CAPITULO 60 ACROSS THE UNIVERSE

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SHADIA

— ¿Dan? Abre los ojos por favor —sollocé— ¡Despierta! No me hagas esto, no, por favor, no. —Las lágrimas salían disparadas a toda marcha, no podía controlar el ritmo de mi respiración; a lo lejos se escuchaba una sirena, quizás se trataba de la policía o la ambulancia.

¡Dios mío!

Que no sea demasiado tarde para él.

Intenté tomarle el pulso como tantas veces él lo había hecho conmigo. Ahí percibí aun el eco de su latido.

Ahí estaba.

No te mueras, por favor...

Es increíble como perdemos muchos momentos de nuestra vida por seguir una guerra absurda entre corazón y razón; porque simplemente nos oponemos a que trabajen unidos por excusas innecesarias, sin saber que el destino ya tiene quizás algo diferente preparado para nosotros y que aunque se nos vaya la vida pensando en ser o no ser, no nos podemos escapar de aquello que es incluso superior a todo lo que existe, a todo lo que nos rodea.

Nadie nunca ha descubierto cómo funcionan realmente estas cuestiones y creo que nunca vamos a triunfar sobre ello; porque el chiste no es estudiarlo a profundidad ni mucho menos buscar explicaciones dentro de los límites de la razón humana; es más bien dejarlo ser.

Lo que está destinado para cada uno siempre será así aunque el mundo se oponga, pues el universo entero, poderoso y enigmático lo resguarda para nosotros buscando el momento exacto en que lo necesitamos para dejarlo frente a nuestra puerta, tocar e irse corriendo.

Me pregunto cuántos momentos pude haber tenido con Daniel, si tal vez en el fondo el universo siempre estuvo conspirando a nuestro favor; si tuvimos que sortear tantos obstáculos, tanto llanto y tanto dolor para encontrarnos, si las decepciones del corazón solo eran un paso más para que dos vidas pudieran por fin amar sin condición.

¿Qué sentía él por mí? Me dolía demasiado pensar que en ese punto quizás nunca lo sabría. Que su vida a punto de apagarse por una mísera bala en la pierna podía arrebatarnos fácilmente ese momento pendiente.

No podía asegurar que lo amaba porque no había escarbado tanto en mi interior para descubrirlo o quizás ese era solo mi cerebro sacando excusas por mí, pisoteando al corazón, callándolo con dos manos.

A veces solo necesitamos un poquito más de tiempo para vencer nuestros miedos; y ese mismo tiempo se me estaba resbalando de las manos con él entre mis brazos mientras observaba a lo lejos la ambulancia, pidiéndole a gritos que se apurasen, llorando en su cara, rogándole que despertase y luchase un poco más.

Deseaba conocerlo bien, quería saber todo de él, necesitaba ese momento para los dos; ya no me importa realmente si no compartíamos el mismo sentir, si quizás no correspondía a mis sinceros sentimientos, solo quería una maldita oportunidad para enseñarle mi corazón sin trucos de por medio.

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