Capítulo 82

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Renn

Nunca me sentí tan incomodo en un lugar como ayer en esa elegante y amplia sala, junto a los padres de Natalie. La forma en la que me miro su padre cuando supo quien era, realmente pude ver el desprecio en esos ojos celestes. He hecho cosas malas, pero jamás me habían dedicado una mirada como esa. 

Pese a que me pidieron que los dejara solos, no pude evitar quedarme detrás de la puerta a oír. No solo porque siempre me gana el chismerío, sino que estaba listo para salir en defensa de Natalie si ella lo necesitaba. Pero no lo hizo. Me sentí muy orgullo de oírla defender su postura y de la forma en la que le dijo a su padre todo eso que se tenía guardado en su interior. 

Me sentí tan feliz de oírla. Aún más sabiendo que defendía lo nuestro. 

No me canso de decirlo y pensarlo. No hay satisfacción y felicidad más grande, que la persona que amas también te ame. Cuando los sentimientos son mutuos. Es maravilloso como todo fluye tan natural cuando dos personas quieren coincidir. Cuando hay ganas e interés, nada se interpone. No hay barreras para el amor, cuando para los demás siempre existirán las excusas. 

Se que no tiene que haber sido sencillo para ella, pero aún así decidió enfrentarlo, porque su amor por mi era más fuerte. Así como mi amor por ella. 

Mi padre tenía razón. Una vez que te das cuenta de que la amas y que no puedes vivir sin ella, ya no hay marcha atrás. 

Primera vez en 25 años que me siento de está manera. Tan feliz, tan pleno, tan completo, con tantas fuerzas y energía. Siento que podría hacer lo que sea... Y se que puedo. 

Que podemos, mejor dicho. 

Estamos acostados en la cama de la habitación del hotel. Natalie está acostada encima de mi, con su cabeza apoyada en mi pecho, mientras yo la envuelvo con mis brazos y con mis dedos acaricio con suavidad todo su cuerpo desnudo. 

- ¿Qué quieres hacer? - le pregunto en un susurro. 

- Creo que lo mejor va a ser que nos volvamos a Nueva York. - me responde ella, luego de pensarlo un poco. 

- ¿Estás segura que no quieres ir? 

- Lo unico que voy a lograr es que mi padre se moleste, que mi madre se ponga nerviosa por eso, que mi hermana también lo este por mis dos padres y que tú estés incomodo. Resumen, ningún bien para nadie. Grace sabe que lo intenté. 

Quedo en silencio, pensativo. 

- Lo siento.... - digo luego de un tiempo. Gira su cabeza y apoya su mentón en mi pecho para observarme. Me mira sin entender. - Tú ibas a venir sola, fue mi idea... o mi capricho, venir. A cambio cree todo este dilema. En verdad no creí que saldría así de mal... 

- Renn, volvería a tomar la misma decisión aún sabiendo como va a terminar. En verdad me saque un peso de encima. Ya no tengo que seguir mintiéndoles u ocultándome. Y eso se siente muy liberador.  

 La miro, mientras le corro el cabello del rostro, llevándoselo detrás de su oreja. 

- ¿Te he dicho lo enamorado de estoy de ti? 

Menea la cabeza. - Lo has mencionado alguna que otra vez. 

Río. Acerca su rostro y nos besamos. La abrazo con más fuerza, mientras nos seguimos besando y giro para que ella quede abajo y yo encima suyo. Me mira, acariciando mi rostro y pasando sus dedos por mi cabello. 

- ¿Qué dices si vamos a desayunar y luego seguimos dando vueltas hasta que sea la hora de nuestro vuelo? 

- Me parece bien. - dice. Sale de debajo mío y se para. 

Atrapado Contigo (Mafia Marshall II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora