrapada en un laberinto con su nombre en la entrada cuya salida estaba lejos de mi alcance y sinceramente no tenía intención alguna de hallarla pronto.
Dan llevó una de sus manos hacia mi cuello para intensificar el beso; después de unos segundos nos separamos para recibir un poco de ese aire que ya empezaba a faltar. Nos extasiamos con los suspiros del otro, me mordí los labios mientras él los observaba cuidadosamente y se perdía allí, en ese simple gesto que le abrió la puerta a sentir meses antes. Divagué entre sus ojos y un poco de mi impulsividad porque nuevamente las palabras escaparon sin permiso de mí, materializándose en forma de dudas irracionales.
— ¿No me tomas en serio porque tuvimos sexo el primer día?
Estaba demente.
Arrugó su frente y su nariz con la mirada fija en mí, soltó un suspiro antes de hablar.
—Si no hemos tenido algo más no ha sido por eso. Te invité a una cita al día siguiente de conocernos en el bar, pero tú dejaste las cosas claras, supongo que estabas aterrada y seguramente no mucho más que yo.
Puse los ojos en blanco recordando todo con obsesiva claridad.
—No sé qué decirte, quizás sí soy toda una experta en fregar las oportunidades.
—No —protestó—, solo eres muy insegura y yo no me quedo atrás. Somos un par de expertos en joderlo todo —aseguró.
—Sí —admití—, tienes razón ¿Sabes? Ella ni siquiera era bonita. No sé qué fue lo que le cautivó tanto de ella como para faltar a nuestro matrimonio; no la conozco, no sé nada de ella, ni siquiera su nombre, pero se llevó toda mi seguridad consigo y lo odio.
¿Por qué diablos dije todo eso?
Necesitaba urgente que alguien me pegase un tiro en la boca.
—Te ha hecho un favor, créeme. Si fue capaz de ser infiel a semejante mujer, no valía la pena. Hay hombres que simplemente no saben lo delicioso que es tener a alguien en su vida que lo llene de tantas cosas buenas, que sea inteligente y hermosa, que le de todo lo que espera en una mujer.
»Y hay otros como yo, que se mueren por ella, la tienen justo enfrente pero tienen el alma un poco jodida y no saben cómo manejarlo. —suspiró y yo lo observé con ojos tiernos y confundidos—. ¿Aún lo amas? ¿Lo extrañas? ¿Aún te duele lo que te hizo?
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Nocturnos © [+18] ✔️
Romantizm[COMPLETA] Él es un fuego azul, pasional y celestial, que esconde mucho más allá de lo que demuestra pero que no parece peligroso. Ella derrochaba lujuria en su mirada, su piel lo invitaba a poseerla ¿Crees en el poder del enigmático destino? Bienv...