Nocturnos © [+18] ✔️

CAPITULO 47 SOMETHING

SHADIA

Tuvimos que salir del baño rápidamente. El Doctor Wu fue a verme y prometió milagros en mí con su láser para hematomas cutáneos; ojalá todo fuese tan fácil como él lo pintó.

— ¡Hola, preciosura! —Ariel llegó a visitarme—. ¿Cómo estás?

— ¿No te han contado las malas noticias? —Puse ojitos tristes.

—Ay, baby, lo siento mucho. —Se acercó para darme un beso en la mejilla—. ¿Cómo te sientes?

—Uhmm, aparte de lo que se ve y de lo que no, me siento mucho mejor, o no sé, quizás solo sean las ganas de salir de aquí rápido.

—Me has hecho falta, tuve que enfrentarme solo a Hastings, pero ya sabes que cuando vuelvas no te salvas de él.

—Lo sé, baby, lo siento.

—No tienes que disculparte, yo soy quien lo siente.

De repente observamos a Daniel entrar después de abrir la puerta.

Ok...Ya ni siquiera tocaba.

Hubo un cruce extraño de miradas entre los tres que ocupábamos la habitación.

—Hola, buenas tardes, no sabía que tenías compañía. —Me miró directamente a mí y Ariel le respondió el saludo—. Quería darte buenas noticias, pero...si quieres vuelvo luego.

—No, dime ¿Qué sucede? —Ariel me lanzó una mirada pícara mientras Daniel avanzaba hacia mi lado; su boca se abrió en una divertida O y yo negué rápidamente con la cabeza; esperaba que no dijese algo incómodo en el momento, el solía ser bastante impulsivo.

—Si quieres salgo por un momento... —propuso Ariel.

—No te preocupes —Le sonreí —, te puedes quedar.

Daniel sonrió de manera extraña, como perdido en sus propios pensamientos.

—He hablado con Crooke y si todo sale bien como hasta ahora, si tu cuerpo no reacciona negativamente a nada, es posible que puedas salir mañana en la tarde.

— ¿De verdad? —Mi sonrisa se expandió.

—Obviamente con varios cuidados como ya te he dicho.

—Ok —respondí con un notable cambio de humor.

—Wow, felicidades amor —lanzó Ariel con la voz más varonil que pudo hacer.

¿Qué?

No aguanté la risa y simplemente la dejé salir.

— ¿Por qué eres así? —Ambos reímos mientras Daniel parecía demasiado incómodo.

—Vendré luego —susurra Dan y salió casi volando antes que pudiese darle las gracias.

— ¿Qué te pasa?