Estaba realizando un ritual en dónde consentraba toda la energía que había absorbido de los niños pequeños para mezclarla con la energía negativa que habita en todo el castillo.
Todo marchaba bien asta que sentí una presencia atravesar el domo. Que extraño según yo mi Lady hoy no tiene visitas.
Miro por la ventana encontrandome con él hombre de él martillo viendo directo hacia mi ventana.
Sostiene una hoja en sus manos la deja en el suelo y se va.
Tal vez no sea correcto que vaya a ver qué es lo que contiene esa hoja pero debo saberlo.
Salgo por la ventana transformada en lechuza, tomo el papel y vuelvo a mi habitación. En el está dibujando un mapa que lleva de el castillo a un lugar que desconozco, debo pensar muy bien si ir o no pues mi Lady es más controladora después de verme en esa situación molesta con Heisenberg.
Aún así decido ir después de comprobar que mi Lady sigue ocupada con la fabricación del vino.
Espero no tardar demasiado.
Enprendi él vuelo siguiendo las indicaciones de el mapa asta llegar a lo que parecía un basurero lleno de chatarra de metales occiodados.
- El pajarito por fin salió de su jaula - escucho la voz de el hombre hablando desde un altavoz - Meribeth bienvenida, que sorpresa verte por aquí, debo confesar que...me gustas.
- Que asco - digo entrando en lo que parece ser una fábrica
- Oh, tranquila no es una trampa solo quiero hablarte un poco de tu adorada zorra chupasangre y de Miranda.
Camino por los mugrosos pasillos asta dar con una habitación con fotos de Miranda sus experimentos pegadas en una de sus paredes.
- La verdad duele, ¿e? - el hombre aparece detrás de mi. Volteo exaltada - Que pretendes, ¿lanzarme otro de tus maleficios bruja?.
- Se claro y dime lo que querías decirme.
- Verás...- es interrumpido por lo que parece ser el sonido de un motor - Dame un momento - camina hacia una puerta de metal en el piso, la abre para después gritar - ¡He dicho silencio! - vuelve a mirarme con esos lentes oscuros que cubren sus ojos - Perdona - extiende una silla de metal - Siéntate - sacudo un poco la silla y tomo asiento - Te están probando.
- Lo se, ¿algo más?.
- ¿No lo entiendes?, quieren que seas parte de la familia de Miranda.
- Eso no me lo esperaba solo sabía que Miranda pensaba destruirme - cruzo las piernas sobre la silla - No estaría mal si omitiera la parte en la que quiere experimentar conmigo.
Ríe - Exacto gatito negro sería un completo desperdicio que Miranda te modifiqué por qué tal y como eres ya eres maravillosa con esa habilidad que posees...- el sonido de aquél motor vuele interrumpirlo - ¡Por última vez o te juro por dios..! - después de gritarle a esa cosa me mira y se quita las gafas - Miranda reconoce eso de ti y sabe que le conviene tenerte como una de los suyos a tenerte como enemiga.
- ¿Y entonces por qué todo este drama de querer atacarme? - él sujeto se acerca más a mi.
- Por qué quiere tenerte controlada así como lo hace con todos nosotros - camina asta una pequeña mesa de dónde toma una navaja - ¡Es una puta loca! - desgarra la imagen de Miranda con furia. Vuelve a acercarse - Tu y yo Meribeth, juntos convertiremos a Miranda en papilla.
- Cuánta pasión - me burlo.
El sujetó me toma de una mano y me jala a él obligandome a levantarme de la silla - Primero déjame ver la verdadera belleza que emana de ti - dice casi sobre mis labios.
Saldré con náuseas de este lugar.
Me arroja al oyó dónde antes estaba gritando maldiciones.
- ¡Deberías tratas mejor a las mujeres poca cosa, poco hombre, inservible!.
Luego de maldecirlo pongo atención frente a mi, lo parece ser un robot con un ventilador pegado se aproxima.
- ¿Ves eso? te está esperando - dice Heisenberg desde arriba.
- ¡No tengo tiempo para tus estúpidos juegos! - digo furiosa.
Estúpido hombre debería estar agradecido por darle mi atención.
Me levantó y comienzo a invocar mis poderes mágicos concetrandolos en mi energía oscura asta juntar la suficiente para lanzarla contra la máquina deforme destruyendolo al instante.
- Eso fue increíble bombón - el hombre aparece detrás de mi abrazándome.
- Imbécil - digo empujándolo lejos.
°°°
De regreso al castillo busco a mi Lady por los pasillos asta encontrarla bajando las escaleras.
- ¿En dónde te habías metido?.
- Alcina, mi amor tenía que arreglar unos asuntos.
- ¿Que asuntos? - hace puchero viendome enojada - ¿Te viste con él no es así?.
- Lady basta de dudar de mi ya hablamos de eso - digo acercándome para abrazar una de sus piernas. Levanto su vestido descubriendola, acaricio desde abajo subiendo lentamente - No entiendo cómo es que piensas que sería capaz de serle infiel a una diosa como tú mami - mi mano toca el borde de sus bragas - Solo tú puedes tenerme de esta forma - lamo su muslo mientras acaricio su coño por encima de las bragas.
- Meri...- jadea.
- Lady enséñame ese culo otra vez - así sin importarle el lugar mi Lady obedece y se da la vuelta recargandose en la pared dejando su tracero expuesto para que yo pueda tocarla tanto como se me antoje.
- Eso es Lady deja que te haga sentir segura otra vez - aparto la tela de su vestido apreciando mucho mejor esas nalgas tan exquisitas. Las azoto con mis manos asta dejarlas levemente enrojecidas - ¿Así te gusta Lady? - digo acariciandolas.
- Si Meri ahhh...- gime al ser azotada de nuevo.
Vuelvo a acariciar acercándome lentamente a su centro donde hago a un lado las bragas e introdusco mis dedos entre sus labios lubricados por la excitación - ¿Cres que quepa mi mano? - pregunto divertida sin dejar de mover mis dedos.
- Metemela de una vez - suplica.
- Como tú pidas Lady - beso una de sus nalgas antes de comenzar a follarla.
Los gemidos de Alcina llenan el lugar volviéndose un auténtico paraíso en dónde podría quedarme el resto de mi vida.
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Ave Del Paraíso
Fiksi PenggemarLady Dimitrescu Advertencia: Historia no apta para todo público, contiene escenas +18 Meribeth Borst es una hechizera prácticamente de distintas magias siendo la principal la magia oscura e ahí por qué el apodo de "bruja". Tras un insistente con las...