Capítulo 1068: Quería que su nieta regresara.
Menglin llevó a Ye Chenyu de la mano —Está bien, Xiaoyu, entremos en el coche-
Ye Chenyu parpadeó con sus ojos color ámbar. No quería irse y se volvió para mirar a su padre ya su abuela mientras seguía caminando hacia adelante. Incluso gritó en voz alta: —¡Papá, debes recordar traerme a casa!
Los ojos de Ye Hao eran fríos y duros. No respondió al niño y ni siquiera parpadeó ante las palabras del niño. Nunca le había gustado este niño y ahora que descubrió que no era su hijo biológico sino el de Ye Yi, lo odiaba aun mas.
El auto se alejó rápidamente después de que Ye Chenyu se subiera en el. Esta casa se volvió muy silenciosa y vacía después de la partida de Ye Chenyu, ya que la risa infantil ya no se podía escuchar en los pasillos de esta casa.
Xia Jingshu no pudo evitar limpiarse las lágrimas de los ojos. Tuvo que soportar la angustia ella misma. Luego, empujó su silla de ruedas y se acercó a su hijo. Ella exhaló un suspiro y dijo: —Ah Hao, deberías ir y traer a Xi Xi a casa. La casa se siente tan vacía sin ella —su voz era suave y ronca como si estuviera perdiendo la capacidad de hablar. Echaba mucho de menos a su nieta a pesar de que fuera siempre fue tan maleducada y desobediente. Sin embargo, Xi Xi seguía siendo su nieta biológica y su pariente más cercano.
—Mamá —Ye Hao se volvió para mirar a su madre y dijo: —Xi Xi se ha acostumbrado a la vida en el castillo. Además, el juez le había entregado la custodia a Yan Yan. Deberíamos contentarnos con ver al niño de vez en cuando. Yan Yan nunca aceptaría que el niño regresara con nosotros y Xi Xi tampoco querría hacerlo —Ye Hao dijo la verdad. Sabía que su hija estaba enferma y cansada de esta casa.
—Vamos a traerla de regreso por 10 a 14 días entonces. Las sirvientas de aquí también podrían enviarla a la escuela —dijo obstinadamente Xia Jingshu —No es necesario que la lleves a casa después de la escuela. Lo hare yo misma —se sintió extremadamente molesta cuando recordó que He Xiyan ahora tenía la custodia de su nieta. Además, su nieta solo se volvería más distante con el tiempo y temía que Xi Xi no quisiera reconocerla como su abuela en el futuro.
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Xia Jingshu pidió a las criadas en casa que compraran el juguete favorito de Xi Xi después de que Ye Hao se fue y regresaron con una hermosa muñeca Barbie. Ella le ordenó al conductor que la dejara en el castillo que había sido diseñado personalmente por su esposo,
Los que solían trabajar para la familia Ye en el castillo no la detuvieron sino que inmediatamente abrieron la puerta porque sabían que la casa pertenecía a la princesita que vivía en el castillo. No se atrevieron a impedir que entrara porque sabían que era la abuela de la princesita.
—¿Está Xi Xi en casa de la escuela? —Xia Jingshu le preguntó a Qin Xiaoyu que estaba en la puerta. Comprobó la hora y supuso que pronto estarían en casa.
Qin Xiaoyu se mordió los labios y se sorprendió por la apariencia de Xia Jingshu. Xia Jingshu nunca había visitado a Xi Xi en los últimos dos meses, entonces, ¿qué estaba haciendo aquí de repente?
—Debería estar en casa pronto —dijo Qin Xiaoyu sin comprometerse mientras miraba hacia la calle.
Varios minutos después, se pudo ver un BMW blanco dirigiéndose hacia el castillo. El coche se detuvo frente a las puertas del castillo. Yuan Yuan saltó primero del auto y luego sacó a su hermana del auto con cierto esfuerzo.
Llevaban la misma mochila escolar amarilla que les dio la escuela. Xia Jingshu finalmente sonrió cuando vio a su nieta. Esta fue su primera sonrisa genuina después de todo lo que sucedió durante el último mes.
Su nieta había crecido más, se veía hermosa y adorable desde la última vez que se conocieron hace dos años. Xi Xi y Yuan Yuan corrieron a la sala de estar mientras jugaban entre ellos.
