Ir al museo no era precisamente, algo que disfrutarás. Te daba algo de sueño ver tantas pinturas, algunas, que no tenían sentido para ti.Recordabas aquel día en donde tus padres ganaron aquellas entradas para ir al museo de arte. Sus rostros eran graciosos al percatarse de la suerte que a veces podrían tener.
Tu madre era la única quien encontraba aquel museo como una fuente de entretenimiento, tu padre y tu solamente la seguían.
Durante el recorrido, te apartaste de ellos y comenzaste a caminar por el lugar. Tenías que aceptar que era precioso, tenía un balcón con vista al paisaje floreado del cual, el museo era el propietario.Te sentaste en uno de los bancos del balcón y admiraste el paisaje mientras la fría brisa golpeaba tu rostro. La vibración de tu teléfono interrumpía tus pensamientos.
Mamá
¿Dónde estás?Un mensaje de tu madre para saber tu paradero. Le dejaste en claro que te separaste para admirar por tu cuenta el museo, cosa que era mentira.
Ella lo creyó y dijo que la vieras en 30 minutos en la salida del museo.—¿Puedo? —De repente, un chico alto, tez morena y ojos alargados aparecía en la escena. Señalaba tu lado vacío en el banco que estabas sentada— ¿Puedo sentarme aquí? Las demás están ocupadas y estoy algo cansado
—Ah, c-claro —eras algo tímida con los chicos.
El tomaba asiento y tú te tensabas ante su cercanía. El cuidaba tu espacio personal tratando de no hacerte sentir incomoda.
—No eres de por aquí, ¿verdad? —El chico rompía el silencio.
—No, soy de t/p. Tu tampoco eres de por aquí, ¿me equivoco? —Tratabas de no pasar por aburrida y devolvías la pregunta
—No te equivocas, soy de Corea y estoy aquí en Estados Unidos por vacaciones
—Oh, comprendo —Tu timidez se apiada de tus pensamientos y los bloquean por completo. Dejas de modular.
El silencio vuelve a reinar entre los dos, incomoda, te movias un poco para encontrar una posición cómoda pero la presencia del chico te impedía eso. No era porque el chico te incomodara, de hecho, el parecía ser muy agradable y pacífico.
La razón de no poder sentirte del todo bien era por tu pobre habilidad de ser extrovertida.—¿Cuál ha sido tu pintura favorita? —Volvía a preguntar
—¿Quieres que te sea sincera? —Dejabas tus palabras fluir— No tengo idea de lo que veo aquí, no me siento interesada por los museos. Solo acompaño a mis padres.
El chico reía sonoramente mientras se llevaba una mano a su sonrisa cubriendola por completo.
—Vaya, si que estas aburrida aqui —No dejaba de sonreir.
—Algo —esbozabas una timida sonrisa— Supongo que tu amas estar aqui
—Supones bien, me encanta el arte. Me parece increíble como los artistas logran expresar algún pensamiento, sentimiento u otra situación en una pintura. Ver lo trazos y tratar de conectar con ella. Mi cosa favorita, es percibirlo o traducirlo a tus sentimientos propios. El arte es para todos
Una onomatopeya de "Wow" salió de tu boca. Era un chico profundo.
Desde ese instante, supiste que era de ese tipo de personas con las que podrías conversar horas y horas sin descansar.—Supongo que has ido a muchos museos, ¿también pintas?
—Es gracioso, no pinto nada. Soy un ser con poca habilidad imaginativa y no se me ocurre nada. Me va mejor componiendo.
—¿Componiendo? —Expresabas sorprendida, no conocías a nadie cercano que compusiera— Que interesante
—Si, basta de hablar de mi. ¿A ti que te gusta hacer? —No te gustaba hablar de ti. Siempre que te preguntaban, la información sobre ti en tu cerebro, desaparecía por completo dejándote en ceros.
—Créeme, no deberíamos hablar sobre mi. Lo único que sé me viene a la cabeza sobre mi, es mi nombre
—Eres de ese tipo de persona que uno va conociendo a medida que pasa el tiempo, ¿verdad? O también, te desconoces a ti misma cuando te preguntan sobre tu vida
Dios, ¿este chico era un psíquico o algo parecido?
—Si, es eso —Sonreias y te sonrojabas ligeramente— ¿Te importa si te pregunto cual es tu inspiración para componer?
—Me gusta que me pregunten esas cosas —Sonreía haciendo que sus alargados ojos se cerraran un poco haciéndote pensar que era tierno— Me inspira ayudar a aquellos que se sienten tristes, perdidos en ellos mismos o en alguna situación en la que no la pasan bien, en fin, ser un hombro en el que puedan llorar en paz, un corazón que los pueda escuchar y que no tengan miedo a ser juzgados. También, ayudarlos a que sean más felices. Todo eso, por medio de la música, un lenguaje universal —Mientras el hablaba sobre su inspiración, sentiste tanta paz que te fue inevitable tener una sonrisa todo el tiempo.
—Es precioso, enserio lo es —Lo elogiaste. Aquel hermoso momento fue interrumpido por la vibración de tu celular. Te excusaste con Namjoon y el no se molesto en lo absoluto.
Mamá
Ven ya a la salida del museo, ya terminamos el recorrido. Te esperamos, no tardes.Te sentías mal por eso, en verdad querías quedarte a conversar con el.
—Me tengo que ir, lo siento
—Oh, no hay problema —El hacia una pausa con intención de que dijeras tu nombre
—_____
—No hay problema _____ —Tendía su mano para que tu la estrecharas— Me conoces, ¿verdad? Alcancé a ver tu fondo de pantalla, tiene el nombre de una de nuestras canciones.
Y en ese momento, no pudiste mentirle.
Suspirabas mientras sentías el rojo vivo subir a tus mejillas.
—Lo siento —Mirabas cabizbaja— Solamente quería que te sintieras cómodo, es decir, aqui esta Kim Namjoon, un chico normal en la cúspide de su juventud que sólo disfruta de esta y con el es con quien quería conversar, creo que cuando estas fuera de cámaras o del trabajo solo quieres que te traten como un chico normal. RM esta en los escenarios, en los lives, en las revistas y comerciales. ¿Te molestó? —Siempre lo supiste pero convenciste a tu mente de que solo era un desconocido que te habló y te cautivó por su manera de hablar. Funcionó. En medio de la plática, olvidaste que era RM de BTS.
—Para nada. Gracias _____ por verlo de esa manera, no sabes lo mucho que apreciare ese hermoso gesto, gracias —Sonaba tan sincero y emocionado.
—Gracias a ti, por lo que dijiste sobre tu inspiración. Me ayudaste mucho —El estrechaba un poco más fuerte tu mano— Me tengo que ir, fue un gusto hablar contigo. Cuídate
—Créeme que el gusto fue mio, eres muy agradable. Espero encontrarte de nuevo. Cuídate tu también —Se soltaban y tú emprendidas camino a la salida del museo.
El te siguió con la mirada por unos segundos hasta que desapareciste por completo.
Tu semblante cambió por completo. Solo había felicidad.