Capítulo 6

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Estoy desayunando en el comedor, o más que desayunando, atorándome con comida, ya que cada vez que estoy estresado como. 

Mis padres me han exigido todo el fin de semana saber que paso. Aunque papá después de un rato se canso y dejo de preguntar, mamá por otro lado, ella nunca deja de insistir. Pero yo me mantengo firme. No quiero decirles porque no es algo bueno como nos conocimos. Querrán matarme si lo saben.

Ella se ve que tampoco ha dicho algo, porque si lo hubiera hecho sus padres ya los hubieran llamado a los míos.

- ¡Habla con él! - oigo a mamá quejarse, entrando al comedor. - Se ha reusado a decir palabra en todo el fin de semana, aún no nos dice que diablos fue lo de la otra noche. 

- Mamá, puedo oírte, no estoy sordo. - digo mientras sigo comiendo mis tostadas. 

- Pues parece que lo estás para lo que te conviene. 

Rocco se sienta a mi lado y ella nos deja solos. 

- Me siento como tú consejero estudiantil y que tus maestros me ponen las quejas de ti. - dice. Me observa en silencio. - Vamos, que llegaremos tarde a tú primer día. En el camino me cuentas.

Nos subimos a su auto y él conduce. 

- Ve lento, que aún no estoy listo para llegar.

- ¿Nervioso? - pregunta divertido. 

- Si, mucho. La ultima vez que fui al asilo era un niño. 

- Ya verás que nada ha cambiado. 

- Pues no, porque estaban esperando a que yo llegara para hacerlo. - digo molesto. Quedamos en silencio, mientras sigue conduciendo hacia la ciudad. Suspiro. - Lo siento, llevo unos días malos.  

- ¿Me vas a contar que sucedió? Al parecer la conoces y no es algo bueno. 

- ¿Bueno? ¡Es una catástrofe! 

- Ya lo creo. ¿Y bien?  

Suspiro. - La conocí una noche que estuvimos en Ibiza, hará hace... un tiempo. Y precisamente no comenzamos con el pie derecho...

2 años atrás.

Estamos bebiendo champagne desde hace unas cuantas horas, por lo que cuando llegamos al club ya nos encontramos bastantes eufóricos. Yo estoy tomando de directo de la botella, mientras estoy sentado en el sofá de nuestro living privado en el vip. Alex, Rita y Peter están parados, bailando con unos españoles que conocimos. 

Con ellos cuatro somo amigos desde la secundaria y son con quienes siempre viajo a todos lados, nos movemos de acá para halla desde hace un tiempo. Tenemos personalidades muy iguales, lo que hace que estemos de acuerdo en todo. El padre de Alex es dueño de una cadena hotelera muy conocida por todo el mundo; los padres de Rita son dueños de varias empresas multinacionales. Y la mamá de Peter es una diseñadora famosa. Así que, al igual que a mi, el dinero no es un problema, por lo que no escatimamos en gastos al viajar.

- ¡Renn! Ven, vamos a bailar. - dice una de las gemelas que conocí hace un rato, acercándose a mi y extendiéndome su mano. 

La tomo y me paro junto con mi botella, mientras nos movemos al ritmo de la música. Su hermana se une a nosotros. La verdad que bajo las luces del club me cuesta mucho distinguirlas, las dos tienen ese color marrón claro de piel, su cabello negro con rulos, físicos atléticos que se puede ver sus abomínales marcados bajo el top negro, que hace juego con el short negro de cuero. Ambas son despampanantes. 

- ¿Les han dicho que se parecen a Rihanna? - les digo hablando en voz alta por la música. Las dos ríen y siguen bailando pegadas a mi. - Sería un sueño para mi que luego nos vayamos los tres juntos. 

Atrapado Contigo (Mafia Marshall II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora