Capitulo 23

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Tener a una mujer vampiresa sexy y madura es lo mejor que me a pasado en la vida. Cada día que pasó con mi amada Alcina aprendo mejor a como comerle el coño, el momento adecuado para penetrala con mis dedos o asta con mi ante brazo y pensar que todo comenzó por ese día en que lo perdí todo por culpa de unos estudios pueblerinos aunque empiezo a dejar de odiarlos incluso creo que me siento agradecida.

Cómo era de espérarme Alcina termino quitandome el castigo de el otro día pues ella me nesesita tanto como yo a ella físicamente.

Ahora mismo estoy jugando con un vibrador en su sensible clítoris.

- Vamos mi Lady habré dame más de ese paisaje - le pido acariciando sus nalgas.

Alcina se inclina, empujando más su culo al aire, a ella le gusta cómo yo la controlo en la cama, azoto su culo y salta cuando mi mano se estrella en su blanca piel dejando escapar un gemido mi mano queda marcada. Acaricio su vagina con mi lengua antes de introducir mi mano para penetrarla asta hacerla llegar al orgasmo.

- Que chica tan mala Meri - me toma de los hombros para acostarme en la cama boca abajo.

- Soy tan mala como tú me lo permitas - Alcina besa mis labios metiendo su enorme lengua en mi boca acariciandola con la mia.

Sus manos se pasean bajo mi vestido, por otro lado por supuesto mis manos no las dejaría quietas, las pongo sobre sus pechos y los masajeo lo que prende a mi Lady por qué quita de inmediato mi vestido dejándome completamente desnuda. Mete dos de sus dedos en mi vagina tomándome por sorpresa mientras mi Lady me penetra yo me desquitó apretando sus pezones y mordiendo sus labios en el beso, mi Lady vuelve a gemir.

Nos separamos sin quitanos la mirada de lujuria la una de la otra, volvemos a juntarnos con las piernas abiertas uniendo nuestras vaginas.

- Tus labios son tan suaves querida - dice entre gemidos.

- Los tuyos también mi Lady - gimo al igual que ella.

Frotamos nuestras entre piernas con rapidez, coloco el vibrador entre nuestros clítoris convirtiendo la experiencia en una explosión de sensaciones para ambas.

°°°

Miro a la chimenea perdida en mis pensamientos sentada en las piernas de mi Lady, ella me rodea con sus brazos con su barbilla sobre mi cabeza mientras canta con sus hermosa voz una canción que aunque desconozco se que me gusta.
(Multimedia)

- Meri ahí algo que debo decirte.

- Que sucede Lady, ¿es sobre Miranda?.

- Si, me parece tan raro que haya sido tan fácil de convencerla sobre ti, pienso en que dejó de verte como una enemiga por qué quiere convertirte en otro de sus experimentos.

- Era de esperarse - me recargo en sus pechos - No dejaré que me aparte de ti.

- ¿Piensas enfrentarla?.

- Lo haré por ti, por tus hijas y por mi. Ella es la verdadera amenaza.

- Meri es muy peligrosa, ¿que pasará si ella termina destruyendote a ti?.

- Reconozco su poder Lady y por eso mismo debo ponerle un alto a sus crueles torturas.

- Está obcesionada por traer devuelta a su hija.

Todo esto por el instinto maternal que yo no entiendo.
Depronto siento lastima por Miranda.

- ¿Y que hay de ti Lady?, ¿sigues teniendo la misma opinión de ella?.

- No Meri, es solo que tengo miedo de de que vaya a apartarme de ti. Ya no quiero ver otra muerte más de alguien que amo.

- Realmente no piensa matarme almenos.

- Pero estarás muerta si pierdes toda escencia de lo que eres ahora - se aferra más a mi.

- Ya lo dije Lady eso no pasará.

La noche paso rápido al lado de mi Lady dónde dormimos apegadas brindándonos el calor de nuestras pieles junto con las sábanas.

A la mañana siguiente tuvimos que levantarnos muy temprano pues Donna había vuelto a visitar a su hermana al castillo.

- Bienvenida de nuevo hermana, estamos contentas de volver a verte.

- Hola Donna espero que estés bien, por sierto gracias por el vestido - digo saludando de mano a ella y a la muñeca.

- No están mis hijas por ningún lado - dice Alcina buscándolas con la mirada.

- Creo que es mi culpa..

Esas tres salen de el castillo cada que quieren ahora que tienen esa libertad de ir de un lado a otro sin importar cuánta nieve allá a su alrededor, lo que comienza a sacar de quicio a mi Lady pues nunca sabe en dónde se están metiendo, vaya no había pensado en lo que eso pasaría, es muy extraño que desobedezcan a su madre.

- Para nada Meri, les hiciste un gran favor solo falta que se les pase un poco la emoción.

Pasamos la tarde junto con Donna y su muñeca tomando el té pero mi Lady no podía dejar de estar preocupada por sus amadas hijas algo que me hizo sentir culpable de nuevo.

Ave Del ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora