Volvimos a la casa e hicimos como si nada paso.
Aunque yo no podía sacarme el beso de la cabeza. Disfrute tanto besarla. Sentí un cosquilleo en mi estomago y el vello de mi nuca se erizo. Hacía un tiempo que un beso no me hacía sentir de esa manera.
El camino de vuelta fue silencioso, pero aún así no era algo incomodo. Cuando estamos en nuestro departamento, en Nueva York, solemos estar muchas veces solos en silencio y nunca es incomodo. Creo que nunca tuve eso con alguien. No tener esa necesidad de decir algo. Y se siente bien. Es como tener una pausa de uno mismo.
Estoy terminando de vestirme, ya que ahora por la noche saldremos todos a cenar. Me observo y me acomodo el saco, mientras me miro en el espejo que tiene una de las puertas del armario, cuando la puerta del baño de abre y sale Carolina. No puedo evitar mirarla de reojo. Tiene su cabello oscuro y brilloso suelto peinado con unas ondas, su maquillaje es oscuro, pero casi natural y lleva un vestido negro largo, que tiene un tajo a un costado, lo que permite ver una de sus piernas al caminar. De accesorio solo lleva esa fina cadenita de oro con la pequeña abeja, que no se la quita nunca.
Al verla, mientras termina de ponerse unos pequeños aros dorados, noto que tiene su mirada fija en punto y sus pensamientos en otra cosa. Tiene cierto aire melancólico y triste. Cómo me gustaría estar dentro de sus pensamientos y saber que es lo que le sucede.
Parece que hace un clic y vuelve a la realidad, por lo que vuelvo mi vista hacía el espejo rápidamente.
- ¿Ya estás? - me pregunta con voz suave.
La miro. - Si, ¿y tú?
- Si.
- Estás... estás muy... linda. - digo y mi voz suena más nerviosa de lo que hubiera querido.
Sonríe apenas. - Gracias. - dice y se encamina hacía la puerta, al pasar a mi lado la detengo, tomando su muñeca. Ella me observa con sorpresa.
- ¿Hice algo mal? - le pregunto. - Si fue así, lo lamento.
- No sucede nada, enserio. - dice. - O al menos no contigo.
- ¿Y eso que significa?
Se queda observándome en silencio por unos segundos. - Llegaremos tarde y nos volverán a dejar. - se suelta de mi agarre y sigue caminando.
Otra vez vuelvo a estar cerca y otra vez me vuelve a apartar aún más.
Que fastidio. Mis padres deben haber buscado a la más complicada y difícil del catalogo.
Sergio y Claudia eligieron un restaurante tradicional de aquí para festejar nuestra primera noche. El lugar, que es rustico como todo en Sevilla, se encuentra repleto y de fondo se oye música de guitarra. En sus paredes hay colgados cuadros de bailarinas de flamenco, también hay abanicos y banderas. A un lado hay un pequeño y bajo escenario, y sobre este van subiendo distintas personas, ya sea a cantar, tocar la guitarra o incluso bailar. Es un ambiente muy cálido y agradable.
Aparte de Carolina con sus padres, estoy yo con lo míos, Arwen, Rocco, Jude, Peter y mis padres invitaron a Aiden.
- ¿Qué te ha parecido Sevilla, Renn? - me pregunta Claudia.
- He quedado maravillado. - digo con una sonrisa. En verdad es así.
- ¡Qué alegría! - exclama Sergio animado.
- Carolina es una guía excelente. - digo y giro mi cabeza para observarla, ya que está sentada a mi lado.
- Nadie conoce mejor la ciudad que nuestra Carito. - dice Claudia.
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Atrapado Contigo (Mafia Marshall II)
Teen Fiction*SPOILERS "NO PUEDES COMPRAR MI AMOR"* Renn Marshall es un joven arrogante, millonario, egocéntrico y malcriado. Su padre es la cabeza del clan más importante de Nueva York. Él cree tenerlo todo y ser feliz estando de fiesta en fiesta, viajando con...