—¿Qué ocurre? —Le decías a Taehyung quien estaba al otro lado de la pantalla. Estaban haciendo una videollamada y el parecía estar desde su auto en camino quien sabe a dónde.
—¿Cómo que "que ocurre"? —Se veía serio ante tu desconcierto— Lo olvidaste, ¿cierto?
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Trataste de buscar entre tus recuerdos que se supone que habías olvidado, pero nada venía a tu cabeza. La última vez que hablaste con Tae no recuerdas haber quedado en algún acuerdo con el por lo que no entendías porque te reclamaba aunque, tenías muy mala memoria y eso en algunas ocasiones te traía malas jugadas...¿y si esta era una de esas ocasiones?
—Lo siento, pero no sé de qué me hablas, siento que lo olvidé y me vas a matar. ¿Estoy en lo correcto?
—Así es, en 2 minutos estoy en tu casa —De repente, soltaba esa frase tomándote totalmente desprevenida. Estabas aún en tu pijama, sin desayunar, aún en cama y con el día apenas comenzando para ti al despertar solo unos minutos antes de la llamada de Tae.
Taehyung colgaba quedándose con la última palabra.
Tae llegó y lo recibiste con una sonrisa convencedora de no merecer algún regaño. El entraba y se sentaba en el sillón mientras te miraba decepcionado.
—Efectivamente, lo olvidaste —Se veía dolido— Lo esperé de cualquiera menos de ti, eres mi novia y olvidas lo que el ser que más te ama en este mundo te dice —Estaba siendo dramático. Comenzabas a sentirte culpable y tu semblante cambiaba a uno triste. Tae al ver esto, comenzó a reírse sonoramente mientras se dirigía a tu y tomaba tu rostro entre sus amplias manos
—¿Qué? —Decías desubicada
—Era una broma, solo quería una excusa para venir a tu departamento y ver películas juntos —Apretaba tus mejillas— ¿Qué tal mi actuación?
Tú lo mirabas algo enojada— Estuvo increíble, ahora, déjame irme a la cama de nuevo ya que salí disparada de ella por tu culpa —Te soltabas del agarre de Tae y corrías a tu habitación. Tae iba detrás de ti y se recostaba contigo en la cama, pero él no se dio cuenta que tu cabello quedó bajo su brazo haciendo que se jaloneara un poco.
—¡Oye, mi cabello! —Exclamabas con dolor
—Lo siento, lo siento, lo siento —Se levantaba rápidamente— Te estoy entrenando para los golpes de la vida, habrá más fuertes que estos por lo que tienes que ser fuerte
—Gracias, eres muy atento —Decías sarcásticamente. Te arropabas con las cobijas y Tae te abrazaba por atrás. Después de unos minutos conversando, se quedaban profundamente dormidos.
