Capitulo 7

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Me acerco a mi lady que está dentro de la bañera dándose un baño de sangre.

- No te gustaría un masaje mi lady - le propongo mirando sus sensuales hombros con deseo.

- Adelante Meri, ¿que es lo que te detiene? - dice insitandome.

Comienzo a masajear sus hombros suaves junto con la clavícula, sin poder controlarme acerco mi labios a su cuello repartiendo besos.

- Mmmm...- mi señora gime.

- ¿Intentas provocarme?.

- ¿Tu qué crees? - ríe traviesa.

- Eres tan cruel lady - lamo su piel blanca y hago succión.

- No vayás a dejar ninguna marca.

- ¿Y que si lo hago?.

- Te daré un escarmiento.

- No entiendo el por qué lady, ¿acaso no quieres que todos sepan que eres mía? - bajo los masajes a sus pechos.

- Ya pase bastantes vergüenzas con mis hijas por tu culpa - me regaña.

- Lady ellas lo entenderán cuando crezcan - atrapó sus pezones con mis dedos y los aprieto con delicadeza arrancándole suspiros a mi Lady - Se que te gustan mis juegos - digo detrás de su oreja y lamo la zona después de terminar la frase - Eres muy juguetona.

°°°

Corro a la salida de la mansión para darle un último beso de despedida a mi lady. Irá a visitar a su familia, me preocupa que ese loco de Heisenberg vaya a hacerla explorar así que le entregué un pequeño amuleto para protegerla de las malas vibras.

- ¿Enserio no puedo ir? - pregunto con ojos de perrito regañado.

- Es mejor que te quedes aquí Meri, cuida a las niñas, no tardaré demasiado.

- Está bien lady tú cuídate mucho.

Después de una larga despedida de las hijas y yo, la vemos marcharse en un carruaje.

- ¿Quien empieza primero? - pregunta Cassandra a sus hermanas.

- Yo pido la cabeza - responde Bela.

- ¿Creen que sea buena idea? - Daniela párese dudosa.

- ¿De qué están hablando? - pregunto con curiosidad.

- Silencio las presas no hablan - responde Cassandra.

Aquí vamos de nuevo - Chicas no es necesario...- soy interrumpida cuando un grupo de moscas me lleva a rastras dentro del castillo - ¿Soy la única que piensa que esto es repetitivo? - rio.

- Cierra el pico - las moscas vuelven a tomar la forma de las tres chicas.

- Dinos que es lo que tienes de especial para que madre este de esa manera contigo - Cassandra me amenaza con un arma en el cuello.

-  No tengo idea, su madre es todo un enigma - me levanto y doy dos pasos atrás - Se supone que ustedes la conocen mejor que yo.

- No intentes evadir nuestras preguntas.

Rio - Estoy siendo completamente honesta.

- ¿Has usado tu magia para engañar a mi mamá? - pregunta Bela.

- Pfff eso es absurdo, los amarres no van conmigo - digo indignada.

- No se que es lo que estás buscando aquí, solo se que no eres alguien de confianza.

- ¿Enserio?, en todo este tiempo no e dañado a ninguna de ustedes en el castillo, ni siquiera a las criadas y mucho menos a su madre - las tres parecen reflexionar - Quizás lady Dimitrescu está cansada de tener que lidiar sola con tres chiquillas malcriadas.

- No tiene sentido seguir hablando con esta bruja - Cassandra se retira.

- Hay que tierna - miro a las dos chicas que quedan - ¿Ustedes también se van?.

- Ni creas que te saldras con la tuya.

- Así es, pronto descubriremos tu otra cara.

- Como digan, tengo mejores cosas que hacer que perder mi tiempo con niñitas mimadas.

Voy a mi habitación y tomo mi libreta de encargos de los clientes.
La lista es muy larga pero nada que no pueda completar.

Tomo todos ingredientes nesesarios.

Veamos. Una mujer con tres hijos y un matrimonio arruinado pidió un hechizo para que a su marido no se le pare la verga con otras mujeres, el siguiente es un ansiano que me pidió un hechizo para atraer la fortuna a su vida y el resto son similares enserio estos mortales son tan predecibles.

Estaba por terminar todo el trabajo asta que me dió hambre.

Enserio detesto tener necesidades, no pienso salir en este momento así que me conformare con beber la sangre que mi lady dejo después de bañarse.

Entro en la bañera y comienzo a beber todo lo que puedo.

La sangre a mi no me aporta mucha energía pero me conformaré, lo mejor es que aún lo pierde la escencia de mi lady.

Al terminar con mi trabajo estaba dispuesta a salir a venderlos pero justo llegó mi lady por supuesto que iba a darle una cálida bienvenida.

- ¿Que tal te fue lady? - me reúno con mi lady en el salón donde se encuentra ella con sus hijas tocando el piano.

- Mucho mejor que de costumbre - y si que se nota pues no llego enojada como suele hacer en cambio tiene su hermosa sonrisa dibujada en el rostro - ¿Que tal se portaron las niñas?.

Las cuatro nos miramos por unos segundos antes de que pronuncie una palabra - Bastante bien creo que empezamos a entendernos - miento para salvarlas de un castigo y ahorrarle las molestias a mi lady.

- Estoy orgullosa de ustedes queridas.

- Gracias madre.

- Creo que será buena idea volver a dejarlas solas para que pasen más tiempo juntas - lady se levanta de su asiento.

- ¿Que? - decimos las cuatro al mismo tiempo.

- No voy a repetirlo, iré a descansar ustedes diviértanse.

Y aquí estoy de nuevo sola con estás mocosas.

- ¿Quieren que les toque otra canción? - rompo el silencio.

Ellas simplemente asienten sin protestar pues saben que ya no tiene caso.

Ave Del ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora