Capitulo 59

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- Quizás no soy lo suficientemente buena para mí Lady - lloriqueo.

- Beth deja de tomar ya estás delirando - Bela me arrebata la copa de la mano.

- Dejala se ve graciosa - Angie se sienta en mis piernas.

- Gracias por hacerme compañía - digo abrazando a la muñeca - Besemonos.

- ¡No!, ¡alejate! - intenta librarse de mi agarre - ¡Ayuda!, me quiere chupar la bruja.

Todas ríen a excepción de Miranda que parece empezar a fastidiarse.

- ¿Así están pensando en casarse? - dice con ironía atraves de esa máscara dorada en forma de pico de cuervo.

- Debiste darle una mejor educación a tu hija - me quejo soltando a la muñeca.

- Eva es mi única hija...

- ¿Dónde están sus padres biológicos para dales unas patadas? - lanzo con furia la taza de té de la que estaba bebiendo Donna.

- Óyeme que te has crecido - se queja Angie.

- ¿Sabes lo que me dijo esa vampira sexi? - me levanto y recargo mis manos sobre la mesa acercándome más a Miranda - Que Eva era mi hija también, pero eso es completamente absurdo - rio - Yo no te preñe fue mi magia.

Alcina Dimitrescu se aparece justo en ese momento.

- Madre por fin llegas, Beth esta poseída.

- ¿Y que se supone que hace? - Miranda y yo volteamos a verla al mismo tiempo.

- Miranda, dile a mi Lady que entre nosotras no pasa nada.

- Beth ya es suficiente - Bela y Daniela me toman de los brazos apartandome de la mujer y su hija.

- Traiganla conmigo hijas - luego se dirige a nuestras invitadas - Lo siento por eso.

Las niñas me llevan casi a rastras siguendo a mi Lady.

- Voy a morder ese culo como venganza.

- ¡Meri!...- exclama mi Lady apenada.

- Ya nos acostumbramos madre - ríen las niñas.

- Y no solo eso, prepárate mamasota por qué te voy a dejar el coño bien dilatado...

- Niñas ya vayanse yo me haré cargo.

- Si madre, conseguiremos una silla de ruedas de ser necesaria - ambas salen riendo de la sala.

Estando solas mi Lady se agacha frente a mi - Eso fue vergonzoso - acaricia mi rostro.

- Lo siento Lady perdí el control - digo arrepentida.

- Fue mi culpa, no pensé que te afectarían demasiado mis palabras.

- ¿Ya no estás enojada?.

- No, cariño. Fue mi error.

- Tienes razón, ahora - arreglo mi cabello - ponte en cuatro.

Mi Lady ríe - ¿Sigues con eso querída?.

- Es que no estaba bromeando - digo intentando mantenerme sería pero estando ebria fue imposible - En verdad me tienes muy prendida Lady - acaricio sus rizos y olfateo su cuello, lamo su piel.

- Meri quería hacerte esperar, pero si me lo pides así...- muerde su labio.

- Vamos Lady no me tortures así - acaricio su monte de venus por encima de su vestido. Ella levanta su falda buscando mi toque más directo - Eres una sucia Lady, ya estás muy mojada - meto mi mano en su panti de encaje y acaricio su coño lubricado y caliente.

- Meribeth...- gime.

Se da la vuelta poniéndose en cuatro como se lo pedí desde un principio.

Acaricio sus nalgas, las aprieto y las separo dejando abierto su ano y vagina que se come el delgado hilo de sus bragas. Undo mi cara en su avertura para pasar la lengua entre sus labios aún sin quitar sus bragas, sintiendo como la tela de encaje raspa mi lengua. Me separo para seguir acariciandola con mi mano.

Mi Lady mueve sus caderas pidiendo que la folle aquí mismo. Golpeo con fuerza su nalga, el sonido que genera es tan exitante. Mi Lady gime y repite mi nombre en susurros sensuales y eróticos.

Me separo un poco, busco con la mirada la botella de vino que mi Lady suele cargar con ella, la tomo de la mesa. Acaricio su tracero con el cristal y la froto contra su intimidad, su humedad escurre mojando la botella.

Golpeo suavemente su intimidad, da un brinco y grita de placer, separa más sus piernas entre gemidos.

Bajo sus bragas despegandolas de su vagina mojada, abro sus pliegues y comienzo a introducir la boca de la botella. Se estremese al sentir el cristal frio dentro de su carne.
La penetro con fuerza de adentro asía afuera sin parar, hago el movimiento más lento para después hacerla gritar y retorcerse cambiando a uno más duro y profundo.

Froto con mi otra mano su clítoris y estimulandola tanto que grita mi nombre. Sigo moviendome en su interior y exterior, asta que sus paredes se contraen apretando la fría botella de vino. Su cuerpo tiene los espasmos de un orgasmo, finalizó su orgasmo masturbando su clítoris con mis dedos hábiles.

Ave Del ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora