Ave Del Paraíso

Capitulo 42

Vuelvo a despertar al lado de la mujer vampiresa dueña de mi corazón, acaricio su frente para luego depositarle un beso.

Todavía no me creo que estuve apunto de morir. En mi vida nunca había pasado por algo tan emocionante.

Me pregunto si Heisenberg abra sobrevivido y si es así, tiene la daga, entonces todavía existe riesgo para mí Lady y sus hijas.

Almenos ya la encontré....

Los besos de mi Lady me sacan de mis pensamientos.

- Buenos días mi dulce Alcina.

- Buenos días Meri - continua besando todo mi rostro.

Rio - ¿Cuánto amor estuviste acumulando? - la detengo apricinando su rostro en mis manos.Nos acercamos uniendonos en un beso que tanto esperábamos. Esto es volver a mi hogar, el lugar dónde en verdad pertenezco, junto a la Lady Dimitrescu de la vida real y no la de un sueño. Sus labios tibios y suaves siguen siendo tan dulces y tentativos como la última vez que los probé. Nos alejamos lo suficiente para volver a mirarnos a los ojos. Ella acaricia mi cuello con la nesesidad de tocarme, de volver a sentir ese contacto tan íntimo que llevamos desde que formamos está relación amorosa. Enrolla sus manos alrededor de mi nuca enredando sus dedos en mi cabello, su boca vuelve a encontrar la mía en un segundo beso que nos hace estremeser a ambas. Baja sus besos por mi cuello viéndose tentada a morderlo - Todavía hay riesgo de que mi sangre siga contaminada con el veneno - advierto antes de que pueda pasar otra trajedia, y mucho peor siendo Lady Dimitrescu, la mujer a quien amo y la madre de tres hijas.

- Eso es injusto, los días que pase sin beber de ti fueron una tortura - se queja haciendo puchero.

- Ya beberas de esta botella Lady - acaricio sus labios con mi pulgar - No hay prisa yo no me movere de tu lado.

°°°

Bajamos a la sala principal, con mi Lady cargandome en sus brazos.

- Esto no era necesario, estoy débil pero puedo caminar por mi cuenta Lady.

- Las decisiones las tomo yo Meri, recuerda que estás en mi castillo - besa mi frente viéndose posesiva.

- ¡Beth estás viva! - dicen las trillizas al verme.

- ¡Sorpresa! - digo alzando mis brazos al aire.

- Jaja madre, ¿no piensas soltarla? - ríe Bela al verme en esta situación embarasosa.

- Para nada - sonríe maliciosa. Se sienta en el sofá dejándome a mi sobre sus piernas.

- Pero madre también queremos pasar tiempo con Beth - se acerca Daniela.

- En otro momento será - digo cómplice a la rubia.

- El castillo estubo en depresión por tu culpa - se acerca la pelinegra - Más vale que para la próxima tengas cuidado.

- Vasta, mis niñas denle un respiro - mi Lady juguetea con los mechones largos de mi cabello - Que pasa con Miranda, ¿hay una forma de agradecerle por su ayuda?.

- Ella no lo menciono, creo que no nesesita agradecimientos, solo estará llamando para saber cómo va mi recuperación - tomo las manos de mi Lady y quito sus guantes para llenar de besos sus palmas.

- ¿Sabes algo de la tia Donna? - pregunta Bela hojeando y juguetenando con las hojas de un libro de un cuento infantil titulado la telaraña de Charlotte.

Oh no, justo la pregunta que no quería responder.

- Ella está...tomando vacaciones - nada más recuperarme y destruir a Heisenberg veré como puedo solucionar ese problema.

- Que extraño - dice la peliroja lo muy convencida.

El día transcurre con normalidad o no de el todo pues mi Lady no me a dejado salir de el castillo, entiendo su miedo a perder de nuevo otro ser querido como me e convertido yo ahora, es solo que no me siento yo misma sin realizar mis actividades mágicas.

Quito la energía oscura que antes había puesto para reforzar el domo, dejando que los rayos de el sol vuelvan a iluminar el castillo, pues ya no lo veo muy nesesario además existen pocas posibilidades de un ataque que pueda atravesarlo.