Capítulo 1036: Todos evitaron a Han Xue como la plaga.
Habían pasado cinco días desde que Han Xue regresó a casa y había estado encerrada en su propia habitación durante los últimos cinco días, solo emergiendo para tomar sus comidas.
Después de terminar el desayuno esa mañana, no regresó a su propia habitación, sino que llamó a la puerta de la habitación de Ye Hao.
"TOC Toc."
Han Xue llamó varias veces. Ye Hao acababa de terminar de cambiarse de ropa y estaba a punto de salir. Abrió la puerta para encontrar a la mujer cuyas acciones habían hecho que su estómago se revolviera. Frunció el ceño y se negó a hablar con ella. La hizo a un lado y bajó las escaleras.
—Ye Hao, espera un minuto —gritó Han Xue. Apretó las manos en puños y su corazón se aceleró salvajemente. Nadie sabía cuánto coraje le tomó a ella siquiera llamar a su puerta antes.
Ye Hao finalmente se volvió y la miró con frialdad, sus ojos tan duros como cuchillos —¡Tú y yo no tenemos nada que decirnos, Han Xue! —su voz era tan fría que parecía provenir de las profundidades del infierno. Hacía tanto frío que Han Xue no pudo evitar temblar.
Dio varios pasos hacia adelante y extendió la mano para tirar de su manga. Sin embargo, en el momento en que extendió la mano, Ye Hao se alejó antes de que pudiera alcanzarlo.
Ye Hao bajó al comedor y se comió su desayuno. Luego, salió de la casa inmediatamente después del desayuno, como si no quisiera pasar un momento más en casa.
Han Xue bajó las escaleras y se paró en la puerta con una sonrisa irónica mientras lo veía alejarse rápidamente. Nadie estaba dispuesto a hablar con ella por más tiempo y las criadas la evitarían como la peste y actuarían como si no la hubieran visto.
Su suegra Xia Jingshu se veía muy preocupada todos los días y tampoco deseaba hablar con ella. Han Xue de repente sintió ganas de reír. Fue tratada como una forastera en esta casa y todos fingieron no conocerla. La policía solo había sospechado su participación en este caso y ¿no la enviaron a casa? ¿Por qué actuaban como si fuera un asesinato?
Han Xue sintió que ya no podía quedarse en esta casa, así que regresó a su habitación, empacó un poco de ropa y salió de esta mansión con dos bolsas. No tenía adónde ir y no quería volver a la casa de su madre porque no quería que la arrastraran a esto.
Han Xue finalmente paró un taxi y dirigió al conductor a un hotel. Este era el único lugar donde podía quedarse en este momento, pero no sabía que todos sus movimientos estaban siendo monitoreados.
Se registró en este hotel y reservó la mejor habitación en este hotel.
Se sintió como si finalmente estuviera a salvo y que nadie escucharía a escondidas su conversación, así que marcó un número que apenas marcaba en su teléfono poco después de registrarse en el hotel.
—¿Qué ocurre? —la voz profunda y masculina de Ye Yi se podía escuchar al otro lado de la línea.
Han Xue dejó escapar un fuerte suspiro —Estoy en mal estado. La policía me sacó la vez anterior y me interrogó durante varias horas. Habían obtenido una grabación dejada por Wang Lan y esa era una grabación de voz de mí intentando sobornarla para dañar al feto de He Xiyan hace cuatro años. Ye Hao también había escuchado esta grabación, por lo que actualmente no me habla y me odia hasta la médula. Todos dentro de la familia Ye sospechan de mí, por lo que me evitan como la plaga y se niegan a interactuar conmigo —expresó todas sus frustraciones en Ye Yi. Nadie más estaba dispuesto a escuchar sus problemas en este momento, por lo que era la única persona con la que podía hablar.
—¿Ha encontrado la policía alguna evidencia de que Wang Lan haya sido asesinado? —preguntó Ye Yi. No parecía estar preocupado por su situación actual.
—No sé si han obtenido alguna prueba. Me liberaron después de escuchar la grabación dejada por Wang Lan y me hicieron admitir que traté de sobornar a Wang Lan para dañar al bebé nonato de He Xiyan en el pasado, así que dudo que tengan alguna evidencia en este momento.
