Capitulo 41

1.1K 103 8
                                    

Despierto envuelta en los brazos de mi Lady.

- Dormiste demasiado - acaricia mi rostro.

- Tube un mal sueño - me aferro a ella posando media cara en sus pechos.

- Ya todo está bien querida, es bueno tenerte devuelta me tenías tan preocupada - beso a mi Lady de la mejilla para tranquilizarla.

- ¿Dónde estamos?.

- En el paraíso mi pequeña ave, justo donde perteneces.

Me aparto un poco para contemplar el lugar, tiene razón esto es un paraíso. Está repleto de flores, montañas, lagos y un cielo azúl con nubes blancas lo complementan.

 Está repleto de flores, montañas, lagos y un cielo azúl con nubes blancas lo complementan

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Siento que esto es como un sueño - aquí es donde debería estar eternamente con mi Lady.

Volvemos a acurrucarnos abrazadas sin querer soltarnos, me embriago con el característico aroma de mi Lady a perfume caro, escuchando los latidos de su corazón mientras siento su respiración sobre mi cabeza. Todo es tranquilidad, sin importar el tiempo, sin preocupaciones, sin importar nada, solo siendo nosotras dos. No hace falta decirnos más.

Si mirada es tan dulce que la beso en los labios, devorandolos asta que de un momento a otro los besos comienzan a saber a lágrimas.

- Estás llorando - se separa y limpia mis lágrimas con su guante negro.

- Lo siento Lady, no se por que está pasando.

- Despierta - dice de forma repentina.

- ¿Que? - la miro sin entender nada.

- Meri tienes que despertar.

Me quedo confundida, asta que comienzo a sentir un dolor punzante en mi pecho y el ardor por todo mi cuerpo.

Abro los ojos encontrandome en un lugar que desconozco por completo.
Estoy sobre lo que parece ser una camilla de hospital pero para nada esto se hacerca a un hospital. Intento moverme pero estoy atada de pies y manos.

- Sabía que despertarias algún día lechuza  - dice la voz calmada de una mujer.

La miro mejor parpadeando varias veces para enfocar mi vista borrosa. Es Miranda sosteniendo una jeringa, ya está vestida con su ropa habitual.

- ¿Cuervo? - digo recuperando la conciencia.

- No te muevas - dice para luego inyectarme el líquido de la jeringa.
Retira la aguja de mi carne y la deja reposando sobre una mesa. Respiro aliviada al dejar de sentir el ardor que me causaba el veneno - Llevas una semana en coma.

- ¿Todo ese tiempo has estado experimentando conmigo? - lo digo más como un chiste.

- No creo que sea un misterio - responde obvia, lo que provoca que la mire con ojos curiosos - Alcina me busco sin parar después de tu pequeño incidente - dice lo último con burla, pues sabe que ese pequeño incidente casi me mata.

Miranda se aleja para volver a tomar otras dos jeringas con diferentes líquidos, vuelve a acercarse para seguir inyectando lo que sea que me este inyectando es lo que me a ayudado a seguir con vida.

- ¿Era necesario que me ataras?.

- ¡Deja de moverte! - exclama molesta.

Cielos, ya veo de dónde saco Eva el carácter fuerte.

Miro a lo lejos las muestras de sangre que me a sacado la mujer junto a los frascos e instrumentos médicos que tiene sobre la mesa, al parecer a estado estudiando el veneno de la daga en mi sangre asta encontrar una cura contra este, seguramente es lo que acaba de inyectarme.

Mi amada Alcina debe estar esperándome, ya quiero ir con ella para darle muchos besos y caricias, así compensare todo el tiempo que a pasado.

Cierro los ojos para conciliar el sueño, nesesitare energía para nuestro reencuentro.
Pero un electro shock en mi pecho me hace despertar de nuevo.

- Que amable eres con tus pacientes - digo sarcástica.

- Tu pulso estaba bajando - dice Miranda en su defensa - Ya puedes irte, tu cuerpo es capaz de regenerarse por si solo otra vez - desata mis extremidades de la camilla.

Ya voy en camino mi Lady.

Me levanto estirando mis brazos - Gracias por salvarme la vida... suegra - digo lo último para molestarla.

- De nada imbécil.

°°°

Salgo de el laboratorio emprendiendo el vuelo por el cielo nocturno. Aterrizo en el balcón que da a la ventana de mi Lady.

Le veo ahí durmiendo tan hermosa como siempre, es una lastima que tenga que interrumpir su sueño.

Golpeó el cristal con mi pequeño pico de lechuza intentando llamar la atención de mi mamasota. Después de removerse un poco sobre la cama abre los ojos mostrándome ese amarillo brillante que tanto me tiene ignotisada.

Sonrie y descubre su cuerpo de la cobija, levantándose casi corriendo a la ventana donde estoy yo asomandome. La abre dejándome entrar.

Vuelvo a mi forma humana - Ya estoy aquí mi Lady - extiendo mis manos pidiendo ser abrazada.

- No sabes cuánta falta me hiciste mi pequeña Meri - se agacha y me envuelve en un abrazo fuerte que me saca un poco el aire de los pulmones.

- Creíste que te librarias tan fácil de mi - digo jugueteando con sus rizos negros.

Ríe - No lo digas haci querída - besa mis labios.

Ave Del ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora