Mi lady se está duchando pues luego de la cojida que le di quedó algo empapada junto con su vestido y sus zapatillas. Yo quedé aún más pero para nada me molesta en absoluto.
Recojo el vestido de lady Dimitrescu y su ropa interior. Me paseo con el por el castillo buscando a alguna criada para entregarselo.
- Que haces con el vestido de madre - me encuentro con Daniela en los pasillos.
- No podría decirtelo aunque quisiera - rio. Para mí suerte justo una criada iba pasando. - Psss tú - le doy el vestido - No nesesita mucho lavado solo le calló...- vuelvo a reír - Un poquito de agua - las bragas caen al piso - Ups, una disculpa - me agachó para recogerlas - Creo que yo conservaré esto - me doy la vuelta caminando en dirección opuesta a la criada.
- Oye Meri - la chica me rodea con sus moscas - ¿Que putas está pasando entre tu y mi madre?.
- Descuida niña, tu mamá es muy feliz en estos momentos.
- No parece que allas sido castigada.
- Tienes razón - sonrió enamorada - para nada podría considerarlo un castigo.
Entro en mi habitación por fin librandome de la joven.
Voy con rapidez dónde está mi mesa de noche y depósito la ropa interior en mi taza de café para darle un gran sorbo.
°°°
Estaba recolectando setas cuando a lo lejos pude ver lo que parecía la silueta de una mujer con enormes alas.
¿Acaso me está obcervando?. Me doy cuenta de que no es así cuando se reúne con otra mujer vestida de negro y un hombre con un martillo, ellos van en dirección del castillo Dimitrescu. Creo aver recordado que Alcina me comentó que tendría visitas.
Me tranformo en lechuza y emprendo el vuelo cargando el saco con mis garras. Dejó las setas en mi habitación y regreso dónde están los invitados, tomo lugar donde nadie pueda verme pero al parecer Lady Dimitrescu pudo notar mi presencia y que cruzabamos miradas de vez en cuando.
- ¿A que viene esa torpe sonrisa? - el hombre con martillo pregunta a lady Dimitrescu.
- A callar crío, no tienes derecho de venir a mi castillo e interrogarme con tus preguntas estupidas - ella le responde.
- ¿Tontas?, pero si no has dejado de reír y sonreír desde que llegamos.
- Eso a ti no te importa.
- ¿Acaso tiene algo que ver esta sabandija que nos está vigilando? - me apunta con su martillo y sin esperarmelo soy golpeada por un objeto de metal haciéndome caer de mi escondite.
Vuelvo a mi forma humana - Eso dolio - me quejo.
- ¿De dónde salió está? - pregunta una muñeca espeluznante que sostiene la mujer de negro.
- ¿Otra de sus doncellas? - dice un mounstro de aspecto horrendo.
- ¿Desde cuándo sus doncellas se transforman en pajaritos? - vuelve a preguntar el hombre magneto.
- Parece alguien interesante, ¿por qué no la presentaste Alcina? - la mujer de alas enormes me mira fijamente.
- Es algo ermitaña pasa gran parte de su tiempo haciendo magia en su habitación, solo no quería molestarla - ermitaña, ¿enserio mi lady?. Me levantó y sacudo mi vestido.
- Magia...
- Así es Madre Miranda.
- Hola soy Karl Heisenberg, ¿tú cómo te llamas niña?.
Lo miro con desagrado pues no olvidó lo que me a echo hace un momento - Meribeth - respondo cortante.
- Se nota que llevas una relación íntima con Dimitrescu - rie con morbo.
- Vaya descubriste lo que es obvio fracasado.
- Recuerda que tiene tres hijas, no la hagas gemir muy fuerte o te pueden escuchar - susurra en mi oido.
- Temo decirte que es demasiado tarde ya lo hice y déjame decirte que será mejor que modales tus modales con mi lady por qué yo no dudaré en envenenar tu cuerpo asta podrirlo lentamente - ahora soy yo quien susurra en su oído. Saco una daga y cortó un mechón de su cabello - Ten mucho cuidado.
Me aparto de él.
- ¿Que es todo lo que murmuran entre ustedes? - pregunta mi lady levantanse de su asiento.
- Nada que sea de importancia lady, ya me iba - miro con ojos de asesina al hombre que me mira confundido tocando la parte de su cabello que he cortado.
Furiosa entro azotando la puerta.
Ese estúpido hombre va a ver a quien tiene que respetar pues nadie se saldra con la suya a quien sea que se burle de mi y de mi lady en mi presencia.
Tomo un frasco e introdusco dos limones junto con el mechón de cabello.
- Karl Heisenberg te vas a podrir como los limones - repito la frase una y otra vez mientras vierto agua en el frasco -
Karl Heisenberg te vas a podrir como los limones.°°°
Espero a que Alcina termine de despedirse de sus visitas para ir con ella.
Suspira con cansancio - Al fin se fue la escoria de mi hermano.
- Es bueno verte aliviada mi lady, no te preocupes yo pondré en su lugar a ese mentecato.
- Olvidemonos de él por el momento.
- ¿Que se te ofrece lady?, ¿Te gustaría algo de amor? - abrazo una de sus largas y sexis piernas.
Ríe - Por supuesto lindura, aunque un poco de sangre me vendría algo bien.
Me siento en su enorme cama y quito mis botas negras de tacón. Hago un corte en el tobillo y se lo entrego a mi lady quien está agachada frente a mi esperando con sed una provada de mi sangre.
Toma mi pie y comienza a chupar y lamer mi tobillo.
Pero que buena vista tengo desde aquí arriba, el escote de su pecho se asoma de forma tentadora mientras menea su lengua sobre mi piel.
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Ave Del Paraíso
FanfictionLady Dimitrescu Advertencia: Historia no apta para todo público, contiene escenas +18 Meribeth Borst es una hechizera prácticamente de distintas magias siendo la principal la magia oscura e ahí por qué el apodo de "bruja". Tras un insistente con las...