Ibas caminando muy tranquilamente en camino a un supermercado para realizar las compras del mes, ya era hora de llenar los cajones de la cocina y el refrigerador. Ir al supermercado era un arma mortal a veces ya que solías comprar cosas de más, pero necesarias para los antojos.
Entraste al establecimiento, agarraste un carrito y comenzaste a recorrer los pasillos agarrando de los anaqueles los diferentes alimentos que necesitabas. Entrar al pasillo de los detergentes era una fiesta para tus fosas nasales, el olor era una combinación de lavanda y algo de cloro.
—¿Debería llevar dos o solo uno? —Te preguntabas a ti misma frente al anaquel de las botellas de detergente para ropa.
—Yo opino que si —De repente, un chico alto y sonriente respondía— Ya los he probado y son buenísimos, lleva dos —¿Acaso trabajaba ahí para promocionar el producto? — Oye, yo te conozco, tu cara me es familiar.
"¿Quién diablos es este tipo?" pensabas. Jamás lo habías visto o al menos no recuerdas haberlo visto.
—¿Sí? —Volteabas a mirarlo— Creo que parezco, pero no soy.
—No, si lo eres —Sonreía— Eres ____
No sabias si asustarte o sonreírle. Sabia tu nombre, pero tú no el de él, no sabias quien era.
—Lo siento, no te conozco —Agarrabas las botellas de detergente y las ponías en el carrito de compras para irte.
—Espera, hagamos algo —Te comenzaba a perseguir— Te invito a tomar un café para que conversemos, hace mucho que no te veo y quiero aprovechar la oportunidad, se que te puede parecer extraño que alguien que tal vez no recuerdes se te acerque, pero confía en mí, yo no soy una mala persona.
Lo pensaste y poco, él se veía alguien bueno, alguien que no tocaría el pétalo de una flor con intenciones de arrancarlo.
Aceptaste.
Después de las compras, el ofreció a llevarte a la cafetería en su auto. El te llevó a una cafetería cerca de un parque muy lindo, lleno de flores y faroles.
—Bueno, aquí estamos —Ya en la mesa con vistas al parque, comenzaron a conversar.
—¿Qué quieres ordenar? Yo invito —Sonreía.
—Un cappuccino de vainilla está bien
—Está bien, iré a pedirlo y ya vuelvo —Aquel chico de la sonrisa amplia, se levantaba de la mesa para dirigirse a la caja y comenzar a pedir el café y lo que él quería— Aquí esta, tu cappuccino de vainilla como lo pediste.
—Okey, ahora si hablemos sobre porque o de donde me conoces —Tenias mucha curiosidad.
—Claro, ¿Recuerdas las cartas, las rosas y los globos anónimos que llegaron a tu puesto en el salón durante 4 años?
—Ah sí, recuerdo que mi mamá siempre me preguntaba quién me había regalado eso, tanto así, que mi mamá pensó que yo tenía pareja y que no se lo quería decir.
—¿Enserio? Perdón —Reía a lo bajo.
—¿Perdón? —Comenzabas a entender quién era él.
—Si, soy Jung Hoseok pero mis amigos me dicen Hobi
—¿Jung Hoseok? ¿El bailarín estrella de la escuela? Nunca te vi competir, solo escuchaba de ti y sabía que ibas a representar a la escuela en las competencias y que también todas las chicas se derretían por ti, no solo chicas, si no, los chicos también.
—Si era yo, pero también era yo quien te mandaba eso
—¿Sí? —No pudiste evitar sonrojarte— ¿Enserio?
Él era popular y tú eras alguien popular, pero en tu salón de clase ya que tenías un carisma atractivo, pero no pasabas de ahí. Eras un estudiante promedio académicamente, buena en ciertas materias, no tan buena ni tan mala en unas cuantas y pésima en otras.
—Si, enserio. La primera vez que te ví, fue en una excursión, te vi tan feliz y con un aura tan lindo que me fue imposible no quitarte la mirada de encima y así, pasaron los días y los años, lamentablemente nunca estuvimos en el mismo salón, pero yo siempre trataba de cuidarte a lo lejos, de mandarte regalos, en fin, son de esos enamoramientos a lo lejos solamente que era muy tímido para decírtelo.
—¿Tímido?
—Si, sé que fui a muchas competencias e incluso me presenté varias veces en frente de un público, pero siempre fui muy tímido, bailar me hacía olvidar todo eso y se me olvidaba que tenía a muchas personas a mi alrededor
Solo mostrabas asombro.
—¿Te gustaba mucho? —Preguntabas por curiosidad.
—Demasiado para ser sincero —Reía y se sonrojaba— Fue una sorpresa encontrarte en el supermercado, enserio.
—Concuerdo contigo —Reías.
Siguieron conversando por un rato más. Hoseok te comentó que persiguió sus sueños de bailar así que se convirtió en coreógrafo de una empresa de entretenimiento grande, le iba muy bien y ya había hecho coreografías con grupos grandes y principiantes. Vivía solo en el norte de la ciudad y que era muy feliz.
Tú le contaste de que había sido de tu vida después de la escuela. Él se mostró atento a todo lo que tú le decías y eso te causaba mucha ternura.
Se levantaron una vez terminaron sus bebidas, se levantaron y fueron al auto de Hoseok, él se ofreció a llevarte a tu casa. Durante el recorrido, hablaron de muchísimas cosas más, sobre sus gustos de música, a donde querían viajar en un futuro, entre otras cosas.
—Gracias por traerme Hoseok
—Hobi —Corregía el chico.
—Okey, Hobi. Gracias por traerme.
—¿te parecería bien si nos encontramos de nuevo para comer algo o ir a algún lugar?
—Me parecería bien.
