Uno de los mejores amigos de Jin tenía un bebé de 1 año, era una ternura y Jin amaba a ese niño. El día de hoy, el amigo de Jin tendría que salir de la ciudad junto con su esposa por motivos de urgencia y no podían llevar al bebé con ellos porque sería algo riesgoso para su salud así que le encomendaron a Jin la tarea de ser niñero del niño por 3 días.
Y tú, también lo serías. Jin dijo que no podía con eso solo, no sabía nada de paternidad, no es como que tu supieras igual pero el poco conocimiento que tenían ambos podrían fusionarse y sacar buenos resultados.
—Hola —Jin se acercaba al bebé para tenerlo en sus brazos y que se familiarizara con él, pero este solamente le respondió con llanto— No, no llores por favor, yo no muerdo.
—Oye, es que con esa cara asustas a cualquiera.
—Claro, asusto porque mi belleza es antinatural —Jin te miraba y sonreía— Pero el bebé sigue llorando, ¿Qué se supone que haga?
—No lo sé, decirle que no llore —Ambos reían ante tu comentario— Igual, siento que vamos a poder con esto.
Pasaron las horas y el bebé logró calmarse, pero con la condición de no estar en los brazos de ninguno de los dos. Fue difícil ya que el bebé ya gateaba y estaba tratando de pararse para emprender los primeros pasos.
La tarde transcurrió algo calmada, el bebé estaba sentado en medio de los dos mientras veía sus dibujos animados a los que indirectamente les obligo a ustedes verlos. De repente, un olor algo desagradable vino de allá abajo.
—¿Estás pensando lo mismo que yo? —Jin te miraba una vez percató el desagradable olor.
—Si, que tu deberías hacerlo
—¿Qué? No, tu deberías hacerlo —Jin manoteaba y hacia un pequeño puchero mientras alegaba.
—Hagamos una cosa, yo me encargo de la cena y tu del pañal del junior
—Trato —Estrechaban manos.
Jin se llevaba al bebé quien extrañamente no lloró mientras estuvo en los brazos de Jin, al parecer, ya le agradó un poco.
Tus habilidades en la cocina eran aceptables pero las ganas de hacerlo no, al contrario de Jin, quien era un experto en la cocina casera y siempre disfrutaba de cocinar. Recurriste a hacer algo básico pero delicioso: Sándwiches. Los padres del bebé les informaron que de cena podrían darle una pera cortada en cubitos, nada difícil.
Despues de muchos llamados para comer, Jin simplemente no llegaba y eso te extrañaba por lo que fuiste a investigar y te encontraste con Jin acariciando y cantando en voz baja al bebé quien yacía dormido en la cama de los padres.
Shhh —Jin al verte abrir la puerta, te daba una señal rápida de silencio mientras señalaba al bebé quien estaba profundamente dormido— Me costó demasiado dormirlo y cambiarle el pañal, fue lo más cercano que tuve a la paternidad y fue intenso —Decía susurrando.
Jin se levantaba suavemente de la cama con el bebé en brazos para depositarlo en su cuna, luego te hacia seña de salir rápidamente de la habitación sin hacer mucho ruido. Salieron juntos y comenzaron a reírse.
—¿Desde cuando te va tan bien en la paternidad? —Reías recordando el tierno escenario.
—No lo sé, pero tenía que aprovechar que se acostumbro a estar conmigo y dormirlo sonaba tentador.
—Toma —Le extendías un sándwich de los que hiciste— Sabes que no se me da la cocina así que hice esto. Jin te miraba con ternura— ¿Qué es tan chistoso?
—Nada, solo que son los mejores sándwiches del mundo.
