Jin y tu estaban de vacaciones en una Daegu, Corea del Sur. Este era su segundo día.
Habían alquilado un lugar para quedarse en vez de un hotel; les parecía más cómodo y barato.
Ese día, habían ido a caminar un rato, compraron cosas, tomaron muchas fotos y luego volvieron al departamento que alquilaron. Volvieron con comida que solo se tenía que calentar un poco ya que no querían cocinar.
De repente, se escuchó como un chorro de agua salía de la ducha del baño de la habitación principal. Si, donde durmieron una noche.
—Jin, la ducha se abrió —Le decías a Jin cuando notaste aquel ruido.
Jin alzó la cabeza con una mirada aterrorizada.
—¿Segura que la cerraste bien? —Jin preguntaba ya que tu habías sido la última en bañarse en la mañana.
—Si, segura.
El chorro paro de sonar. Decidieron pensar que había sido una pequeña fuga de agua.
A los 5 minutos, volvió a sonar, pero ahora, acompañado del sonido de la puerta del baño cerrándose.
—Jin, ¿escuchaste? —Aterrorizada, volvías a decirle a Jin lo que 5 minutos antes le habías dicho.
—Si _____ —Dejaba sus palillos a un lado y se ponía tenso— Eso ya no fue una fuga.
—Ve a mirar —Le decías a Jin.
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—¿Qué? ¿Yo por qué? —Jin decía indignado.
—Lo siento, entré en pánico. Vamos juntos a mirar que fue lo que ocurrió —Sacabas valor de donde no tenías y te levantabas de la mesa. Animabas a Jin a ir contigo.
Se levantaron y caminaron por el pasillo hasta la habitación principal, ambos con los pelos de punta y ganas de ir a hacer pipí de los nervios.
Jin iba en la delantera y tu atrás de él. Una vez llegaron, Jin con mucho temor abrió la puerta y encendió las luces. Comenzaron a inspeccionar la habitación y no sabían que era peor: encontrar una rata o no encontrar nada.
Entraron al baño y efectivamente, la ducha estaba encendida, las toallas caídas y la puerta cerrada cuando recuerdan haberla dejado abierta.
—Jin, saquemos rápido las maletas —decías asustada.
—Concuerdo.
Ambos se ponían manos a la obra y sacaron rápidamente todas sus cosas de la habitación y la cerraron.
—_____, olvide mi cargador —de repente, Jin soltaba ese comentario.
—¿Es enserio? —Decías angustiada— Entra rápido y sácalo, corre. Yo me quedo en la puerta.
De nuevo, entraron, pero encontraron la cama destendida. ¡Habían salido de la habitación hace dos segundos!
Jin se quedó helado al ver eso, pero reacciono rápido y corrió por su cargador para luego correr de vuelta para salir por la puerta de aquella siniestra habitación
—Dormiremos en la sala —Decía Jin.
—¿Dormiremos aquí?
—No tenemos a donde ir —Buen punto— además, el dueño no contesta a esta hora como para decirle que hay un posible fantasma aquí.
Ni siquiera se pusieron sus pijamas, se acostaron en el sillón. Ambos se abrazaron para de alguna manera sentirse protegidos. No apagaron las luces por miedo, pero alguien o algo les hizo el favor de hacerlo. Ambos se abrazaron más fuerte.
—_____, ahora si me voy a hacer pipí —Decía Jin— ¿y si necesito ir al baño?
—No Jin, no vamos a movernos de este sillón hasta que sea la luz del día —Abrazabas a Jin por la cintura
—¿Y si corremos y nos vamos?
—Me parece una gran idea —Jin y tú se levantaban del sillón, se tomaban de las manos y corrieron hasta la entrada.
Al fín afuera.
—Jin —Decías queriendo reír y al mismo tiempo llorar— NOS CONCENTRAMOS TANTO EL SALVAR NUESTRO PELLEJO QUE OLVIDAMOS LAS MALETAS ADENTRO.
—ES TU CULPA —Jin alegaba.
—¿CREES QUE YO PLANIFIQUE QUE UN FANTASMA ESTUVIERA AHÍ?
—¿QUIÉN RESERVO ESTE LUGAR?
—TU —Soltabas en seco.
—ah, ¿yo? —Jin reía— en la descripción del lugar no decía "fantasma incluido"