CAPITULO 23 HELP!

95 8 0
                                    

SHADIA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

SHADIA

Tenía cero ganas de abrazar el infierno, cuando justo acababa de salir de ahí.

No, No, No.

Me quedé estupefacta ante tal confesión. Aunque tenía el raro presentimiento de sus intenciones, no estaba nada preparada para ello. Era una adulta y debía manejar la situación con madurez; sin embargo, no me sentía tan lúcida como para hacerlo en ese instante.

No debía meterme en más problemas. Podía perder mi trabajo.

Oh, por Dios, ¿Qué hacía? ¿Qué le decía?

Mi mente se debatía entre mil excusas y ni una de ellas salió de mi boca.

Solté un suspiro e intenté decir algo, pero no sucedió así. Jareth me analizó expectante. Tenía mucha picardía en esos ojos verdes, mismos que incitaban al pecado.

Si Daniel me había llevado a lugares que no conocía, Jareth parecía ser el mismísimo amo y dueño de esos precisos lugares.

—No tienes que decir nada ahora. —Miró hacia la ventana y sonrió inquietante—. Solo quería que lo supieses desde ya, soy una persona muy honesta y prefiero andarme sin rodeos.

Buscó mi mirada. Traté de sostenerla. Tragué hondo, pero no podía, realmente no tenía ni idea de qué decirle. Instintivamente me mordí los labios, estaba algo nerviosa; sus ojos hurgaban en mi interior, me despedazaban lentamente, me arrancaban capa por capa, pero quemaban, de eso estaba segura.

Sonreía a medio lado.

—Eso solo hace que te desee aún más de lo que ya lo hago.

No pude evitar sonreír, el muy malvado era todo un experto seductor y seguro estaba plenamente convencido de que no demoraba en caer.

—Creí que solo veníamos por asuntos de trabajo —atiné a decir.

Echó la cabeza hacia atrás.

Dios mío no me tientes de esa manera.

Sin duda cualquiera caería ante este portento de hombre, pero ese no era el día para mí.

—Si eso quieres —expresó cortante.

Pidió la cuenta, pagó y se levantó de la mesa.

— ¿Vienes? —me dijo sin mirar atrás. Vaya cambio de humor, al fin y al cabo, un Finley.

Me levanté con un poco de rabia pero sin perder la calma.

¿Qué se cree?

Ha de estar acostumbrado a que caigan mujeres a su diestra y siniestra, pero...No.

No sería yo su diversión.

Subí a su auto con notable mal humor, seguro que no esperaba mi evasiva. Me entraron ganas de no subir, pero no tenía ni la más remota idea de donde estábamos.

Nocturnos © [+18]  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora