Capitulo 1

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Meribeth en multimedia

- ¡Oigan saquenme de aquí!, ¡díganle a su madre que lo siento! - sacudo las rejas de la celda en la que fui encerrada.

Mierda, mierda y más mierda.

Suspiro frustrada, esto es una pesadilla.

Miro a mis alrededores charcos de sangre y cadáveres por doquier.

Estoy tan hambrienta, si tan solo pudiera alcanzar ese enorme trozo de carne que se tambalea de forma tentadora.

Ahora mismo me veo tan patética, da igual este es un lugar tranquilo dormire un rato para recuperarme ya usaré mis poderes para salir de aquí.

No sé cuánto tiempo dormí pero fue lo suficiente para ser despertada por el taconeo de la mujer alta. Abrí los ojos ojos y me levanté con rapidez para ver cómo soy ignorada por completo ya que ella camina en dirección de otra celda, no pude ver más pues se perdió entre los pasillos pero de pronto escuche los gritos desgarradores de una chica que parecía ser torturada.

¿Ése ubiera sido mi destino de haber sido una doncella virgen?, ¿y si no lo soy que es lo que me espera a mi?.

Podría escapar en este momento pero algo me detiene, siento la necesidad de permanecer al lado de esta madre de tres hijas.

Me siento en el suelo y saco mi libro de encantamientos abriéndolo en una página en específico. Comienzo a conjurar para que todas las malas energías del lugar se acumulen dentro de esta pequeña celda y poder usar su fuerza para derribar las rejas. Y vaya que fueron demasiadas pues las rejas fueron expulsadas con gran fuerza en cuestión de segundos.

Me levantó y caminó buscando la salida de este sótano. Iba tan distraída mirando a mis alrededores que no mire al frente lo que me hizo chocar de cara con el trasero de la mujer gigante.

- Tu otra vez - se gira mirándome con esos ojos amarillo llenos de sed de muerte.

- ¡Espera! - sin importarle en absoluto lo que fuera a decir me toma del cuello y me levanta.

- No se que haces aquí por qué para nada eres comida para mis hijas - soy lanzada lejos como si fuera una muñeca de trapo.

- Eso dolió - rio levantándome adolorida - Pero díme que almenos soy comida para ti - digo de forma coqueta.

La mujer saca unas enormes garras de sus manos que parecen ser muy filosas y camina peligrosamente hacia mi.

Hay no me jodas. Comienzo a correr por mi vida.

- ¿No cres que es muy tarde para correr? - se ríe maliciosa después de esa frase.

- Por supuesto que no es tarde - digo ojeando mi libro de encantamientos y conjuro un hechizo que me conviene en ave, más específicamente una lechuza.

Salgo volando de el primer agujero de luz que entra en el oscuro lugar.

Pero una vez fuera de el castillo me di cuenta que no tenía a dónde ir, mi casa fue quemada y destruida por esos malditos pueblerinos.

No me queda más que regresar.

Extiendo mis alas y entro volando a una de las ventanas de el castillo.

°°°

Tal vez no sea la idea más brillante pero tengo que hacer las paces si es que pienso quedarme en su castillo como un vil parásito.

Para mí suerte después de búscala por horas al fin la encuentro al abrir una de las puertas de las habitaciones.

- Aquí estás - se levanta de su enorme sillón en lo que pareciara ser su habitación y se da la vuelta amenazándome de nuevo con sus garras.

- ¡Espera! - me cubro de el ataque que recibo por su parte - Déjame quedarme aqui te prometo que haré todo lo que quieras - imploro de rodillas.

- Ví lo que hiciste allá abajo - guarda sus garras - ¿Que es lo que eres? - camina acercándose.

- Una humilde hechicera - digo tratando de verme lo más inofensiva posible.

Hace un puchero de desagrado no viéndose muy convencida. Eso fue tan adorable que no pude evitar sonreír - ¿Que te ocurre?.

- Nada - digo borrando mi tonta sonrisa.

Nos miramos por unos segundos en un silencio incómodo.

- Está bien puedes quedarte pero estarás a cargo de proteger el castillo con tu magia y prométeme que no fastidiaras ni a mí ni a mis hijas.

- Lo prometo - después de darme una última mirada de arriba a abajo me da la espalda y vuelve a su asiento - Emm... aún no conozco tu nombre - me acerco observando a la mujer sirviendose una especie de vino en una copa.

- Alcina Dimitrescu - responde con fríaldad y da un sorbo a la copa de vino.

Se mira tan sensual todo en ella que no pude evitar sonreír de forma pervertida.

- Permíteme llamarte lady por qué para mí eres todo una lady - digo coqueta.

Ríe de forma sensual - Como quieras - vuelve a mirarme con esos ojos amarillos tan brillantes - Busca a cualquiera de los sirvientes ellos te ayudarán a conseguir todo lo que necesites para alojarte.

- Gracias - es lo último que digo antes de salir de la habitación.

Estoy segura que me divertire tanto en este lugar. Sonrío maliciosa y continuó avanzando en busca de algún criado como me a indicado Lady Dimitrescu.

Nota: Meribeth será la activa en la relación.

Ave Del ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora