Capitulo 49

953 99 21
                                    

Despierto a media noche por el estruendo de un relámpago de tormenta que a golpeado la barrera de el castillo.

Abro los ojos dandome cuenta de que mi Lady no esta durmiendo a mi lado, a tenido insomnio después de quedar muy afectada en las ventas de su vino todo gracias a esa doncella pajera que se escapó aquella vez, fue difícil para mí Lady y su marca recuperarse de ese incidente.

Debe estar embriagandose en alguna parte de el castillo. Me levanto y camino torpe aún adormilada asta las puertas. La encuentro enseguida en la sala que está fuera de la habitación.

- Lady no es bueno develarse - digo bostezando en medio de la frase.

- Solo estoy rompiendo un poco la rutina, Meri - dice notablemente ebria - Ven con mami - se coloca en una pocision provocativa cruzando las piernas sobre el sofa.

Es extraño encontrarla en este estado, es cierto que bebe demasiado alcohol pero no llegaba al punto de ponerse ebria. Es algo divertido de ver.

- Que tentadora tu propuesta Lady, pero es mejor que vuelvas a la cama -
me mira haciendo puchero y vuelve a tomar de su copa - Tu lo estas pidiendo mami, te dare tan duro que no volverás a levantarte a beber alcohol.

- Estoy esperando - abre sus piernas dejándome ver su coño bajo el sexi camisón rojo de pijama.

Seré fuerte, ya e caído demasiadas veces en la seducción de esta vampiresa, pero mierda es imposible resistirse a esas curvas y a ese jugoso fruto de el pecado que tiene entre sus piernas largas y carnosas.

Sin darme cuenta me e dejado vencer otra vez.

Lady Dimitrescu eres una descarada, digo en mis adentros sin poder apartar mi vista de esta mujersota.

Mi Lady ríe al ver que me e quedado paralizada, cierra sus piernas y deja la copa de vino sobre la mesa para acercarse a mi con sus pasos sensuales. Se agacha frente a mi para depositarme un beso en los labios.

Acaricio su rostro - Lady todo estará bien, trabajaremos juntas asta reponer cada una de las botellas que fueron rotas - digo entre el beso.

- Eso que importa en este momento - dice sin dejar de besarme.

°°°

Desde la masacre de la villa, las doncellas están escaseando poco a poco en el castillo, estamos trayendo chicas de la ciudad pero suelen ser una mayor molestia.

Mi Lady conduce el carrusel con la carga de cajas con nuevas botellas y barriles.

Las ventas de el vino de mi Lady bajaron, por supuesto que esto no le afecta en nada económicamente pero si la afecta en reputación.

- Lady, tengo una idea para que las ventas suban de nuevo.

- ¿Que tienes en mente querida? - dice sin apartar la vista de el camino y los caballos.

- Ya que me has dicho algunas veces que mi sangre es especial y de calidad yo con gusto donaría un poco para la creación de el vino - mi idea no parece gustarle.

- Si subirían Meri, ¿pero a qué costo?, tu sangre solo me pertenece a mi - dice con celos.

- Enserio Lady, ¿celaras asta mi sangre? - rio.

- Y que es lo que esperabas Meri, no permito ni siquiera que mis hijas prueben de ti.

- No tienes remedio Mamasota - digo manoseando sus piernas, meto mi mano entre sus ellas siendo apretada por la presión de sus muslos que hacen al estar sentada, acaricia su monte de venus cada vez adentrándome más asta llegar arriba de su clítoris, lo que la hace perder un poco el control de las riendas de los caballos.

- ¡Meri!

- Lo siento - digo avergonzada apartando mi mano. Llegamos al castillo, mi Lady deja el carrusel estacionado afuera.

Bajamos de el asiento de conductor y juntas comenzamos a transportar el material dentro de la bodega.

Luego de eso reunimos a las doncellas que aún quedan en la habitación donde esta la tina para drenar su sangre.

- Mi idea quedara descartada - digo mientras dreno de sangre uno de los cuerpos.

- Pensándolo bien, no me queda otra opción - mi Lady está concentrada haciendo sus anotaciones en un libreta.

- Sabía que tenía razón - rio.

- No cantes victoria ave, te dare un merecido por andar de ofrecida - intenta sonar seria pero al final la risa le termina ganando.

- Yo me ofresco toda a ti mi Lady.

Ave Del ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora