Capitulo 60

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El día tan esperando evento se hacerca peligrosamente y todavía no me siento preparada. Sobre todo por que ya no se cómo encarar a Miranda y Donna después de ese vergonzoso día.

- ¿Meribeth?...- mi Lady despierta con sus rizos despeinados.

- Buenos días Lady - digo sin apartar mi mano de el fuego de la chimenea.

- ¿Por qué siento que tienes una obcesion con el fuego?.

- Pues...yo - recuerdos de múltiples linchamientos con fuego que sufrí a los largo de mi vida reviven en mi mente - Realmente no es obcesion por el fuego, es solo que me recuerda a ti mi lady - aparto mi mano de la chimenea - Es brillante, llamativo, cálido, es luz en la oscuridad pero al mismo tiempo es tan peligroso justo como tú lo eres - camino asta la cama dónde sigue ella adormilada - Así que no es obcesion por el fuego es obcesion a ti, mijn liefje - tomo su mano con el anillo y le deposito un beso.

- Oh querida tu siempre me haces sonreír al despertar - junta su frente con la mía.

- Y así sera para siempre y si no te hago sonreír almenos te haré gritar - digo picara.

- ¿Que tal si haces las dos? - quita las sábanas de su cuerpo desnudo mostrandome sus seductoras curvas.

- Tu lo has dicho mami - me acuesto boca arriba a un lado de ella - Dame esas nalgas mujer mi cara está lista para ser aplastada.

Jadea pensando en todas las cosas que le haré sentir en su coño precioso con mi lengua.

Se sienta sobre mi cara, sus nalgotas cubren por completo mi rostro y su vagina abierta sobre mi boca.

Palmeo su culo como indicación para que empiece a mover sus caderas de adelante hacia atrás follandose mi cara. Mientras yo hago mi otro tipo de magia con mi lengua sacandola y levantandola, entonces ella comienza a dar brinquitos sobre mi cara penetrandose con mi lengua.
Mi Lady suelta pequeños suspiros de placer asta que se convierten en un grito cuando atrapó su clítoris entre mis dientes, lo lamo y lo succiono.

Las escucho gemir y jadear sin dejar de mover sus caderas, en pocos minutos se corre.

Levanta su culo liberando mi cara de su paraíso.

Los abrazamos y nos besamos lentamente enredandosele nuestras lenguas.

Me separo para tomar dos de los dildos que están en el cajón de la comoda, cuando regreso a la cama con mi lady la hago que se acueste boca abajo con el culo levantado.

- Esto quizá duela un poco Lady - coloco lubricante en el juguete de silicona y abro sus nalgas para introducirlo lentamente en su recto.

- Meribeth...- gime y se queja de dolor mordiendo la almohada.

Su acción me prende tanto que se lo introdusco de golpe, haciéndola gritar. El segundo se lo introdusco dentro de la vagina.

La embisto con todas mis fuerzas sin piedad, haciéndola mía por todos sus oyos. Mi Lady no deja de gemir de dolor y de placer, algunas lágrimas recorren su rostro mientras se aferra a la almohada como si esta fuera su única salvación.

- ¿Tu culo es maravilloso Lady - acaricio sus nalgas antes de golpearlas de nuevo con mis palmas asta dejarlas rojas.
Mi Lady ahoga sus gritos en la almohada y eleva más su trasero pidiendo que continúe penetrandola.

Hago caso a su petición después de reír maliciosa. Le introdusco asta lo más profundo ambos juguetes por los dos lados sin parar.

Su humedad crece con cada embestida, hasta que su cuerpo se retuerce, ahoga otro grito de placer que sale de su boca, puedo sentir como las paredes de sus orificios se contraen, apretando los objetos que  entran y salen con intensidad, cierra sus ojos, su cuerpo se mueve al ritmo de cada penetración.

Mi Lady apesar de sentir dolor realmente le encanta como lo estoy haciendo, un gemido combinado con un sollozo se desborda de su garganta.
Sus orgasmos se vuelven cada vez más fuertes, más largos, más duraderos que llora cada vez que se corre.

He perdido la cuenta de cuántas veces se a corrido mi Lady, pero empiezo a sentirla cansada por el dolor placentero.

Se que hoy no dormiremos juntas asta el día de nuestra boda así que aprovecharé al máximo está mañana para darle tan duro como pueda a mi Lady.

Ave Del ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora