Capitulo 12

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Me despierto dandome cuenta de que estoy sobre la cama de Alcina. Estamos abrazadas y mi cara está hundida entré sus pechos me aparto un poco, ya completamente despertada me doy cuenta que estamos completamente desnudas.

Mi lady no se a despertado aún, es tan adorable cuando duerme, acaricio su hermoso rostro y le doy un beso en la frente despertandola.

Sonrie al verme - Buenos días Meri.

- Buenos días mi Lady - se sienta sobre su cama dándose un estirón que la hace ver muy deseable. La abrazo desde atrás - ¿Un mañanero? - digo besando su espalda.

- No tienes límites pequeña - rie.

- Es imposible con una mujer como tú - aspiro el aroma de su piel - Se que quieres Lady - paso mi mano por su vientre bajando asta su entrepierna.
Me encanta cuando se moja tan rápido - Mira como estás lady parece que no soy la única que no tiene límites - mis dedos crean un sonido exitante al resbalar con sus fluidos.

- Tampoco puedo tener límites cuando me tocas así - jadea.

Masturbo su vagina asta hacerla tener un orgasmo.

°°°

- ¿Siempre tienes esa cara de pocos amigos? - dice la muñeca Angie.

Esta cosa no a dejado de seguirme desde que su dueña Donna está ocupada confeccionando ropa nueva para mi lady.

- Linda muñequita, ¿por qué no te callas almenos un segundo?.

- Eres muy aburrida mis alucinaciones no te hacen efecto.

- Será mejor que te vayas a molestar en otra parte.

- ¡Juega conmigo!.

- No.

- ¡Juega conmigo!.

- Regresa con tu dueña.

- No quiero.

La única solución que tube fue amarrarla a una silla, asta que me mando a hablar una criada para ir con mi lady al parecer quería que la acompañe a tomar el té con Donna.

- Te salvaste - libero a la muñeca.

- ¡Mendiga bruja!.

Caminé asta el jardín con la muñeca en manos, ahora está adornado de diferentes flores siendo las más abundantes las Ave del paraíso se han convertido en las favoritas de mi señora por su peculiar forma y por qué le recuerdan a mi.

Tomo asiento a un lado de Lady Dimitrescu.

- Buenos días - saludo - Creo que esto es tuyo - le entrego la muñeca a la mujer de negro.

- Gracias - me responde con una voz tímida atravez de ese velo negro que cubre su cara - Perdón si te molesto.

- No pasa nada.

- Deberías tener más control sobre esa muñeca hermana.

- Si...

Llega una criada sosteniendo una bandeja para servirnos té a las tres, estaba muy temblorosa, pobrecita tiene miedo. Pero dejo de sentir lastima cuando tropieza y cae derramando el líquido sobre nuestra invitada.

- Hay pero que estúpida - me burlo.

La chica al levantarse lo primero que ve es el rostro enfurecido de mi lady.

Está muerta.

Rio en lo bajo.

- Ustedes no se queden ahí hagan algo - les dice a las otras dos criadas que estaban acomodando algunos adornos del jardín.

- Si señora - se van a acompañar a Donna para que pueda tomar un baño y cambiarse.

- Ven acá mugrosa - la chica se levanta llorando yo simplemente observo tomando de mi taza.

Entonces mi lady saca sus garras y de un movimiento la corta en pedacitos.

- Impresionante.

- Está listo el almuerzo - rie mi lady.

- Y pensar que yo estuve apunto de tener el mismo destino el día que nos conocimos - digo con nostalgia.

- Lo dices como si fuera un recuerdo romántico.

- Lo es para mí - mi lady hace un puchero, parece que no quiere recordarlo - Hay vamos fue divertido.

- ¿Estás demente?.

- Un poco por ti - sonrio pícara - Más bien yo diría que demasiado.

Rie y se acomoda de forma que hace resaltar aún más sus enormes pechos, por supuesto que clavo la mirada en ellos notando que no tiene sujetador pues sus pezones comienzan a ponerse erectos notandose en la tela blanca del vestido. Parece que le prende recibir mis miradas de placer sobre ella.

- ¿Que pasa querida? - se inclina dandome una mejor vista de ese pronunciado escote.

- Te has vuelto tan obscena mujer - digo babeando por ella.

- Tal vez.

Me levantó para ir a devorarla buscando más de su delicioso sabor. Le levanto el vestido acercándome a su su intimidad, lamo de arriba a abajo. Ella mueve sus caderas desesperada mientras yo sigo disfrutando de su interior lamiendo y chupando como si fuera un dulce.

En pocos minutos se corre yo me trago todos sus fluidos y lamo al rededor dejándola completamente limpia.

- Eres deliciosa Alcina.

Ave Del ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora