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CAPÍTULO 28 DRIVE MY CAR

SHADIA

Me sentía demasiado avergonzada de mi misma. Intenté no demorarme mucho en el baño, necesitaba olvidarme de todo al menos por una noche. Era suficiente con el golpe que me dio y con eso ya me había expuesto ante las personas que me conocían.

No le des tanto poder.

No.

Salí del baño y me encontré con Izzy. Me miraba negando con la cabeza.

Realmente la entendía. Sin maquillaje se me notaba mucho más el golpe. Lo odié. Me odié por haberlo permitido.

Traté de ofrecerle una sonrisa pero ella sabía que no estaba del todo bien. Se sentó en la cama en silencio, mientras yo me vestía.

—Déjame ayudarte con eso —rompió el silencio y se ofreció a maquillarme un poco, intentando ocultar heridas que habían traspasado incluso la piel, porque se habían colado hondo en mí, instalando un miedo permanente.

✦・★・•・☾・•・★・✦

— ¡Voilà! —exclamó tras terminar de maquillarme por segunda vez esa noche.

— ¿Qué haría sin ti? Eres mi ángel pelirrojo.

Me mostró su amplia y cuidada sonrisa. Negué con la cabeza.

—Qué envidia estar con un odontólogo, mira como resplandecen esos dientes.

—Cuando quieras cariño, yo pago.

Reímos juntas.

—Quiero verte feliz esta noche —sentenció.

—No te prometo nada, pero...haré mi mayor esfuerzo.

—Sabes que tenemos una conversación pendiente.

Así era Izzy, impulsiva, mandona, intensa, pero la más comprensiva de todas. Era una chica inteligente, demasiado espontánea y segura de sí misma. La primera vez que la vi, me pareció un ángel, pero debajo de esa carita inocente y aniñada, se escondían muchas cosas.

Cosas que tenía la fortuna de conocer. Como su relación con Greg; ambos se adoraban, estaban locos el uno por el otro, su relación era tan fresca y sin dramas, pero... en el fondo ella deseaba que el pusiese un anillo en su dedo. Quien lo iba a pensar, si la vieran diciéndole a él que eso no le importaba mucho, pero se moría porque Gregory O'Ryan la llevase al altar.

—Ok, entonces ya estoy lista. Vamos.

Bajamos juntas y dos hombres atractivos esperaban por nosotras.

—Y bien, ¿A dónde nos van a llevar? —Quiso saber Izzy.

Daniel no me había mirado desde que bajamos.

—Satan's Whiskers, grandiosa idea de Greg —expresó Daniel y no pude evitar reír, él también lo hizo al escucharme.

—Cuando se estén divirtiendo a lo grande me van a agradecer, además desde hoy oficialmente vamos a inaugurar The every weekend bar road —manifestó desplegándose sus manos en el aire de manera teatral como si estuviese mostrando una maravilla circense.

— ¿Qué? —pregunté.

—Como lo oyes, cada fin de semana siempre que se pueda claro está, probaremos un bar diferente de esta ciudad, no habrá repeticiones y si se acaban, pues nos mudamos a otra parte.

Todos reímos.

—Estás demente —aseguró Daniel.

—Habló el aguafiestas.

—Nate y Sam vienen en camino —anunció Izzy observando la pantalla de su móvil.

—Les enviaré la dirección para que lleguen directo al bar—avisó Greg—. Buscaré un lugar donde parquear y nos iremos con ustedes —anunció.

El celular de Izzy sonó y se apartó para hablar, Greg se subió a su auto dejándome sola con Daniel.

Me acerqué tímidamente a él. Me había comportado como una completa grosera cuando solo estaba demostrando un poco de preocupación.

— ¿Llevarás el auto? — inquirí y nuestros ojos se encontraron a medio camino de nuestros cuerpos.

—Sí. No pretendo beber mucho alcohol. —Era cortante, estaba molesto conmigo y no lo juzgaba. Yo también estaría molesta conmigo misma.

—O podrías conducir tú de regreso —tanteó.

Reí escandalosamente mientras él me miraba medio fascinado pero confundido, haciendo que me perdiese en el momento.

—No sé conducir —aclaré ante su gesto de confusión.

Ahora era él quien reía.

—No te burles por favor —supliqué y sonreímos manteniendo la mirada el uno en el otro. Agradecí en mi interior su esfuerzo por no estar molesto, lo noté.

Echó su cabeza hacia atrás aun con una sonrisa estampada. No podía evitar la fascinación por ese hombre, era tan perfecto aun en los pequeños detalles.

—Hablo en serio, no te burles, por favor. —Siguió sonriendo y se mordió el labio de una manera inhumana, provocando cortos circuitos que chispeaban desde mi vagina hasta la punta de mi lengua.

Tenía unas ganas tremendas de besarlo. Sentía que la cara se me encendía en un rojo que superaba la pasión. Volteé hacia otro lado con una sonrisa estúpida.

Eran increíbles las sensaciones que provocaba ese doctorcito en mí.

Vimos que Greg se acercaba a pie.

— ¿Vamos? —Giré y encontré a Daniel con la puerta del lado del copiloto abierta.

Observé hacía Izzy que también se acercaba a nosotros así que subí al auto.

—Gracias —respondí con una sonrisa.

Greg e Izzy se subieron al auto y partimos hacia el 343 de Cambridge Heath Road.

Rumbo a Satan's Whiskers.