Capitulo 31

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De regreso al castillo me encuentro con mi Lady dándoles indicaciones a sus hijas de cuando pueden salir y a qué hora. Daniela me dirige una mirada clamando por ser rescatada pero no hay nada que yo pueda hacer.

- Meri que sorpresa llegas temprano - mi Lady se distrae cuando nota mi presencia, las trillizas atrás de ella continúan haciéndome señas de auxilio.

- Quería verte otra vez Lady - digo aguantando la risa que me provocan sus hijas.

Voy a dejar mis pertenencias luego de recibir la bienvenida de mi Lady.
Regreso a la sala con las mujeres para seguir presenciando ese divertido momento de madre e hijas.

- Madre eso es injusto - se queja Cassandra.

- Te conozco Cassandra, por eso pasarás menos tiempo afuera que tus hermanas.

A la pelinegra se le encienden los ojos cuando me encuentra bajando las escaleras.

- Que también Beth tenga un castingo cada que mate a alguien afuera. Ella fue quien nos hizo inmunes al frío.

- Eres una mal agradecida Cassandra, Beth nos salvó la vida - Daniela regaña a su hermana.

- Ya está decidido, las tres volverán antes de el anochecer a la misma hora, nada de retrasos - finaliza mi Lady.

- Si madre - dicen al mismo tiempo y se van con sus moscas.

- Ahora Cassandra te contradice.

- Esa niña es un lío.

- Espero que no vaya en malos pasos y conozca la música de los mortales - con eso me refiero a que no se vuelva reguetonera.

- Hay tantos peligros en el mundo, ¿y lo que te preocupa es la música Meri? - mi Lady ríe.

Una criada se acerca sosteniendo una bandeja con el largo cigarro de mi Lady.

- Solo quería animar un poco el ambiente - me acomodo sobre sus piernas.

- No te sientas culpable querida, estaban más en peligro antes de que se te ocurriera usar tu magia en ellas - toma el cigarro y lo enciende.

- Es bueno saberlo, en verdad tenía miedo más que culpa, de que fueran a ser capturadas por los mortales.

Aspira el humo de su cigarro y lo expulsa - Esas alimañas no son ningún rival para mis hijas, gracias a ti ahora son indestructibles Meri.

-... - me quedo en silencio cegada por su belleza.

- Meri vasta de poner esos ojos, solo haces que quiera comerte - besa mi frente dejando su marca de labial.

- Puedes hacerlo Lady, no tengo problema con eso.

Aparta el pelo de mi cuello - Estoy sedienta cariño - clava sus dientes en mi cuello.

°°°


Las semanas se pasan rápido al lado de esta increíble mujer a la que me encargo de llenar de amor cada día.

Se ve mucho más feliz y relajada ahora que dejó de servirle a madre Miranda, sobre todo sin tener que soportar al idiota de Heisenberg.
Donna todavía visita el castillo de vez en cuando al igual que la cabaña en dónde está alojada Miranda, la titiritera sigue considerando madre y hermana a las dos mujeres aunque ya no tengan esos lazos que las unian antes de que yo llegara a sus vidas.

De Moreau no e sabido nada, seguramente está planeando mi destrucción al igual que Heisenberg, de el primero no tengo nada que pelear pero si hablamos de el psicópata con martillo, él aún tiene que pagar por ofender a mi Lady.

- Este hombre necesita ser más golpeado, mírenlo no quita su cara de pendejo - dice Daniela.

Mi Lady está pasando el rato con sus hijas torturando a un pobre desafortunado que por culpa de su verga urgida a llegado a parar al castillo. Él solo quería conquistar el corazón de una de las mujeres que habitan aquí.

Por otra parte estoy yo un poco alejada pintando un recuadro de el espectáculo

- Esto es lo que te pasa por intentar tocar a mis hijas con tus sucias manos, hombre estúpido - Alcina corta las extremidades de el sujeto con una sonrisa llena de sed de muerte.

Eso fue hermoso, debo retratar muy bien está faceta de mi Lady que rara vez e visto, pues mi mujer suele ser una dama tranquila y elegante pero cuando se trata de sus hijas no le importa manchar su vestido de un poco de sangre.

- ¡Cortale las bolas! - animo a mi Lady.

La tortura termino cuando el hombre muere por la cantidad de sangre perdida.

- Déjame ver tu arte querida - dice acomodando su sombrero.

Las chicas siguen jugando con el cadáver.

Ave Del ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora