Las tres hermanas bailan felices celebrando que por fin conocieron el mundo de afuera o eso es lo que dicen ellas.
- ¿Que haces ahí bruja?, nos divertimos gracias a ti, baila con nosotras - me jala Cassandra con ellas pero para nada estaba bailando, solo estaba siendo arrojada de una a otra.
Cuando me dejaron libre mareada tome asiento en uno de los sofás de la sala principal.
- Su mamá se va a enterar tarde o temprano de su cambio, así que será mejor contarle lo que pasó.
- ¿Y que va a pasar contigo?.
- Estaré bien mientras ustedes esten a salvo o eso creo.
- Eres como un milagro para nuestra madre - comenta Daniela.
- ¿Enserio?.
- Si, consiguió la inmortalidad pero no sus seres queridos, estoy segura de que los vio a todos morir asta quedarse sola. Por eso nos creo a mi y a mis hermanas.
- La entiendo pase por lo mismo, solo que yo simplemente me rendí y acepte estar sola, asta que las conocí.
- ¿Cuántos años tienes? - me pregunta intrigada.
- Muchos.
- ¿Enserio eres inmortal? - pregunta Bela.
- Para que preguntar, es mejor simplemente comprobarlo - dice Cassandra con una sonrisa retorsida.
- Adelante - digo retandola.
- ¿Estás hablando enserio?.
- Si - Cassandra saca su navaja circular y la clava sin dudar en mi pecho dónde está mi corazón o donde se supone que está, no permito que me sangre la herida pero duele demasiado.
- ¡Cassaaaandraaaa! - Alcina justo estaba pasando por ahí cuando recibí el ataque de su hija.
- Madre - dice asustada y desentierra el metal filoso de mi carne.
- ¿Que está pasando aquí?.
- Lo siento madre ella me pidió que lo hiciera.
- ¿Es sierto eso Meri?.
- Si mi Lady.
Me mira enfadada haciendo puchero - Suficiente de sus juegos, ustedes tres vayan a su habitación.
- Pero madre hay algo más que debemos decirte - dice Daniela.
- ¿Que es hija? - Alcina no deja de quitarme su mirada amenazante de encima que más que asustarme realmente me está poniendo muy cachonda.
- Meri nos llevó a conocer la ciudad.
- ¿¡Que!?.
- Use mi magia para protegerlas mi lady.
- Madre ahora el frío ya no nos hace daño - exclama Daniela con felicidad - Eso ni la abuela Miranda lo lograría.
- Vayan a sus habitaciones hijas, tengo que hablar muy seriamente con Meri - sus intimidantes ojos dorados se conectan con los míos - Y ustedes están castigadas por salir sin mi permiso.
- Si madre - desaparecen en una nube de moscas cada una llendose por su lado.
- Lady perdóname, pero sabía que te negarías a esa idea.
- Meri gracias por salvar a mis hijas de esa terrible condición, aún así te atreviste a sacarlas de el castillo sin mi permiso.
- Castigame lady.
- No me tocaras durante el resto de el día.
- Lady no de nuevo, sabes que es el peor castigo que me puedes dar y no solo a mi también a ti mi lady - digo intentando acariciar sus piernas como siempre lo hago pero ella me aparta - Lady eres tan cruel.
Ríe maliciosa - Tal vez - se da la vuelta dejando ver ese trasero bien definido, con sus caderas anchas y esa cintura con buenas curvas.
Esto será una completa tortura, voy detrás de ella, insistiendo buscando sin éxito a que ella seda a mis caricias pero esto de el castigo va muy enserio.
Aunque me lo merezco no pienso aceptarlo.
Y así pase el resto de el día detrás de mi Lady, en verdad siempre estamos juntas pero está vez es diferente por qué no se dejó tocar para nada en ningún momento, ni siquiera un beso.
Lo sé paresco una perra en celo y con mucha razón pues realmente nesesito rozar la suave piel de mi Lady aunque sea un poco.Ahora mismo estamos en el almacén de los vinos dónde mi Lady anota unas cosas mientras yo la ayudaba a contar las botellas sacandolas de las cajas y colocándolas en la mesa. De vez en cuando daba una mirada disimulada a sus pechos.
- Déjalo asta ahí Meri, por ahora esas son todas las botellas que nesesitaremos afuera. Acomodo las cajas en su lugar sin apartar la mirada de mi Lady - Deseandome con la mirada no hará que te quite en castigo.
- Lady...
- Consentrate en lo que haces Meri vas a chocar - pero ya era demasiado tarde para avisarme. Choque contra la estantería de barriles, el golpe hizo que soltará la caja callendo en mis pies. No pude evitar gritar de dolor ya que la caja es muy pesada - ¡Meribeth! - mi Lady corrió a darme auxilio quitándome la caja de encima de los pies.
- Solo fue el dedo chiquito - digo ocultando una lagrimita.
- Déjame ver - Alcina toma uno de mis pies y lo libera de mi zapatilla negra de tacón alto - No tienes nada.
- Si, mira esta justo aquí - digo apuntando en mis ojos.
- Tu no te golpeaste en la cara...- la interrumpo robándole un beso en los labios.
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Ave Del Paraíso
FanficLady Dimitrescu Advertencia: Historia no apta para todo público, contiene escenas +18 Meribeth Borst es una hechizera prácticamente de distintas magias siendo la principal la magia oscura e ahí por qué el apodo de "bruja". Tras un insistente con las...