Atrapado Contigo (Mafia Marshall II)

Capítulo 98

Renn

No nos quedo otra que seguir con el plan de mi padre. En estos momentos, es la unica solución. Al menos por ahora. Así que los cinco, junto con Izan dejamos toda nuestra vida atrás y huimos de Nueva York. Peter compro algunos favores y nos consiguió nuevos pasaportes, con diferentes nombres, así no logran localizarnos. 

Arwen se rehusó a marcharse. No hubo forma de convencerla, según ella la ven solo como una adolescente, una niña. "No podemos dejarlos completamente solos. A ti te buscan, a mi no." fue lo que me dijo. Jude y Rocco también decidieron marcharse por su cuenta, al menos por un tiempo. 

No tardamos en empacar. En nuestros bolsos solo llevábamos unas pocas prendas y objetos personales. Dejamos todo atrás... nuestras cosas, nuestra vida, nuestra familia. 

- ¿Seguro que no quieren que vayamos con ustedes? - pregunta Evan, mientras tiene entre sus brazos a Izan. 

- Si ya con un mafioso se puso como la ultima vez, no me quiero imaginar que hará si llegamos todos. - respondo. 

- ¿Y estás seguro que quieres hacerlo? - me pregunta Nat dudosa. - No acepto mi relación contigo, no creo que acepte ayudarnos. 

- Tenemos que intentarlo. No hay muchas opciones ahora. Y no deja de ser tú padre. 

- Está bien... - dice no muy convencida aún. 

- Tomemos a Izan y vamos. - sigo diciendo. 

- ¿Quieres llevarlo? - pregunta Nat. 

- Si. Si no lo hace por nosotros, que al menos lo haga por su nieto. 

- Así que usaremos a nuestro hijo como cebo. 

- Es eso o que quede huérfano, ¿tú que prefieres? - bromeo. 

Frunce el ceño. - No juegues con eso. 

La abrazo y dejo un beso en su cabeza. - Lo siento. - miro a los demás. - No tardaremos en volver. 

- Estaremos aquí, pidiendo servicio a la habitación. - dice Clover, acostada en la cama. 

- No se pelen por el control de la televisión. - Natalie se termina de poner su abrigo y toma a Izan, para ponerlo en el huevito porta bebe. 

- No prometemos nada. - Evan se acuesta también en la cama de la habitación, lo que deja a Mason en el medio de los tres. 

Con Natalie e Izan salimos del cuarto del hotel donde nos estamos hospedando. Nos subimos a un taxi, que conduce hasta la estación de tren que nos va a llevar a las afueras de París, donde vive su familia. 

Tres años después vuelvo a estar frente a esa enorme y elegante casa. La primera vez no resulto bien. Deseo más que nada que está vez salga como lo planeo. 

Noto como la mano de Natalie tiembla al tocar el timbre de la puerta principal. 

- Señorita Natalie. - exclama con sorpresa la mujer mayor que nos abre la puerta. 

- Hola Eli. - la saluda ella. - ¿Están mis padres? Necesitamos hablar con ellos. 

- Si señorita, por favor pasen. - nos abre más la puerta. Entramos. - Los iré a buscar enseguida. - agrega al cerrar la puerta. 

- No les digas que soy yo, ¿si? por favor. - le pide Nat. La mujer asiente y se aleja por uno de los tantos pasillo. La casa está tal cual la recuerdo, pareciera que el tiempo no pasa aquí. 

Sus padre no tardan en llegar la hall de entrada. Nos miran con sorpresa. 

- Natalie... - dicen a dúo en un susurro.