Tres días antes
Roberta no podía hacer nada, se mantenía en un estado de letargo analizando su vida, nadie le daba noticias de Angelo, pero ella ya sabía que su hijo era culpable de la atrocidad que le hizo a Astrid, vomito cuando se enteró de la noticia, no podía asimilar que su hijo hubiera dañado a esa chica de tan atroz forma, Roberta no sabía que pensar, era su hijo y lo amaba, le dolería verlo en prisión, pero no creía poder volver a despertar con la noticia de que su hijo casi mato a otra chica.
Recordó toda su vida, recordó esos dulces días de la infancia donde fue tan feliz en compañía de su madre, deseo haber permanecido con la inocencia de una niña para siempre, así ella no se habría sentido avergonzada de su madre por ser una costurera, ni hubiera deseado con todas sus fuerzas escalar a la cima de la cumbre social, si no hubiera sido tan ambiciosa jamás habría conocido a Steve, y jamás habría soportado golpes y maltratos por un montón de lujos. Roberta se arrepentía tanto de todo lo que hizo en la vida, deseo ir con su madre y tumbarse de rodillas pidiéndole perdón por todas las veces que se avergonzó de ella, pero ya no podía hacerlo, porque su madre estaba muerta, había exhalado su último aliento de vida en completa soledad, en una casa hermosa que su hija le había regalado, pero completamente sola.
Roberta se dio cuenta de que los momentos más felices de su vida fueron cuando era una niña, cuando mantenía la inocencia y no había en ella ni una pizca de malicia o avaricia, ni todos los lujos de los que había disfrutado a lo largo de su matrimonio no podían siquiera acercarse a la felicidad que vivió en esos años.
...
Estaba en su lujoso baño recubierto de mármol, su cuerpo estaba sumergido en la amplia bañera y deseo con tanta fuerza sumergirse por completo y no salir jamás, su vida ya no tenía sentido, quizás nunca lo tuvo, pero ella se aferraba a su hijo, era el barco que la mantenía a flote, pero ahora que ese barco también se había hundido ella quedaba a la deriva.
Ella había exigido a la secretaria de su esposo que le diera información sobre el tema y la noticia de que Angelo estaría en la cárcel extrañamente la alivio. Esperaba que Angelo reaccionara en prisión, pero dentro de su ser sabía que eso no sucedería, así que ahora la idea de acabar con su tormento llamado vida cada día le parecía más tentador, pero ella no quería irse, así como así, no sin haber expuesto un poco de la verdad sobre su esposo.
Ese día estuvo como loca buscando pruebas de la corrupción de su marido, pero no pudo encontrar nada, todos esos documentos estaban en una caja fuerte de la cual solo él sabia la clave, estaba por rendirse cuando observo uno de los cuadros, le daba la impresión de que estaba cubriendo algo, Roberta se apresuró a ir hacia la obra y a quitarla observo lo que eran las marcas de una pequeña puerta que para su suerte no tenía llave, al abrirla encontró cientos de discos, al verlos se dio cuenta de que eran los videos de las cámaras de seguridad, Roberta presto especial atención a la de su habitación y estuvo adelantando hasta que se apreciaba como Steve llegaba y comenzaba a molerla a golpes, en ese momento la idea se posó sobre Roberta, no podía hundirlo como un corrupto porque no tenía las pruebas, pero podía hundirlo como lo que era: un golpeador.
...
Actualidad.
Steve subió con aburrimiento por el ascensor con dirección a la azotea, lo hacía más por compromiso, la realidad era que Roberta no le importaba en lo absoluto, solo se casó por ella debido a que observaba esa ambición en sus ojos y sabía que ella sería capaz de hacer o soportar lo que fuera por obtener lo que deseaba, además debía reconocer que Roberta en su juventud y aun ahora en su madurez seguía siendo muy atractiva.
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Abismo [borrador]
General Fiction¿Que tan profundo caerías por amor? La pacífica vida de Astrid da un giro brusco a la llegada de su vecino, quien era el prospecto perfecto, esa clase de chico que ves en las películas y aspiras a un día tener. Era todo lo que Astrid podía desear:...