Parece que Miranda sabe que yo fui quien le hizo daño a su pobre Heisenberg.
Seguramente estará buscando una manera de alejarme de Alcina y de destruirme pero por supuesto que no permitiré que eso pase.
Además yo sé que Alcina desea una vida libre de toda esta locura de experimentos y el reino champiñón, pues aunque allá obtenido la inmortalidad gracias a Miranda, la lealtad que le debe a esta la está matando por dentro.
- No te preocupes mi Lady yo haré todo lo posible por que seas feliz - beso sus labios mientras ella sigue dormida.
Debo recuperar por completo toda mi energía para poder hacerle frente a Miranda.
Ya no tengo tiempo de esperar a que esos mortales forniquen y me entreguen el producto en nueve meses.
Entonces emprendo el vuelo a la cuidad puesto que ahí es dónde está el verdadero criadero de fetos.
Son tan pequeños pero conservan tanta energía y juventud en esos pequeños cuerpos.
Me cuelo directo a los hospitales para raptar a la mayor cantidad posible de estos pequeños seres.
No es bueno absorber tanta energía de golpe pero es lo único que me queda.
Mi oponente es astuta y se que en cualquier momento podría atacar pero una vez que allá adquirido el máximo poder no habrá quien pueda derrotarme en la tierra.
Más que nada hago todo esto por él amor que le tengo a Lady Dimitrescu por qué si no fuera por ella seguiría viviendo despreocupada de la vida en la comodidad de mi pequeña casa en medio del bosque ignorante de lo que pasa a mi alrededor.
Aveces no puedo creer que de un momento a otro allá encontrado a quien se a convertido en el amor de mi vida.
°°°
Después de alimentarme adecuadamente, por ahora. Salgo para ir en dirección donde suele estar mi lady. Sus hijas están entretenidas con Donna y su muñeca.
Entro en la habitación de mi lady después de llamar a la puerta.
Ella está consentrada ojeando un libro.
- ¿Ya te había dicho antes que te vez hermosa leyendo Lady?.
- Lo has dicho Meri, lo dices con cualquier cosa que este haciendo - ríe sin despegar su vista de aquel libro que me está quitando toda su atención.
Nunca creí que me pondría celosa de un libro en algún momento de mi vida.
- Es por qué te vez hermosa todo el tiempo - digo juguetona mordiendo mi labio inferior de forma provocativa.
- Vas a necesitar más que morderte los labios - sonríe pícara por fin mirándome a mi y no a ese tonto libro.
- Lady solo entrégame de nuevo ese sensual cuerpo que tienes.
- Bien pero primero dame un poco de tu sangre asé tiempo que no bebo de ti.
- ¿Estás segura de que tiene buen sabor?... por qué no soy una doncella vírgen.
- Conserva un buen sabor mientras seas joven.
- Chupame dónde quieras nenota.
Ríe - Buena chica, ven con mami - toma una navaja de su escritorio y se acomoda en la cama esperándome.
Me acuesto junto a ella esperando a que elija el lugar de donde prefiere beber de mi. Descubre mis piernas y hace un pequeño corte en una de estas, mi piel se eriza cuando siento sus labios sobre mi piel, succiona el líquido carmesí asta quedar satisfecha.
- Ahora es tu turno Lady - me acerco gateando sobre la cama.
Tengo tantas ganas de manosear esas enormes bubis de nuevo y así lo hago acompañándome de los dulces gemidos de mi Lady. Atrapó ambos de sus pezones entre mis dedos aún sobre la tela de el elegante vestido y su sujetador de encajé, pude deducirlo por la textura al estimular. Están tan erectos. Beso en los labios a mi Lady con lujuria nuestras lenguas se frotan con desesperación y pasión, dejamos salir algunos suspiros durante el beso, su boca se siente caliente y sus pezones se ponen cada vez más duros a medida que los pellizco con mis pequeños dedos.
Me separo para contemplarla completa.
- Pequeña me estás deseando tanto con la mirada - dice jugueteando con la falda de su vestido mostrandome parte de sus piernas de forma tentadora, tiene puestas unas calcetas rosas que la hace lucir tierna y sensual al mismo tiempo.
Es un extraño color que suele usar, normalmente es el negro, pero el rosa le queda también bastante bien, es más, cualquiera de los colores le quedan muy bien a mi Lady.
- Muéstrame más Lady - acaricio sus pies.
- A eso voy querida - ríe juguetona. Se da la vuelta levantando su falda por completo, sus bragas de encajé siguen sintiendo negras pero los ligueros son de el mismo color de las calcetas.
- Que llamativa Lady - muero por darle duro al ver su firme y su vagina mojada.
No puedo soportar más y pego mi cara a su vagina, aspiro su aroma adictivo aún sobre la delgada tela de encajé.
Las retiro a un lado despegandolas de su humedad para comenzar a devorarla sus gemidos hacen que me vuelva más brusca con mis movimientos de lengua y parece gustarle ya que mueve sus caderas buscando más aún más contacto de mi boca con su vagina.
Me adentro más entre sus muslos quedando de frente a su vulva, muerdo ligeramente su clítoris haciéndola estallar de placer.
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Ave Del Paraíso
FanfictionLady Dimitrescu Advertencia: Historia no apta para todo público, contiene escenas +18 Meribeth Borst es una hechizera prácticamente de distintas magias siendo la principal la magia oscura e ahí por qué el apodo de "bruja". Tras un insistente con las...