Renn
Ya es de noche.
- Esto es estúpido. - dice Evan.
Estamos los 11 sentados alrededor del fuego.
- Sabes, tú madre solía decir lo mismo y vela ahora... casada y con dos hijos. - dice Hayes. - Kian defendía a muerte su soledad y velo también ahora... un dominado.
- Ay, ya cállate. - le dice mi padre.
- ¿Y que hay de ti, chico rudo? - le dice Eric a Hayes.
- Ya estaba también por llegar a mi... - responde Hayes. - Es importante hablar de esas cosas, más con las personas con las que vas a pasar no solo la mayor parte de tú día, de tú semana, sino que de tú vida. Solíamos no darle importancia a estás cosas, hasta que llego Galadriel y nos hizo darnos cuenta de lo importante que es la comunicación entre nosotros. Funcionamos mejor desde eso. Más de 30 años trabaje con estos imbéciles y puedo decirte que son lo mejor que me han pasado.
- Entonces de la acción de hoy, pasamos a lo sentimental. - sigue diciendo Evan.
- Hijo, no seas tan cerrado. - le pide su padre.
- Tienen que mostrarse vulnerables también, ¿y que mejor que con sus compañeros? - dice mi padre.
- ¿Y que se supone que tenemos que decir? - pregunta Carolina.
- Lo que quieran. - dice Rocco. - Pueden compartir lo que sientan, algo que les da temor, o alegría, algo que los marco, o algo que tienen atorado en su interior y que quieren soltarlo. Una historia familiar, una romántica... lo que sea.
- Es una especie de circulo de confianza... - dice Jude. - Lo que dicen se queda acá. Muere acá, por decirlo de alguna manera.
- Bien, ¿Quien empieza? - pregunta Rocco.
Pero ninguno de los seis abre la boca.
- Publico difícil... - dice Hayes. Se vuelve a formar un silencio prolongado. - Bien, para dar el ejemplo, yo hablaré primero.
- Me muero por oír eso... - dice Evan.
- Yo voy a compartir... - comienza a decir Hayes, queda pensativo. Su mirada pierde el brillo y se torna triste. Suspiro. - Un arrepentimiento...
- Hayes, no tienes que hacerlo... - le dice mi padre por lo bajo.
- Pero quiero. Nunca lo dije en voz alta y siento que este es el momento. - sigue diciendo Hayes.
- ¿De que te arrepientes, tío Hayes? - pregunto con curiosidad. Él siempre me pareció la clase de persona que vive sin remordimientos y sin que nada lo afecte.
- De... no haber luchado por el amor. - dice. Me sorprendo. No esperaba eso. - Se que sonara cursi y tonto, pero es verdad. Me arrepiento de no haberle puesto el empeño que le pongo a todo al mantener conmigo a la única persona que ame en verdad. O al menos en ese sentido... - hace una pausa. - Creo que el mayor consejo que este viejo les puede dar, es que luchen. Y no aplica solo a un amor romántico. Sino a todo. Luchen por todo lo que creen. Luchen por lo que quieren conseguir. Luchen por lo que tienen. Luchen por eso que... que anhelan y que los hace feliz. La vida es un suspiro. Y cuando se llega a viejo, todos esos remordimientos te persiguen. No se queden con las ganas, de nada.
- ¿Esa persona lo sabe? - le pregunta Carolina.
- Sabe que lo amo, no se si sabe que no hay un día en el que no piense en él y en lo mucho que me arrepiento de haber sido un cobarde.
- Hardy lo sabe... - le dice mi padre a Hayes en un susurro, que está sentado a su lado.
- Él es feliz y tuvo lo que siempre deseo. Y eso me hace feliz.

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Atrapado Contigo (Mafia Marshall II)
Jugendliteratur*SPOILERS "NO PUEDES COMPRAR MI AMOR"* Renn Marshall es un joven arrogante, millonario, egocéntrico y malcriado. Su padre es la cabeza del clan más importante de Nueva York. Él cree tenerlo todo y ser feliz estando de fiesta en fiesta, viajando con...