Lady Dimitrescu
Advertencia:
Historia no apta para todo público, contiene escenas +18
Meribeth Borst es una hechizera prácticamente de distintas magias siendo la principal la magia oscura e ahí por qué el apodo de "bruja".
Tras un insistente con las...
Una vez terminando de ordenar mi nueva habitación pongo cara triste de lo vacía que esta.
Habitación nueva, vida nueva.
Me tumbó en la cama mirando al techo.
Esto es terrible, lo perdí todo. Al final la gente del pueblo terminaron dándose cuenta que era yo quien desaparecía a los bebés y niños, los subestime demasiado.
Me levantó y me desvisto para darme una ducha.
Cuando regreso vuelvo a acostarme para conciliar el sueño pues mi rutina es dormir de día y trabajar por la noche.
Al despertar me miró al espejo para alistarme aplicando mi maquillaje de siempre, sombra negra, delineador negro y labial violeta.
Dentro del castillo es bastante cálido creo que no nesesitare la tunica. Me la quito solo quedando con el vestido negro.
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Salgo de la habitación cuando estoy lista.
Merodeo por todos los rincones estudiando el lugar, aún no me adapto a este nuevo ambiente de lujos y es lo mejor que puedo hacer si no quiero perderme en el castillo.
Lady Dimitrescu y sus hijas deben estar dormidas, es mi oportunidad para hacer de las mías.
Entro en la habitación de la mujer mayor sin hacer el mínimo ruido, lo primero que hago es acercarme a ella para contemplarla durmiendo. Luce tan tranquila y tan tierna estando así,¿quien pensaría que intento asesinarme con sus propias manos está mañana?.
Me acerco un poco más para acariciar su hermoso rostro. El aroma que desprende es tan ignotisante tanto que hace que no quiera separarme nunca y quiera que sea mía por completo ¿es esto amor a primera vista?.
Dejó a lady Dimitrescu seguir durmiendo en tranquilidad para continuar husmeando en las demás habitaciónes y lo único que descubrí es que las hijas son un completo desastre en comparación a su madre.
Después de eso salgo del castillo para conseguir nuevos materiales para mis hechizos y enbrujos también aproveche como de costumbre que el pueblo también duerme para volver a raptar a los recién nacidos. Disfruto tanto devorarlos, es su culpa por ser tan indefensos y tener una carne tan blanda y deliciosa.
Río, estúpidos humanos enserio creyeron que atacandome iban a detenerme. Pues me vengare incendiado sus casas mientras duermen justo como ellos hicieron conmigo.
°°°
Regresando al castillo Dimitrescu lo primero que hago es un conjuro para crear un domo invisible sobre este. Sirve para aislar el frío del invierno pues leí en una de las notas de Alcina que sus hijas no soportan las bajas temperaturas, también sirve para protejer contra posibles amenazas y enemigos. Es justo lo que le prometí a mi lady que haría entonces voy a cumplirlo.
El resto de la noche me la pasé creando nuevas pociones, absolutamente no puedo dejar de usar magia es como mi respirar pues para eso e nacido.
No me di cuenta cuando amaneció asta que golpearon la puerta.
- Lady Dimitrescu quiere verte - la criada me mira intimidada.
- Gracias pequeña iré enseguida - sonrió mirándola a los ojos causandole más temor.
Creo que la recuerdo ella estaba en el pueblo cuando fui atacada.
Camino detrás suyo asta llegar al comedor dónde se encontraba Alcina y sus hijas en el almuerzo.
- Hijas ya la conocen pero quiero que sea presentada ya no como una invasora si no como una nueva integrante en el castillo.
Las muchachas miran a su mamá y a mi boquiabiertas.
- Tengan cuidado chicas no vayan a tragarse una mosca - me burlo.
- Cierra el pico buscona - la chica castaña me amenaza con un tenedor.
- Ambas comportence - nos regaña lady Dimitrescu.
- Mi lady no hay necesidad de presentarnos ya nos conocemos muy bien o ¿no chicas? - rio cuando las tres me responden con más maldiciones - Bela, Cassandra y Daniela me se sus nombres de memoria.
- Madre, ¿por qué has permitido que una sanguijuela se refujie aquí? - se queja Cassandra.
- ¿Sanguijuela?, lo dice la que tiene sangre por toda la cara.
- Pedazo de p...
- ¡Suficiente! - lady Dimitrescu alza la voz haciéndonos callar - Parece que adopte a otra hija.
- Desde luego mami - digo picarona.
Las hijas me miran con ojos de asesinas.
- Tuve suficiente de las dos, por el momento retirense ya les daré un castigo más tarde.
- Si madre - Cassandra se transforma en una nube de moscas y desaparece.
- Sorprendeme - le sonrió coqueta a la señora pero me derrito por dentro cuando ella me responde de la misma manera.
Doy la vuelta y camino de regreso a mi habitación.
Bien en que estaba...ya me acuerdo limpiando la carne. Estaba por continuar el proceso para alimentarme asta que las moscas de Cassandra me rodean.
- ¿Que es lo que quieres de nosotras?.
- ¿De ti y tu hermanas quieres decir? - rio - Pues la respuesta es simple...a su madre.
Las moscas toman la forma de una chica que me mira con ganas de matarme.
- ¿Y que es lo que quieres de madre? - se acerca amenazante a mi rostro y me mira directo a los ojos retandome.