Capitulo 52.

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Esa mañana Kendall se levantó con un nuevo propósito; ayudar a Astrid.

Ella estaba convencida de que podía ayudarla, estaba determinada a hacerlo.

Se levantó temprano, lo primero que hizo fue buscar todo el alcohol que había en la casa, termino metiendo a la basura tres rejas de cervezas y una cantidad absurda de botellas de vodka, whisky y tequila.

Salió del departamento y se quedó quieta viendo como la puerta de enfrente se abría revelando a una chica de cabello rojizo y tatuajes en el brazo, esta de igual forma se quedó observando a Kendall.

—¿Echaron a Astrid del departamento y ahora tú lo rentas? —pregunto la pelirroja con desdén en su voz.

Kendall proceso las palabras para después hablar. —No, soy su prima, estoy de visita.

Sasha la miro de arriba abajo. —Suerte cuidando de ella, es insufrible.

Kendall estaba confundida sobre el por qué Sasha se expresaba de esa forma de Astrid, si esta dijo que se habían convertido en amigas.

Sasha había avanzado algunos pasos cuando la voz de Kendall la detuvo.

—¿Por qué hablas así de Astrid?

La pelirroja se volteo para verla.

—Escucha, yo no sé cómo recuerdes a Astrid, pero esa persona que está en ese departamento no es la misma, yo llegue a considerarla una amiga, me preocupaba por ella, pero se convirtió en una alcohólica y saco a todos de su vida. —una risa carente de humor escapo de Sasha. —Yo me negaba a irme y ella sabía que la única forma en que podría irme era que yo la odiara, así que se metió con el que era mi novio en ese entonces.

Kendall se quedó parada, asombrada de lo que Sasha dijo, no podía asimilar que Astrid fuera capaz de hacer eso.

—E-ella está enferma— balbuceo con voz débil.

—Enferma o no, ella traiciono mi confianza, ni siquiera me importaba el tipo, pero me dolió que ella decidiera traicionarme de esa forma.

Kendall estaba por hablar, pero Sasha la interrumpió.

—Escucha, lo que pase con Astrid ya no es de mi incumbencia, si quieres ayuda búscala con otra persona, porque yo no estoy dispuesta a ayudar.

Sin dejar que Kendall contestara se fue por el pasillo, dejándola sola y con un montón de preguntas

...


Astrid despertó cerca de las doce del mediodía, lucia demacrada, su piel estaba pálida, Astrid siempre había sido delgada, pero ahora estaba mucho más sus clavículas sobresalían escandalosamente y Kendall estaba segura de que sus costillas sobresalían con facilidad.

Avanzo hasta el sofá donde estaba sentada Kendall y se dejó caer a su lado cerrando sus ojos.

—Mi cabeza me está matando. —se quejó sobre el hombro de Kendall.

—Si no bebieras tanto no tendrías ese problema. —no pudo evitar que el reproche saliera a relucir en su voz.

—No me regañes, que no estoy con mis padres.

—¿Mis tíos no han venido a verte?

Astrid soltó un suspiro para hablar. —Vinieron dos meses después de mudarme, y hace cinco meses, en ese entonces no era...así. —ella sabía que ese comportamiento estaba mal, pero no hacía nada por corregirlo.

Abismo [borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora