Tercer día junto con Jimin, todo era color de rosa. Los dos días anteriores descansaron en tu casa, no hicieron nada más.
Hoy, al fin saldrían a explorar. Jimin dijo que quería ir a un parque de diversiones, pero, que quería ir en la noche. Jimin tenía un fetiche con ir de noche a los parques de diversiones ya que, según él, se veía más lindo por las iluminaciones led.
Durante todo el día, estuvieron por ahí caminando y comiendo en pequeños puestos de comida callejero. Cuando por fin se hizo de noche, fueron al parque de diversiones que Jimin había visto por internet.
El clima era fresco, un poco frio, pero no lo suficiente para que las manos se tornaran frías.
—Que comience la diversión —Jimin decía una vez estaban adentro.
Jimin quería comprar un sombrero en la tienda de recuerdos del parque. Luego de comprarlo y estar satisfecho por eso, comenzaron a elegir las atracciones en las cuales iban a montar.
—Jimin, si gano en piedra papel o tijera, vamos a la montaña rusa —La debilidad de Jimin eran ese tipo de atracciones. De una altura alta y velocidad.
—Y si yo gano, te montas en lo que yo diga —Jimin planteaba otra situación.
—Trato —Extendías tu mano para sellar el acuerdo.
Perdiste.
Y como era de esperarse, Jimin te llevo a las "Tazas rodadoras". Por alguna razón, Jimin no se mareaba fácil.
—No vas a morir, máximo vomitaras, pero no creo —Jimin y tu caminaban hacia una de las tazas.
Y la atracción comenzó. Jimin comenzó a girar la taza de forma manual con el control que habia dentro de esta.
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Al principio, fue divertido...después, tu estomago comenzó a revolverse provocándote unas nauseas horribles.
—¡Para ya Jimin! —Cerraste los ojos y le exigías a Jimin que al menos, detuviera la rotación de la taza— ¡Por favor!
Jimin muy gentilmente, la hacia girar más.
Llego un momento en que tu piel se tornó pálida por el mareo, lo que obligo a Jimin a detenerse.
La atracción termino. Tu no querías moverte de esa taza, sentías que cualquier movimiento y vomitarías.
—Levántate —Jimin tendía su mano en señal de ayuda.
Tomabas la mano de Jimin y caminabas fuera de la atracción. Te sentías fatal.
—¿Estas bien? —Jimin se notaba preocupado al ver tu piel más pálida de lo normal. Te extendía una botella de agua para que bebieras de ella.
—No, si bebo solo un sorbo de agua...vomitare aquí mismo —Apartabas la botella.
—Lo siento, me deje llevar —Jimin no pudo contener su risa— "¡Para ya Jimin!" debiste haber visto tu cara —Jimin te imitaba.
—¿Por qué sigo siendo tu amiga?
—Porque me quieres mucho.
Después de recuperarte de tus nauseas, siguieron disfrutando la noche.
Pasaron los días. Estuvieron juntos todo el tiempo, no se despegaban el uno del otro con el fin, de aprovechar lo que más pudieran antes de que Jimin tuviera que regresar. Jimin compro mucha ropa, snacks para llevar en su regreso y una nueva maleta para depositar las nuevas adquisiciones.
Día 14, sería la ultima noche junto a Jimin. Al día siguiente, tomaría un vuelo a las 3:00 de la tarde de regreso.
—Oye, ¿no puedes hacer ningún arreglo para quedarte más? —Hablabas con Jimin ya recostada en tu cama y Jimin es su cama improvisada.
—No _____, tengo muchas cosas pendientes en Corea. Por mi fuera, me quedaría 3 meses más.
—Oye, te voy a extrañar —No querías pensar en el vacío que se sentiría en tu hogar después de que Jimin se fuera.
—¿Tu crees que yo no? Quisiera llevarte conmigo a todos lados.
Decidieron dejar de hablar de eso. Mejor, hablaron sobre todo lo que habían hecho y las cosas estúpidas que recordaban.
Al día siguiente, Jimin estaba preparando maletas para ir al aeropuerto. Tu estabas muy triste. Jimin al notar esto, te abrazo.
—Hey, nos volveremos a ver pronto —Te decía una vez puso su mano sobre tu cabeza acariciándola suavemente mientras reposaba en su pecho— Eres mi mejor amiga y prometimos que nos volveríamos a ver otra vez.
—Si no cumples la promesa, yo personalmente ire a Corea a golpearte cuando obtenga la residencia.
Se separaban y terminabas de ayudarlo con sus maletas.
Ya en el aeropuerto, un sentimiento de nostalgia te invadía.
—Oye, recuerda que prometí volverte a ver —Jimin te limpiaba las lágrimas.
—Y tu recuerda que si no cumples la promesa yo seré la que vaya a verte, pero para golpearte.
—Como no quiero eso, vendré de nuevo —Te abrazaba— Te quiero mucho, cuídate,
—Tu igual Jimin, te quiero.
Y así, Jimin se iba a su sala de espera,
...
Ya habían pasado 3 semanas desde que Jimin se fue. Se sentía el vacío en tu casa y como la monotonía había regresado.
Claro, con Jimin permanecieron en contacto como siempre. Pero ahora ya lo extrañabas mucho más.
...
1 mes desde que Jimin se fue.
Estabas en tu habitación organizando cosas de tu escuela. De repente, el timbre sonó.
—¿Quién es? —Preguntabas en español porque nadie de los amigos de tu madre o padre era de habla inglesa. Supusiste que era alguien de ellos.
Sin respuesta.
—¿Quién es? —Segundo llamado.
Sin respuesta, pero con un toque en la puerta de nuevo.
—¿Quién es? —Te comenzabas a enojar— Mira, si vas a molestar mejor vete que tengo cosas que hacer.
—Yaaah! Soy yo —De repente, una voz familiar coreana hablaba al otro lado de la puerta.
Abrías la puerta encontrando a Jimin. Tu primera reacción fue abrazarlo fuerte.
—¿Qué haces aquí? No pensé que volver pronto significaba tan pronto
—Digamos que ahora yo seré residente de aquí —Una corriente de euforia te recorrido el cuerpo al escuchar esas palabras de Jimin.
—¿Qué tu qué? —Estabas en shock.
—Que.vine.a.vivir.aqui —Jimin decía pausadamente— Mi departamento esta a 20 minutos de aquí.
—Jimin —llorabas de la felicidad— ¿Cuándo PENSABAS DECIRMELO?
—Si te lo decía ya no sería sorpresa —Jimin reía y se preocupaba al mismo tiempo por verte llorar— Ya ven aquí y dale un abrazo a tu buen amigo que ahora es tu vecino de 20 minutos. Además, no solo vine por ti, sino porque vi una buena oferta de trabajo aquí.
Jimin trabajaba en corea como compositor y productor así que, una oferta más tentadora la vio en donde lo que es ahora, su hogar también, o tal vez lo promovieron...bueno, sea lo que sea, estabas feliz de que ahora tu alma gemela estaría contigo.
