Estar en la escuela en último año era bastante tedioso cuando a pesar de estar físicamente ahí, mentalmente estabas en tu cama soñando en tu lugar feliz y más ahora que tu mejor amigo no daba señales de vida hace una semana, el era quien te daba ánimos de seguir con las clases sacándote una sonrisa con mensajes chistosos o alguna anécdota ridícula. Antes de cada clase, pasabas por la pequeña cafetería a comprar algo pequeño de comer para mantenerse despierta entre clases y mantener al estómago feliz y en silencio, aprovechabas que tu puesto era el del fondo y los profesores no lograban ver en su totalidad lo que hacían los estudiantes del fondo.
Entraste al salón una vez la hora llegó y te sentaste en tu asiento para acomodar tu mochila y liberar el peso de tu espalda. Tus amigos llegaron, te rodearon y comenzaron a hablar de cosas varias para ponerse al día de las cosas que habían pasado en la tarde o noche anterior. La profesora de la primera hora había llegado pero esta vez en compañía del director cosa que era bastante fuera de lo común. Cuando venia era para reprenderlos por algo que habían hecho mal así que veían un regaño cerca.
—Bien, buenos días muchachos —El director con elegancia entraba mientras saludaba cordialmente a los presentes— Se que mi visita no es habitual aquí y cuando lo es, es porque los voy a reprender, pero tranquilos, esta vez no es para eso. Verán, hoy recibimos a un estudiante nuevo lo cual para ustedes debe ser muy extraño ya que hace 2 meses comenzamos clases, pero esta vez lo hicimos debido a la situación del estudiante. Los pondré en contexto un poco, el es extranjero y habla un español intermedio ya que tomó clases en su país y es precisamente por eso que les pido que por favor lo acojan, entenderán que cambiarse de país debe ser algo muy frustrante en un punto y adaptarse a este debe ser igual o peor así que quiero que le hagan ese proceso más fácil para él —Entendías lo duro que debería ser para el así que pudiste empatizar con eso— Bien, pasa.
Y de repente, te quedaste totalmente sorprendida por el personaje que pasó por el umbral de la puerta.
—Buenos días, soy Jungkook Jeon, se que mi nombre puede ser un poco difícil de pronunciar para ustedes ya que es un nombre coreano, si quieren, pueden decirme John. Supe que es un nombre algo común aquí y su pronunciación es muy similar a la de mi apellido por lo que no me incomoda que me digan así, lo hago por si no pueden pronunciar mi nombre como tal.
—Como ya dijo su compañero, el es de Corea del sur, pero ahora vive en nuestro país. Espero que lo acojan y lo hagan sentir como en su hogar —Ahora era la maestra quien hablaba— Puedes sentarte en el pasillo al lado de la ventana en ese asiento vacío.
El asiento no quedaba en el fondo, quedaba en el tercer lugar.
Una de tus amigas que se sentaba a tu lado te susurraba cosas como "Es muy lindo", "Creo que ahora es mi crush", "se viste muy bien". El chico aun no tenía su uniforme.
Se terminaron las clases del primer bloque y ahora venia el recreo.
—¿Se puede saber que carajos haces aquí? —Te acercabas al puesto del estudiante coreano que había alborotado las hormonas de muchos— ¿Por eso fue por lo que me preguntaste donde estudiaba? —Un poco de contexto: Jungkook y tú se habían conocido en el hotel de un viaje, se llevaron bien y se intercambiaron números. Al llegar cada uno a su respectivo país comenzaron a mensajearse y hablar muy seguido al punto de formar un lazo de amistad muy fuerte. Se contaban todo lo que pasaba y eso los hacía sentir muy cerca. Tu aprendiste algo de Coreano, pero a Jungkook se le daba mejor aprender español ya que al parecer, el plan de mudarse a tu país llevaba siendo una "broma" entre ambos pero ahora, resultó ser real. Así fue por 2 años hasta que hace dos semanas Jungkook desapareció de tu radar y no hablaban mucho o dejaban de hacerlo.
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—Lo siento, no te comprendo —Hablaba en coreano con su acento de Busan.
—No te hagas el estúpido y levántate a darme un abrazo —Le dabas un empujón en su brazo. El se levantaba y te abrazaba, ambos estaban tan felices de tenerse cerca después de mucho tiempo. Todos quedaban impresionados al ver como ustedes se abrazaban, algunos sentían celos, otros asombro y otros eran indiferentes.
—Sorpresa —Jungkook sonreía avergonzado— Juro que tenia otra cosa planeada, estaba confiado que no quedaría en tu mismo salón, pero ya sabes, cosas del destino —Te guiñaba un ojo— Tenía otra cosa planeada pero ya no se pudo así que te invito a comer algo después de la escuela.
—Esperen, estoy confundida —Ana, una de tus amigas hablaba interrumpiendo el momento— ¿Ustedes se conocen?, ¿Tu hablas coreano?
—Si, nos conocemos —Le dabas a Jungkook golpecitos en la espalda— ¿Recuerdas del mejor amigo del que te hablé?, es el —No podías evitar reírte— Con respecto al idioma, si, hablo un poco de coreano, pero él es mejor en español así que me aproveché de eso.
—Me muero de la envidia —Ana te susurraba— ¿Crees que se fije en mí?
—¡Ana! —Le dabas un empujón.
—Oye, ¿deberíamos decirle que escuché lo que susurro? —Jungkook volvía al coreano— Es tierna.
—Y no tiene pareja —Te burlabas.
—Yah, cállate que esta confundida porque no comprende que carajos hablamos.