*SPOILERS "NO PUEDES COMPRAR MI AMOR"*
Renn Marshall es un joven arrogante, millonario, egocéntrico y malcriado. Su padre es la cabeza del clan más importante de Nueva York.
Él cree tenerlo todo y ser feliz estando de fiesta en fiesta, viajando con...
Por la noche, cuando llego a su departamento, toco la puerta. A los pocos segundos, se abre y me recibe Clover.
- Hola. - dice con una sonrisa. - Pasa. - entro. - ¡Nat! ¡Romeo está aquí!
- ¡Ya voy! - se oye su voz a lo lejos.
- ¿Qué hacen? - les pregunto. Veo a Evan sentado en el sofá.
- Comiendo nachos y viendo una de Robert De Niro.
- ¿Te convenció para verlas todas? - le pregunto a Clover, ya que son las favoritas de Evan.
- No, al revés, yo quería verlas. - se vuelve a sentar a su lado.
- Tiene que haber sido difícil de acceder a eso, ¿no? - le pregunto bromeando a él, quien desde que llegue sigue con su mirada en la pantalla, por más que está en pausa. - ¿Qué le sucede ahora?
- Él y sus traumas. - ríe ella. - No es contigo precisamente la cosa...
- ¿Y eso que significa? - pregunto extrañado.
- Hablas y voy a estrangularte. - dice Evan entre dientes.
- Quiero ver que lo intentes. - le responde ella.
- ¿Qué...? - comienzo a preguntar, pero me detengo al verla acercarse. - Wow... - es lo unico que me sale decir.
Natalie lleva unos pantalones negros engomados bien al cuerpo, encima un remeron también negro con el dibujo del logo de la banda Bon Jovi. Tiene su cabello lacio y sus labios de un color rojo bien oscuro. Y en su mano lleva una campera de cuero.
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Nos acercamos hasta que quedamos frente a frente. Ambos sonreímos y unimos nuestros labios en un beso. Tomo su rostro entre mis manos. Siento como la necesidad de aferrarme a ella, de que este beso no termine. Fue apenas hace unas horas desde nuestro ultimo beso, aún siento que han pasado años.
- Aww... - oímos la voz de Clover, que nos hace separarnos para mirarla. Nos observa desde el sofá, dada vuelta, apoyando sus codos en el respaldo y sosteniendo su cabeza entre sus manos. - ¿Qué? Siempre fui fan de este shipp. Renat por siempre.
Los dos reímos.
- Vamos. - dice Nat tomando mi mano, pero yo la entrelazo con la mía.
- ¿A dónde me llevas? - le pregunto cuando nos subimos al auto.
- ¿Alguien está ansioso?
- Si, amo las sorpresas.
Sonríe. - No te diré del todo, vamos de a paso.
- ¿Cómo sabré a donde debo conducir?
- Porque nos bajaremos, cambiaremos de lado y conduciré yo.