Eran las 2:00 de la madrugada y tú, no tenías sueño, pero si hambre.
Tu misión "Agarrar comida a escondidas" comenzaba.
Tomabas tu celular y encendías la linterna para no tener que prender las luces de la casa y despertar a los demás presentes.
Abrías la puerta lo más sigilosamente posible y comenzabas a apuntar con la linterna a los lugares que necesitabas llegar.
Al apuntar a la cocina, te asustaste debido a lo que encontraste allí.
—¿Qué haces aquí? —Le reclamabas a Jimin quien estaba husmeando en la alacena.
—Lo mismo que tu vienes a hacer —Decía obvio— Tengo hambre.
Caminabas hacia su lado para alcanzar la alacena. Ahí estaban tus galletas favoritas.
Te estiraste un poco para alcanzarlas, pero solo agarraste un paquete vacío, sin galletas. Estabas segura de que el día anterior estaban ahí.
Notaste que Jimin caminaba alejándose de ti con un botín entre sus brazos.
—Alto ahí Jimin —Lo detenías y el frenaba en seco— déjame ver tus brazos
Jimin se volteaba lentamente y dejaba ver su botín. Ahí estaban tus galletas.
—Oye, son 3 galletas, dame una.
—No, nunca me das de estas así que aproveche la oportunidad.
—Cómprate unas tu con tu dinero Park Jimin —Soltabas una risa debido a que discutir en susurros era divertido.
—Soy el invitado, trátame como tal.
—No, eres mi hermano y yo te trato como tal
—Pero estoy de visita.
Jimin venia todos los fines de semana a quedarse en casa de sus padres ya que no tenia tiempo para verte a ti y a tus padres por su agitada agenda.
Mientras discutían, no se daban cuenta, pero atrás tuyo había un sartén. Lo empujaste por accidente haciendo que cayera al suelo e hiciera un gran estruendo.
Jimin y tú se miraron. Jimin reía y entraba en pánico al mismo tiempo. Te hizo señas de correr.
Corrieron a la que era habitación de Jimin...o bueno, seguía siendo su habitación de fin de semana.
La razón por la que corrieron a esa habitación era que estaba más cerca de la cocina.
Llegaron y se abalanzaron hacia la cama y se cubrieron con la manta gruesa. Fingieron dormir hasta estar seguros que no habían moros en la costa.
—Recuérdame cuantos años tienes —Le decías a Jimin una vez estaban seguros que no había nadie.
—De alguna manera sigo siendo un niño cuando vengo aquí hermanita
Si, tu hermano mayor tenia 25 años oficialmente pero cuando estaba en casa contigo y tus padres, era otra persona.
