Lady Dimitrescu se sienta sobre mi cara con las piernas abiertas, recorre la tela transparentosa de su lencería dejando su concha libre, lista para llenarla de besos.
- Que rica vagina tienes mi Lady, podría comertela por horas, mami, es lo más dulce que e probado - introdusco mi lengua dentro de el sexo de la gigante mujer madura, abriendo paso entre sus pliegues mezclando mi saliva con sus fluidos con cada lamida que le doy.
- Tu siempre tan vulgar Meri - dice jadeante.
- Me das razones para serlo - succionó su clítoris y vuelvo a en lamer toda su feminidad.
Sus grandes tetas se mueven junto con su cuerpo al tener los espasmos acompañados de sus gemidos exitantes con su bella y sensual voz.
Los fluidos de mi amada empiezan a escurrir en mi boca, no quiero desperdiciar ni una gota entonces lamo y chupo sus labios mayores y menores asta dejarla completamente limpia. Que exquisito manjar.
Le pido a mi amada que se recueste sobre la cama, quito su lencería terminando de desnudarla. Tomo unas esposas de plata con cadena larga para atar a mi Lady a la cama, después cubro sus ojos con un antifaz negro.
- ¿Que es lo que me harás que no quieres que te vea Meri? - una sonrisita traviesa se le forma en el rostro.
- Es cuestión de nuevas sensaciones para ti mi Lady - beso su mejilla.
Salgo por un momento al frio, tomo de entre la nieve una bolsa que contiene hielos que yo había colocado ahí anteriormente.
Regreso con mi Lady, tomo uno de los helados cristales y lo paso alrededor de sus pezones haciendola dar un pequeño brinco por la sensación de el frío repentino contra su suave y delicada piel. Desplazo el cristal por todo su abdomen dejando un caminito de agua al derretirse poco a poco con el calor de Alcina. Tomo un segundo cristal de agua y lo introdusco en su vagina, arquea su espalda ante la sensación.
- Esto es extraño pero agradable - gime después de la frase. Saco el hielo de su concha y lo frotó sobre su clítoris, un ligero grito de placer se escapa de su boca con labial rojo. Mueve sus caderas de un lado a otro luciendo tan tentadora.
Quiero follarmela otra vez. Introdusco de golpe el vibrador y activo su máxima potencia, la embisto con fuerza esperando a seguir escuchando esos alaridos de placer de mi hermosa reina pero ella muerde sus labios reteniendolos.
- Vamos mi dulce Alcina, quiero escucharte - digo sin dejar de meterle el gran dildo de silicona sin tener éxito pues mi Lady continúa retandome a que le dé con mucho más fuerza - ¿Enserio piensas llevarme a mis límites mami?.
- ¿Tienes un límite querida?...ahhh - logro hacer que se le escape un gemido gracias a la tremenda cogidota que le estoy dando.
Entonces no me queda más que obedecer su petición, la penetro asta el fondo golpeando fuertemente en su cervix. Grita de placer tirando de la cadena que está atada a una de sus manos, la cadena pasa entre sus pechos viéndose tan tentadora de estar en su lugar.
- Eso mami, conoce mi límite.
Me deje llevar tanto que no medí mi fuerza asta que mi Lady se quejo de dolor y se removió incomoda - ¡Perdóname! - exclamo preocupada.
Retiro el juguete junto a las ataduras.
- Estoy bien Meri - me acuesto a su lado abrazándola.
°°°
Despierto sobre mi lady, ella está abrazándome como a un peluche.
Beso su cuello para despertarla - Buenos días Lady.
- Buenos días Meri - acaricia mi espalda.
- ¿Estás lista para este nuevo día? - digo animada.
- Aún no, creo que me quedaré un rato más descansando, me duelen las caderas - dice lo último con una sonrisa pícara que me hace sonrojar.
- Recuperate mi amor - beso sus labios.
Salgo de la habitación dejando a mi Lady dormir tranquila.
Camino al almacén de los barriles de vino, está vez me toca encargarme de los deberes de mi Lady es lo mejor que puedo hacer después de dejarla incapacitada pero mierda como iba a detenerme siendo ella tan atrayente y yo tan débil a sus encantos.
Cuento los barriles llenos haciendo anotaciones, pero había uno en particular que no sabía si considerarlo lleno o vacío pues contiene dentro de el a una chica media moribunda, lo sé por qué su mano aún en movimiento sobre sale de uno de los huecos de el barril.
Cassandra fue quien la puso ahí seguramente.
Cuando termino el trabajo de el vino de sangre de virgen continuo con mi trabajo de vender magia a los mortales.
Todo él camino sentí que alguien me seguía, fue muy astuto escondiéndose pues no tuve oportunidad de descubrir quien pueda ser. Quizá sea un Karl desesperado por encontrar el paradero de Miranda o un hombre pez queriendo asesinarme por arrebatarlo de los abrazos maternales de de Miranda.

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Ave Del Paraíso
FanfictionLady Dimitrescu Advertencia: Historia no apta para todo público, contiene escenas +18 Meribeth Borst es una hechizera prácticamente de distintas magias siendo la principal la magia oscura e ahí por qué el apodo de "bruja". Tras un insistente con las...