Atrapado Contigo (Mafia Marshall II)

Capítulo 109

Aiden

Haberme marchado cuando tan solo era un adolescente de 16 años, ha sido la mejor decisión que tome. Haber dejado atrás Nueva York, esa casa... a Kian Marshall. Lo unico que me dolió fue dejar a Jude, pero era un caso perdido, no iba a dejar a ese asesino, ya se había encariñado con él. Y eso en parte hizo que mi decisión fuera más sencilla. ¿Cómo le puede tener alguna clase de afecto a un hombre como ese? Creí que Galadriel sería diferente, pero no lo fue. Me decepciono bastante, porque una parte de mi le tenía fe. Aunque por un corto tiempo, en la casa se percibió otro aire con su llegada y llegue a pensar que todo podría cambiar, distinto. Pero no después de lo que descubrí. 

Lo que me llevo a plantearme una sola pregunta...

¿Qué le ven? Todos parecen caer rendidos a sus pies. Está rodeado de tantas personas que lo protegen, lo aguantan y morirían por él. No lo entiendo. Es un egoísta, que no tiene un grado de bondad, ni humanidad, que no se preocupa por nadie. Jamás le interesamos ni Jude, ni yo, ni siquiera a pesar de todo el daño que nos ocasiono en nuestra vida. Por su culpa no tuvimos padres, ni un hogar, ni una familia. Nunca recibimos una muestra de cariño... un abrazo, un beso, una caricia o palabra de aliento. Cuando tenía la edad de Jude solía dormirme llorando todas las noches, deseando que mis padres fueran por mi. 

En casa todo era un infierno, y en la escuela la situación no era muy diferente. De niño se burlaban de mi porque no tenía familia y cuando me hice más grande era porque mi "hermano" era un criminal y un asesino. Me vi obligado a crear una coraza, para protegerme de todos los insultos, las agresiones y la indiferencia. Me cerré en la música. Era mi botón de escape del mundo. Ahí descubrí que era lo que quería hacer el resto de mi vida. La música. 

Así que cuando me aceptaron en el programa junior del Royal College of Music, uno de los mejores conservatorios de Londres y del mundo, no lo dude y lo vi como una oportunidad de empezar mi vida de cero. No me iba a quedar allí, siendo un peón más de Kian Marshall. Decidí guardar todo mi dolor, toda mi bronca y resentimiento, y junto con eso mi apellido, ese apellido maldito que solo atrae desgracias. Una vez que llegué a Londres, ya no era más Aiden Marshall, elegí ser Aiden Murray, tome el apellido de mi madre. Quería probarme a mi mismo, y a él, que puedo evitar ser como ellos. Que se equivoca con respecto a que se puede huir de un apellido como ese. Que no voy a ser como Kian Marshall, un asesino. Tampoco un daño colateral como mis padres. Sería Aiden, una de las tantas personas a las que le apasiona la música y que su mayor sueño es vivir de eso. 

Aunque, cuando la conocí, ella se volvió mi mayor sueño... 

Para ese entonces yo ya tenía 30 años.

Cuando termine el programa junior, al cumplir los 18 años, corte toda "relación" con Kian Marshall, que en realidad era dinero que me enviaba para pagar la escuela, me cambie el apellido y presente una audición para quedar en el conservatorio. Como ya era alumno, me aceptaron y me dieron una beca, ya que según los directivos era uno de sus mejores alumnos, además del más prometedor. Había estudiado principalmente piano, violín, algo de cello y en el ultimo tiempo tuve un gran interés en dirección de música. Y conseguí trabajo dando clases nada más que donde me instruí. 

Era una mañana tranquila, cuando uno de mis alumnos se me acerco al salir de clases, por los pasillos. 

- Buenos días, profesor Murray. - me saluda. 

- Buenos días, Tommy. 

- La directora me pidió que lo buscara, quiere verlo en su oficina. - me informa. 

- Ahora mismo voy, muchas gracias. 

Me dedica una sonrisa y sigue caminando por el lado contario al mío. Me dirijo hacía donde está su oficina y toco con un leve golpe la puerta.